Me negaba a ver The Butterfly Effect porque decía "no mames, es Ashton Kutcher". La vi y quedé embobado. Me acuerdo que en la secuencia que comienza con Ashton con las extremidades mochas el cine entero se cagó de la risa y yo les receté tremendo ¡sssshhhttt! porque estaba trabado de la angustia. El final es glorioso, en gran parte por la rola que lo adorna. Desde entonces, lo sigo por donde sea y digo "¡no mames, es Ashton Kutcher!".
El domingo fui a ver The Traveler's Wife. Y, por lo que pude deducir del poster, predije que seguramente a la entrada del cine te iban a dar tus dos litros de miel para derramarla a granel. Pero no. Resultó ser algo así como ciencia ficción melosona, pero no fue una mala película. Digo, no ganará Oscares, ni siquiera Arieles, pero está interesante y además sale Rachel McAdams que no está de malos bigotes.
El caso es que si ponemos The Butterfly Effect vs. The Traverler's Wife toparemos dos premisas exactamente opuestas. Una dice "cualquier decisión que tomes en tu vida tendrá consecuencias y repercusiones al final de la misma", mientras la otra es "no importa qué decisiones tomes en tu vida, tu destino está escrito y no hay manera de cambiarlo".
Dos perspectivas opuestas, dos filosofías de vida distintas. Free will vs. Divine resignation.
¿A qué se han dedicado en sus vidas?
El fin de semana pasado mi familia atestiguó el fin de una era en Eugenia. La mudanza de un personaje tan pequeño como inmenso en nuestras vidas. Una pequeña fisura en el cuarto de servicio, que seguramente sucedió hace años y que seguramente provocó ella misma, desembocó en el desgaste físico del inmueble, en su consecuente semi-derrumbe, y en la posterior decisión de Virgencita de ya no vivir más ahí después de 40 y tantos años (Ju, hace poco posteé de ella, aquí).
Pero ¿qué causó la fisura, o qué fue lo que no hicimos para detenerla? Probablemente si mi abuelo viviera, hubiera seguido dándole mantenimiento a su casa, e inequívocamente Virgencita seguiría ahí, donde siempre ha vivido, donde ha sido (y seguirá siendo) su casa por años. Y para que no muriera mi abuelo, hubiera tenido que cuidarlo más, tal vez, o estado más al pendiente de su tratamiento en el hospital. O no: tal vez su muerte estaba destinada a acontecer el 28 de enero de 2008, hiciéramos lo que hiciéramos.
Pasamos mucho tiempo preocupados por el futuro y acongojados por el pasado. Es totalmente inevitable, es una condición humana. Lo que está mal es que no enfoquemos más carga mental y más energía de vida a disfrutar el presente. Es una lástima. Porque mientras es imposible cambiar lo pasado y predecir lo futuro, tenemos en las manos el desarrollo del presente y no le ponemos atención.
¿Tendría alguno de nosotros los huevos del personaje de Ashton en decir como él: "I'm sure about who I am, I dont need this any more", y acto seguido quemar todas las fotos y recuerdos de nuestra vida sólo como ofrenda para no dañar a alguien? ¿O tendría alguno de nosotros los huevos para actuar de manera totalmente desinteresada, sin contemplaciones hacia el futuro, con tal de actuar plena e instintivamente el presente?
Sepa. La respuesta está en los grises. Disfrutemos empolvándonos.
Para evitar el fariseísmo tan típico en nosotros.
El domingo fui a ver The Traveler's Wife. Y, por lo que pude deducir del poster, predije que seguramente a la entrada del cine te iban a dar tus dos litros de miel para derramarla a granel. Pero no. Resultó ser algo así como ciencia ficción melosona, pero no fue una mala película. Digo, no ganará Oscares, ni siquiera Arieles, pero está interesante y además sale Rachel McAdams que no está de malos bigotes.
El caso es que si ponemos The Butterfly Effect vs. The Traverler's Wife toparemos dos premisas exactamente opuestas. Una dice "cualquier decisión que tomes en tu vida tendrá consecuencias y repercusiones al final de la misma", mientras la otra es "no importa qué decisiones tomes en tu vida, tu destino está escrito y no hay manera de cambiarlo".
Dos perspectivas opuestas, dos filosofías de vida distintas. Free will vs. Divine resignation.
¿A qué se han dedicado en sus vidas?
El fin de semana pasado mi familia atestiguó el fin de una era en Eugenia. La mudanza de un personaje tan pequeño como inmenso en nuestras vidas. Una pequeña fisura en el cuarto de servicio, que seguramente sucedió hace años y que seguramente provocó ella misma, desembocó en el desgaste físico del inmueble, en su consecuente semi-derrumbe, y en la posterior decisión de Virgencita de ya no vivir más ahí después de 40 y tantos años (Ju, hace poco posteé de ella, aquí).
Pero ¿qué causó la fisura, o qué fue lo que no hicimos para detenerla? Probablemente si mi abuelo viviera, hubiera seguido dándole mantenimiento a su casa, e inequívocamente Virgencita seguiría ahí, donde siempre ha vivido, donde ha sido (y seguirá siendo) su casa por años. Y para que no muriera mi abuelo, hubiera tenido que cuidarlo más, tal vez, o estado más al pendiente de su tratamiento en el hospital. O no: tal vez su muerte estaba destinada a acontecer el 28 de enero de 2008, hiciéramos lo que hiciéramos.
Pasamos mucho tiempo preocupados por el futuro y acongojados por el pasado. Es totalmente inevitable, es una condición humana. Lo que está mal es que no enfoquemos más carga mental y más energía de vida a disfrutar el presente. Es una lástima. Porque mientras es imposible cambiar lo pasado y predecir lo futuro, tenemos en las manos el desarrollo del presente y no le ponemos atención.
¿Tendría alguno de nosotros los huevos del personaje de Ashton en decir como él: "I'm sure about who I am, I dont need this any more", y acto seguido quemar todas las fotos y recuerdos de nuestra vida sólo como ofrenda para no dañar a alguien? ¿O tendría alguno de nosotros los huevos para actuar de manera totalmente desinteresada, sin contemplaciones hacia el futuro, con tal de actuar plena e instintivamente el presente?
Sepa. La respuesta está en los grises. Disfrutemos empolvándonos.
Para evitar el fariseísmo tan típico en nosotros.
6 comments:
Éste me gustó. Mucho. Me agrada cuando escribes pensativo. Tiene mucho sentido lo que dices, el problema es sacudirte de encima años años y años de aprehensión y educación que te dice que no debes de olvidar nada, con tal de (intentar) vivir lo que te pasa el día a día, sin importar si a ese día le va a seguir un mañana. Esta cañón.
Repito, me gustó un buen.
Saludos!
Totalmente de acuerdo. Yo sufri mucho mucho con "Efecto Mariposa" y prefiero esa premisa a la de la otra pelicula. Que ahora que lo dices, ire a ver.
Saludos.
Pa' mí que todo lo que hacemos tiene una repercusión, y por supuesto, todo, pero todooooo se paga en esta vida. El punto es cuánto nos podemos traumar por lo que hacemos y por lo que dejamos de hacer.
Atte. La Chimoltrufia.
Peliculonón que te hace pensar... pero para sufrir, El Efecto Mariposa 2... no es mala... es malísima...
Igual q Paco, recomiendo sólo la primera entrega.
Ya lo leí con calma y buenísimo post, empaparnos con los grises... abrazo.
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