Monday, February 28, 2011

Suiza en Tailandia

Durante mis dias en Bali tuve la fortuna de conocer a Tom y Sabina, una pareja de suizos con los que hice algunos recorridos por la isla y dandole a eso del surf. Tom tiene varios anios de experiencia y siempre encuentra buenos lugares para pescar las olas.

Tom y Sabina han viajado toda su vida. Llevan 25 anios como pareja. No estan tecnicamente casados, pero la neta no les hace falta. Se llevan de poca madre y vacacion tras vacacion exploran el mundo variandole al paisaje. El punto de partida de nuestro amistad fue saber que hace poco mas de 20 anios, una de sus primeras aventuras fue en Mexico. Estuvieron en Chihuahua, se treparon al tren de pasajeros en la sierra, bajaron por San Luis Potosi, exploraron Guanajuato, llegaron a Morelia, vivieron 3 semanas en la Ciudad de Mexico y tragaron como reyes, bajaron a Chiapas, gozaron San Cristobal y Palenque, y acabaron en Merida para completar el coast to coast de la Republica.

Ubn dia descubrieron Khao Lak, un pequenio poblado en Tailandia, a una hora de Phuket, donde decidieron comprar una tierra para hacer su casa de verano. Como el invierno en Maeinfeld es menos amistoso que los Hermanos Dinamita, levantaron un nuevo hogar que esta ubicado justo en esquina con el paraiso para estar lejos de la nieve mientras esta se derretia. Desde 2003, pasan 4 meses y medio del anio en Khao Lak y el resto en Suiza, por lo que ya son ciudadanos distinguidos de la zona.

Explicado lo anterior, Tom y Sabina tuvieron la enorme amabilidad de invitarme a su casita de playa. Una cosa realmente fenomenal. Tienen un jardin de poca madre y una adicional casa de huespedes que rentan todo el anio (por si alguien gusta, se renta barabara). Ademas, en estos dias estuvieron otros amigos suyos, Urs (de verde) y Christian (de gorro), que son algo asi como... los Hermanos Dinamita pero en suizo.

Que decirles de los suizos? Mis referencias anteriores: son los creadores de Heidi la ninia de la pradera, hacen los chocolates Lindt y Toblerone, los relojes Swatch, y por encima de todo eso vieron nacer al gran Roger Federer. Puritita calidad en todos los rubros. Y tal cual, Tom y Sabrina me trataron como principe de las tunas durante tres dias.

De repente, me encontre en Tailandia conviviendo con suizos, hablando en ingles, aprendiendo a hablar aleman y pensando en espaniol: que gueyes tan chingones!! La pura chacota todo el dia, entre cerveza Singha, comida de primera, asaditos caseros, volibol playero y surf, mucho surf. Fueron como vacaciones de mis vacaciones. Viernes, sabado y domingo con ellos, agasajado de principio a fin... aunque antes de que finalizara la aventura, su servidor tenia que, como de costumbre, echarle caca al mole.

El domingo, de regreso a casa, perdi mi cartera montando mi motorbike y me llevaba la recontrachingada. Solo a mi se me ocurre regar el tepache de manera tan grotesca, todo por no ponerla bien en la maricona canastita. Y futs, ya saben, la hueva de cancelar tarjetas, perder licencia, algo de dinero, la pesadez mental...

Afortunadamente, alguien alla arriba siempre me anda cuidando las espaldas, un angel que me cuida dia y noche. Fuimos de regreso Tom y yo, a repasar por ultima vez el trayecto con la esperanza de encontrar mi cartera. Y en la ultima, ULTIMA casa antes de llegar al hogar, una seniora tailandesa me esperaba en la calle con mi cartera en mano, integra, solo para recogerla y que el corazon me volviera a 120/80. Sabina me ayudo a encontrar un detalle para regalarselo a la donia, y no perdimos la oportunidad para la foto del recuerdo.

Uf, uf y ultrameganomamesuuuuuffff...

Asi las cosas, luego les pongo fotos que me tomo Urs, en directo, haciendo el ridiculo en las olas. Ahora estoy en Chiang Mai, una ciudad poca madre del norte de Tailandia, y luego de regreso a Bali ya nomas para regresar a casa. Recta final y sigo pasandola a todos mecates.

Wednesday, February 23, 2011

Esto es un cuento: El turista latinoamericano que gano un auto del anio

Un turista lationoamericano estaba de vacaciones en un pais del lejano –para el- sureste asiatico. Ya habia recorrido tres paises antes de pisar este ultimo en el que se encontraba, y de donde se alistaba para salir un miercoles por la manana.

Llego al aeropuerto dos horas y 10 minutos antes de la hora senalada en el itinerario. Documento su equipaje en regla, y se quedo con su mochila de mano, tal como lo habia hecho en todos y cada uno de los vuelos que habia abordado previamente. Con tiempo de sobra para desayunar algo, se dirigio a la zona de comida rapida para tener algo en el estomago, y de paso deshacerse del dinero que tenia en esa moneda que probablemente jamas volveria a necesitar.

Solo tenia poco mas del equivalente a 5 dolares, lo cual le alcanzaba para una bebida y un bocadillo. El turista opto por una botella de agua y un chocolate Mars, por tratarse de lo unico conocido, amigable y digerible a esa hora del dia. No los consumio en el momento y decidio los guardo en su maleta de mano.

El turista paso el control de migracion, y despues los filtros de seguridad del aeropuerto. Se durmio unos minutos sentado frente al mostrador de su vuelo, y desperto cuando ya estaban haciendo fila. Igual que en todos sus vuelos con esa linea aerea de bajo costo, habia solicitado desde el asiento 6F. Tomo esa decision para salir lo mas rapido posible del avion tras el aterrizaje, pero dicha eleccion ya habia tomado tintes de cabala.

El vuelo rumbo al tercero de los cuatro paises que ya habia visitado despego a las 9:15 hrs. Una vez estabilizado el avion, se asomo a su mochila y saco el agua, el chocolate y un libro. Comenzo a leer, pero cabeceo tres veces, por lo que renuncio a la lectura. Abrio el chocolate y empezo a tomarse el agua cuando noto una peculiar leyenda al reverso de la taparrosca.

La tapadera era azul, y el anuncio, colocado en un estampado, era rojo brillante con letras blancas. Dada la complejidad de las palabras del sureste asiatico, de nulo parentesco con su idioma materno, habia dejado de poner atencion al significado de las palabras a menos de que fuera estrictamente necesario o evidente. En este caso, le llamo la atencion el brillo del rojo y lo observo detenidamente. El estampado tenia un contorno que simulaba una explosion, como los que ponian en el programa de Batman en los 80, y a las 7 palabras les seguia un signo de admiracion:

Ban kiem duoc mot chiec xe hoi!

Al turista le parecio extrano, e intuyo que era un anuncio de algo. Reviso la etiqueta de la botella, y el agua pertenecia a The Coca Cola Company. En la etiqueta estaba la foto de un coche y la leyenda: “gianh chien thang mot chiec xe ngay lap tuc”, seguida del logo de la compania japonesa Honda. Intrigado por la leyenda en la taparrosca, el turista pidio permiso a la pasajera del 6E para preguntarle al pasajero del 6D, un senor de apariencia oriental, de traje y mucho sueno, si le podia decir que significaba dicha leyenda en la etiqueta de la botella. El senor, amable pero seco, le dijo que se trataba de una promocion para ganar un coche. Acto inmediato, le paso la taparrosca para solicitarle una nueva traduccion.

“You won a car”, dijo sin anadir mayor contexto.

El turista latinoamericano se quedo pasmado ante lo que escucho. Luego comenzo a sonreir. Podria ser posible que ganara un coche? Y para su maldicion, que tuviera la mala suerte de ganarlo en un pais tan lejano? Y peor aun… darse cuenta de ello una vez volando en el avion de salida de ese pais?

Pues al parecer si, si era posible. Es mas, era un hecho.

El turista comenzo a pensar en todas las posibilidades. En cuanto llegara a su destino, podia ir a los mostradores y comprar el primer boleto de regreso a su origen, y ahi entonces podria ver que hacer para hacer valido su premio. Una vez que certificara su fortuna, ya veria que hacer para trasladarlo. Otra opcion era tomarlo con calma, navegar en internet para revisar la promocion, y buscar a otra persona que le ratificara que en verdad habia ganado un premio, aunque ahora seria mas dificil porque se encontraba en otro pais. Era como si un coreano ganara un coche en Uruguay y el ya estuviera de camino a Argentina, penso. Esa y otras situaciones inverosimiles le cruzaron por la mente. Que buena suerte… y que pesima suerte. Por ultimo, considero la posibilidad de esperarse hasta regresar a su pais natal, y tratar de hacer valida la promocion so pretexto de la globalizacion, lo cual descarto casi de inmediato.

Cuando se dio cuenta, el avion estaba aterrizando. Su mente estaba demasiado ocupada en el dilema como para pensar en todo lo demas. Se habia acabado el agua y tiro la botella en el aeropuerto al que llego, pero se quedo con la etiqueta y la taparrosca. Mas tarde, en el taxi a su hostal, tuvo un remordimiento: que tal si le pedian la botella para poder cobrar el premio que no sabria como, ni cuando cobraria. Con este remordimiento vinieron otros: como trasladar el coche hasta su pais. Un barco le saldria demasiado caro. Y venderlo a alguna agencia, o a algun civil? Igual de dificil. Sin duda, seria mas facil deshacerse del coche y quedarse con el dinero. Pero… le dejarian transportar tanto dinero de regreso? Le pedirian una cuenta en un banco para depositarselo? Como podria abrir una cuenta en un pais asiatico? Le pedirian comprobante de domicilio? Y si pusiera la direccion del hotel en el que se quedo?

El turista llego a este laberinto sin resolver la primera duda, que en realidad era la que mas le angustiaba. Como saber si realmente habia ganado un coche? Tan solo descubrir eso le implicaria una inversion importante y un cambio radical de planes en su viaje. Valdria la pena? El camino mental estaba lleno de piedras. De hecho, en su cabeza era mas probable que no se lo dieran, a pesar de haberlo ganado, a que se regresara de Asia con un auto del anio.

Llego a su hostal y lo primero que hizo fue meterse a internet para buscar un traductor gratuito. En efecto, el anuncio de la taparrosca significaba: “Te ganaste un coche”. Verlo con sus propios ojos lo puso mas triste que feliz. Siguio pensando que hacer, se metio la taparrosca a la bolsa, fue al dormitorio, se acosto en su cama y se quedo viendo el techo sin saber que hacer. Quince minutos despues, tomo una decision.

El turista salio a caminar con libro y camara en mano. Estaba de nuevo en una ciudad que no le habia gustado tanto, pero pensaba ir al cine para ver una, tal vez dos peliculas para alivianar la tarde. El trayecto al centro comercial era muy sencillo. Tres estaciones, sin transbordes. Llego a la calle principal y comenzo a caminar por la banqueta atascada de puestos de comida y muchos otros productos. Mangos, platanos, pinas, frutas exoticas, arroces, fideos, guisados, ropa, pornografia, pornografia gay, dvds piratas, artesanias y adornos tipicos. Zigzagueo hasta llegar al metro, ubicado por encima de la calle, a manera de monorriel.

Antes de subir, se encontro a una indigente que dias antes ya habia visto. Estaba en cuclillas, recargada en una pared, con microfono en mano conectado a una bocina. Ciega, de unos 40 anios, sonreia mientras cantaba a todo volumen. El turista metio la mano al bolsillo, pesco todo el contenido de su bolsa con su mano derecha, y lo deposito en la cubeta de la indigente, que ahora ya tenia 8 monedas, una taparrosca y un auto del anio.

Mi nuevo blog: http://mifixion.blogspot.com

Monday, February 21, 2011

El Don Juan de Vietnam

Hoy llegue a Hanoi, capital de Vietnam. Pueblito guanajuatesco meets coyoacanesco. Pintoresco. Muuuy, muy chingon. No huele a comida, muy importante. Huele a ciudad viva, llena de gente cagada, amable, chiquita y sonriente. Bien, muy bien.

Pero desde el primer instante en Hanoi me di cuenta que tienen un grave problema con el claxon. El taxista pirata al que me subi en el aeropuerto luego luego me lo advirtio: "is creeeisi men, creeeisi!". Y yo, ai'si, este guey se quiere lucir. Y entonces le iba pitando a todos nomas casi casi por hobby. Pero neto, a TODOS. Camion enfrente, le pitaba. Ninio a punto de cruzar la calle, le pitaba. Ademas feo, nada de silbidito preventivo. No, machiiiin, 'taaaaaaaaaaaaat'...

Bueno. Me instale en el cuarto del Bodega Hostel, que efectivamente huele a bodega, y sali a caminar. Tome la foto que ven como presentacion de este post en un restaurante en el que me tome un te de fresa con leche. Sali de ahi, y cambie mi boleto de regreso a Bangkok por uno de regreso a Bali, a huevo. Pero eso sera en la recta final, falta todavia.

La aventura comenzo cuando yo tuve a bien recordar que la seniorita de la informacion del aeropuerto me dijo que en la calle Don Juan estaban las tiendas mas chingonas de Hanoi. Pense, mira que chingona coincidencia, a huevo Don Juan, si no, quien mas? Comi en un restaurante una madre orgasmeante que se llama Pho, y comence a caminar hacia Don Juan.

Veinte minutos despues me di cuenta que iba hacia el otro lado, y juro que no he chupado absolutamente nada. Es que aca las calles todas son muy parecidas de nombre. No esNicolas San Juan y Matias Romero. No no, aca es Hang Bong (donde esta mi hotel), y por ejemplo tambien esta Han Pom, y Huang Pom, y asi. Para nosotros los brutos es un pedo, pero supuse que para los locales con ojo clinico no representaba el menor problema.

Despues de mucho, mucho caminar, llegue a Don Juan. Yo esperaba el glamour destilado, pompa y circunstancia, mucha crema y farolada. Pues no, resulta que Don Juan no, definitivamente no es la calle mas mamona de Hanoi. Yo creo que no llega ni a las de medio pelo. Lo mejor es que venden unos pays de elote o algo asi, que sabian muy chingones. A pesar del manjar, me decepcione de que Don Juan fuera una autentica tomada de pelo.

Les muestro a Don Juan:

No lo ven? Close up:

Ahh...

Pero no. Aqui apenas empezaba el pex. Igual que en Bangkok, en Hanoi abundan los motortaxistas, que apenas te ven tu cara de turistota, becerrilote, y te abordan con tokio para llevarte a donde sea por una cuota mas alta de lo que le bajan a los locales.

Y precisamente en la esquina de Don Juan, habia dos motortaxistas expectantes. Uno de ellos gallardo y joven. El otro, un veterano en franco declive, mas en declive que el ultimo de sus dientes. Y por que no? Al decir 'motorbaik', que se apunta el betabel. Valio berta.

Para que se den una idea, el motorbaik es como en el que me subi con Leo para ir a surfear. Y si Leo y yo pareciamos Tribilin y el Pato Donald, ahora imaginense a este broder como Rico McPato, pero en jodido y sin plumas. Ya muy badreado por la vida, la neta. Y en Hanoi, neto la vida vial es mas salvaje.

Pero confie en la experiencia. Me subi el baik, me puse mi casquito como del 777 y me agarre de una manija que estaba a la altura de mis nalgas. Se arranco el conductor, al que llamaremos... el verdadero Don Juan.

Pinche Don Juan.

Neto, no mamen.

El pinche viejito se la mega rasuro muy mal. No estoy exagerando, y miren que soy exagerado. Pero este guey a puro claxonazo se queria aventar el trayecto. Claxon a la senora, con tooodo, taaaaaaaaaat, y pasaba cepillandole las guapas. Contra el taxi, orale, chingooooon, taaaaaaaaat, y quitense que ai'vamos.

Juro por mi sacrosanta madre que este guey se avento por lo menos 2 sentidos contrarios asi, flagrantes, descarados. Yo iba... no se si con los dos, pero uno en la garganta por lo menos si. No lo comprobe porque me iba a caer de la pinche moto. Lo chingon de que nadie te entienda es que puedes mentar madres de lo lindo y ni quien se entere. "No maaaaameeeees, subete a la banquete pendejooooo!!!! Frenale animaaaaal, frenaaaaa". El cabron iba danzante, echando lamina y ni lamina teniamos. Esta bien que este nalgon pero en el transito no es suficiente. Muy percha se sentia el viejo, muy.

De repente, Don Juan levanto su brazo izquierdo como Colon. Cabron, agarra bien el volante con las dos manos carajaaa!!! Senalaba que ya habiamos llegado al destino, y ni madres, no era rumbo conocido. "A ver, parate viejo, aqui" (y se paro porque le senale la orilla, a huevo).

"Hambon", apunto quesque sabiamente.

"Hang Bong? Ni madres guey, esta es Han Bom guey, no Hang Bong!! Y le senalaba con el dedo en el mapa, despiadado.

"Hambon... Hanbong?"

"Cabrooooon!! No se si Hambon, Hanbong o Jabon!!! Pero aqui no es guey, vamos a Hang Bong puta madre!!! Y le volvia a senalar, ya un poco desquiciado.

"Hanbon?"

"Cabron... neto no estas viendo. HANG BONG!!!"

Ahi me di cuenta. Efectivamente, no estaba viendo.

Don Juan NO SABIA LEER.

Me lleva la rechingada.

Acto seguido, me cague de risa. Me di cuenta del analfabetismo porque el guey agarro el mapa, se metio a una oficina y le pregunta a una seniorita que afortunadamente si leia, y de caca, tambien sabia ingles.

"Where are you going?", me dijo la princesa, casi en ingles britanico. "A Hang Bong mi vida, porfa dile a este guey". "Hangbongaa", le dijeron al conductor.

"AAAAAH, HANGBONGAAAA !!!"

"A huevo maestro!!! Si, ya se, que pendejo soy !!! Me faltaba la triple AAA al final de mi calle, duuuh, que imbecil, no bastante senialarte la calle con esterbrook, sin la AAA vale madres... pfff, disculpame pinche Don Juan, vamos porfa ya a HANGBONGAAA".

Y me llevaron a HANGBONGAAA. Sano y salvo. Yo ya estaba meado de la risa en cada semaforo, mismos que por supuesto, no respetaba. Un kamikaze al volante, yo rezando. Lo bueno es que llegue hace media hora para escribirlo y contarselos.

Aqui la foto del recuerdo de Don Juan y yo.

Le di mas baro del que inicialmente me pidio, como agradecimiento. A ver cuando me das otro aventon.

Saturday, February 19, 2011

(D)Olores

Ansiedad es la palabra. Hoy me dio un poco de ansiedad. Que este de viaje, conociendo territorio inhospito no significa que no me pegue. De hecho, ya se habia tardado un poco.

Y ya identifique que es lo que me esta cagando: el olor. Pinche Bangkok, huele a comida. Todo el tiempo. El olfato es el u.n.i.c.o. de los sentidos con el que tienes que lidiar siempre. Vaya, puedes ponerte audifonos, cerrar los ojos, no tocar nada o ayunar. Pero no respirar? Imposible.

El caso es que ya me castro el olor de Bangkok. Huele a pollo, a pescado, a trastes remojandose en tinas. Huele a humo de parrilla. A charcos, huele a polvo. No se como describirlo. Hasta la pinche salsa de McDonalds giede. En Bali olia y sabia a Tabasco, interesante y chingon, muy rico. Aca huele como a pinche Teriyaki malparido, una mierda, que desperdicio. El peor sabor de McDonalds en el mundo. Pero dejense de eso, es el peor olor.

Manana es justo la mitad del viaje, y extranio algunas cosas. Olores comunes. Entrar a la Casa de la Bugambilia y que huela a harina de waffle recien cocinada. O a arcilla de los Viveros. Extranio el contacto humano, un apapacho pues. Extranio a mi novia, a huevo que si.

El mayor contacto que he tenido es con las masajistas. Pero han estado lejos de lo esperado. Ayer me hicieron un foot massage, y estas enanas lo hacen tan, pero tan duro que me dieron ganas de patalear. Peeeeein? A huevo peeeeein chingada! Que no ves mi jeta de dolor? Conio... Ah. Tambien extranio las enies. Y los acentos.

El jueves, tome un masaje tailandes. Y no te soban: te aprietan. Me caga. Despues unos torzones aca bien gachos. Lo mejor es el aceite, huele poca madre (el oasis del olfato). Pero me la pase tan concentrado en no manifestar el dolor, que solo disfrute el masaje a medias. No, no hubo happy ending. Este era massage massage. El mejor ha sido el que recibi en Bali, el dia que llegue. Tal vez fue que venia de veintitantas horas de vuelo. Como sea, que delicia. Voy a repetir cuando regrese.

Hoy fui al mercado de los sabados, que basicamente es un Chopo tailandes. Esta chido, pero es el enesimo mercado que veo en Tailandia. A los cuantos mercados tendrian suficiente? Ya, he preferido leer. Ayer me chute Accidental Billionaires, de un jalon. Ahorita estoy con Generation A, de Douglas Coupland. Iiiiiidolo, idolazo, baaarbaro. No lo puedo soltar.

Sin embargo, otro problema es el calor. Pinche calor. Aca no estoy en Bali como para pasearme en traje de banio todo el dia, como es mi condicion natural. Aca tienes que meterte a algun mall para tragar aire acondicionado. Supongo que estamos rozando los 33, 35 grados. Entonces los parques son disfrutables, pero el calor te jinvita cordialmente a refugiarte en el Seven Eleven. Es que no jodas. Por cierto, aca los Seven Eleven tienen modalidad Starbucks. Con cafes cotorros y panaderia semi-finolis. Eso seguro pegaria en Mexico. La neta, sabe igual que Starbucks, y es por menos de la mitad de precio. Sho lo haria. Asi las cosas, acabo de comer unas bbq ribs en un restaurante Chilis-like. Quitando McDonalds, es el primer restaurante de tipo no-local al que me meto. Ya lo necesitaba.

No me malentiendan. A dos semanas y media, ha sido una maravilla de viaje. He conocido gente, playa, comida, surf, mercados, tiendas, motos, paisajes nuevos. Pero ps que? Necesitaba ser sincero y postear esto. Porque pinches olores, ya me tenian hasta la madre. Y no es que con el post se vayan a ir, pero ya lo dije.

Al rato voy a un bar a ver al Chelsea vs. Everton. Ya me urge. Y tal vez me empede, solo un poco. Estaba la opcion del huay tai, o esa mae, el box tailandes, pues. Pero no jodas, 2 mil bahts, unos 66 dolares?? Ni en drogas. No pagaria ni 66 pesos, la neta. Prefiero al Chelsea en un bar.

Luego les cuento a que huele.

Thursday, February 17, 2011

Clases de surf


Uno de los objetivos que me puse desde que sali de Mexico fue aprender a surfear donde quiera que se pudiera en lares asiaticos. Mi primer destino fue Bali, y dicen los que dicen que saben, que Indonesia (no solo Bali) es el mejor pais del mundo para esto de las olas. Asi que ni mandado a hacer.

Apenas llegando al Echoland Hotel me presentaron a Leo, brasileiro que funge como instructor de surf. Leo es el tipico tacubin que podria ser la sensacion en Mexico. Con el almohadazo como carta de presentacion, nos empezamos a comunicar en el famosisimo Portuniol (o sea, ni portugues ni espaniol). Radicado en Bali desde hace 4 anios, Leo es padre de una chavita a sus 27, pero no deja de ser como un adolescentote con el que se puede cotorrear de lo lindo. Bueno pa'las olas, malo confeso para el fuchebol.

Apenas en mi segundo dia en Bali fuimos a la primera sesion. Todo mundo en Bali se mueve en scooter, y asi nos fuimos el profe y yo a la playa, como el Pato Donald y Tribilin despedorrando el minivehiculo. Por supuesto, nosotros dos... mas las dos tablas de surfeo. Solo falto el perico y Clarabella para que nos dibujara Disney.

Media hora en la arena, una hora de practica. Y la verdad es que surfear no tiene mayor ciencia. Imitamos el proceso empanizandonos. Te acuestas a media tabla. Patitas a los lados. Entras de frente, sin que te vuelquen las malvadas. Cuando ves venir la ola chingona, te volteas en chinga. Remas, remas, remas, y cuando sientes el empujon (insisto, sin que te vuelquen las malvadas), te agarras de la tabla e intentas pararte. Todo esto, a unos 40 km/hora, segun la marea y el viento. Pan comido.

Y yo que tengo de surfista lo que Reinoso de chiva. La verdad es que para ser algo tienes que parecerlo, y eso aplica hasta en el mar. Leo no solo parece surfista, sino lanchero de Acapulco, guero de Coyuca que se liga a las gringas. Yo? Yo... bueno. La lonja me delata los pasteles. Pero de que me la creo, me la creo, pus que?

Primero, me tarde como 15 minutos en llegar al mismismo lugar donde cuaja la gelatina. Donde se agarran las olas, pues. Desde luego, no llegas por arte de magia, sino braceando, lo cual te quita un 30 por ciento de stamina. Lo bueno es que Leo es chingon, muy chingon como maestro, aunque a veces se le olvida que hablamos portuniol. Padul Mihguel, Paaaadul!!! (O sea, remale cabron, remaleeee!).

La primera ola me salio perfecta, de 10. Acostado, jajaja. Vaya, ni intente pararme. Oh pues, para agarrar confianza. La segunda, mi rodilla se trabo con la cuerda que te amarra a la tabla, y yo solito jugue a florearme la riata en el mar (sin albur). La tercera me quede como hincado yendo a la villa antes de que me tumbara la ola y me tragara como cinco sardinas. Y ya pa'la cuarta no tenia punch. El cuello lo tienes hecho mierda porque hay que estar acostado, pero viendo p'arriba. Sin dejar de remar. Paaaaduull!!!

Al final de la primera sesion, no me logre parar. Y ya hubo segunda y tercera... y tampoco, jeje. Pero bueno, en la tercera fuimos a Padang Padang, y si me mantuve fracciones de segundo, aunque haya sido ya casi en la orillita. Vale, si vale. Leo de plano me dijo 'aiteves', ja. Igual en proximos dias llegare a Phuket, Tailandia, y ahi practicare por mi cuenta, para llegarle con la sorpresa de que sus lecciones sirvieron de algo.

Ya mi jefa me dijo que no le haga al Mitch Buchannon y que me deje de mmadas. Pero yo no me regreso hasta que me pare al menos una vez, asi, chingon. Asi que ya saben chavos, si quieren caerle a Bali, ya van a tener con quien quedarse. A ver si asi se me pega un poquito la percha.

Tal vez no sea el mas ducho, pero que divertida me puse. No sere bueno para el surf, pero si estoy convencido de que estos dias han sido grandes, grandes. De esos que no se olvidan.

Tuesday, February 08, 2011

Descubrimientos

(Disculpen la ausencia de acentos. Les sera recompensado).

Pocas sensaciones tan chingonas en la vida como descubrir. Desde la euforia que invade cuando le atinas a un password desconocido, pasando por saber que, en efecto, si, tu... le gustas a alguien, hasta llegar a saber que es LO que quieres en la pinche vida. Ahora imaginen el orgasmo de Colon cuando grito "Tierra a la vista!!" (Seguro ni grito eso, pero vaya, aca nos vamos con la version oficial).

Pase el fin de semana pasado en San Francisco descubriendo una ciudad muy chingona. Una ciudad de subidas y bajadas, no solo en sus calles, sino tambien en sus estados de animo. Subidas en las zonas mas "neoyorquinas", bajadas en los suburbios donde igual habitan familias tradicionales que empresas macrochingonas como Google.

Desde hace poco mas de un anio, mi querida @locadelamaceta vive en esos lares, y no habia tenido chance de visitarla. Inmensa alegria me dio descubrir su nuevo mundo, su rutina, su hogar, y la dinamica bonita en la que vive con su don @bilbeny y sus dos hijas que son un par de geniecitos cubiertos con una dulzura nunca antes vista.

Michelle y yo nos conocemos desde hace mas de una decada, por lo que es imposible no redescubrirse mas de una vez en tantos anios. Y en este fin de semana hubo un nuevo encuentro, otra vez maravilloso, en el que dos carnales certificaron sus respectivos nuevos modus vivendi. Michelle es una mujer magnifica, que ha tenido el valor de reinventarse varias veces al lado de un familia que es sencillamente espectacular.

Asi, la pasamos de poca madre tanto en el San Francisco ruidoso como en el de la vida suburbana. Yo trague un postre monstruoso en el Ghirardelli's y ella guardo la compostura en nombre de ambos. Repasamos el genesis de la vida hippie, y con don Mario reimos hasta el dolor por las estupideces mas increibles del mundo. Fueron dias redondos.

Asi, San Francisco me gusto para arrancar un viaje muy aca, muy alternativo weee. Y despues de mas de un dia entero de viaje, escribo desde Bali, donde al rato voy a tomar unas clases de surfeo, porque les digo que ando bien alterna weee. A ver con cuantos moretones regreso (mi mama rie -se burla- al leer estas lineas).

Despues de dormir como muerto, creo haber aniquilado el jetlag. Espero que al rato no me cobre factura. Voy a desayunar, a rolar un rato, y ai'luego les sigo contando.


Para los que sonfansssdelosValleRemond

Tuesday, February 01, 2011

El hombre que construyó el monumento al brinco

La primera vez que escuché a Alex Kapranos fue en Take Me Out. El primer sencillo del primer disco de Franz Ferdinand. Una canción cuyo primer minuto corresponde a un auténtico hit rockero de la primera década del siglo XXI, pero que a partir de un puente y de un cambio de acordes, se convierte en una melodía provocadora, pero alternativa, y en un monumento al brinco.

Yo me entiendo. Y si ustedes no, compruébenlo…



Take Me Out, Mr. Brightside y Seven Nation Army son las canciones más representativas de la década pasada. Las que identificarán una época y se utilizarán en videos de MTV que recuerden los 2miles.

Pero el post no es acerca de eso, sino del hombre que la canta. Acabo de terminar de leer un libro del gran Alex Kapranos, prestado por Toñito Matman. El primero de (espero muchos en) el 2011.

Se trata de una recopilación de pequeños textos escritos durante dos años y medio de un tour mundial, en el que describe sus experiencias más excéntricas en torno a la comida. Desde comida tex-mex en Austin, hasta golosinas brindadas por sus fans japoneses. El libro es un blog impreso, o al menos así se siente al leerlo. Una delicia.

Kapranos resulta ser mi frontman favorito del mundo. No hay nadie que proyecte más energía que él en el escenario (bueno, tal vez Flea, pero ps no es vocal). Tiene sus pasitos ya bien estudiados, pero siempre hay espacio con él para la improvisación. Como en abril de 2010 cuando vino a México, al Auditorio Nacional, y convocó a la gente para que se arremolinara frente al templete. Ooooobvio no se hizo esperar la turda, que se aventó al escenario, tumbando sillas y provocando que los robotitos de Ocesa no supieran qué hacer ante el imprevisto.

Kapranos es el líder de un grupo que toca como los Beatles, pero con huevos (Mac me va a madrear, pero no encuentro mejor descripción). Tiene el coolness de Mick Jagger (ésta la tienen que ver sí o sí), firmeza en su voz, como Elvis, y el desparpajo del lurias de Café Tacvba.

¿A poco no les gustaría que fuera su amigo?



Hace poco, Toñito también me avisó que este viernes 4, Kapranos vendría al Reina para dar un DJ session, y en vez de emocionarme me encabroné porque estaría fuera de México. Como por acto de magia, canceló una semana después. A huevo, se está esperando a que regrese.

Y esta vez lo conozco porque lo conozco.