Monday, March 30, 2009

Especie en peligro de extinción

Algo me preocupa "sobremanera".

El sábado acudí a un bodorrio en Acapulco. Conocido es de todos que soy partidario del jolgorio en sí mismo, pero cuando se trata de una fiesta a gran escala, con el mar de fondo y alcohol a granel... bue. El placer se multiplica.

Acudí a dicho evento sin ser colado, pero casi. O sea, era el hermano del mejor amigo del hermano de la novia. Lo cual es completamente positivo, porque acarreas cero responsabilidad y todo el empuje lo puedes enfocar al goce y roce social.

Se vino la ceremonia en la playa, luego ese concepto que fonéticamente detesto: el looooouuuungggeeee (agh. Es como cuando dicen loooooooft. Recontra agh). Después la cena, el postre que por sí solo valió el viaje. Y para el cierre climático, el baile con el respectivo conjunto.

¿Qué? ¿Que no hay qué? O sea... ¿cómo? ¿No hay conjunto?

¿No hay conjuntoooo?

Ah chingá... ¿por qué?

Resulta, mis estimados lectores del variopinto escenario cibernético, que el conjunto de boda ha pasado de moda. Ya no usa. Ya no va. Como que ya no. Incluso, según entendí por algunos comentarios, ya hasta es... (caray, me duele decirlo, híjoles qué pena)... ejem... uhhh...

Naco. Cha cha chale.

Entonces, ya no sale acá el vocalista malandrín para darle la bienvenida a los novios en la afamadísima "recepción". No noooo, ya no. Ya no hay lugar para el Grupo Estrella, para el Conjunto Marianela, para Jimmy y su banda peligrosa. Ya no hay el guitarrista gordinho de lentes de fondo de botella. Ya no hay bataco apasionado que se cree de los Tin Tops. Ya no hay coristas gordas mamacitas que pueden ser el blanco de ligue del tío borracho. No. Ya no. O al menos eso parece.

A cambio, ahora está el DJ que básicamente pone las mismas canciones que tocaría el conjunto, para luego dar paso a una selección musical como de antro fresa. Ps no me molesta, pero...

¡Noooo!

El conjunto invitaba al ridículo, al cotorreo, a la cosa bonita del viboreo. O sea, la tía Guadette sí se podía animar a bailar con el conjunto en el escenario, pero con el DJ es otro pedal. Adiós al No Rompas Más, a los Globitos de Divorciado. Adiós al ritmo de música sin parar, y de 10 minutos de descanso para el vocalista (para que se empede). Por lo mismo, al no haber micrófonos, adiós al sentido discurso del padrino, o del tío imprudente, o del amigo borracho que dice "verga... hip, uts, perdóng".

¿Tengo razón o estoy exagerando? ¿O acaso este proceso ya lleva tiempo y estoy atrasado?

Mientras ayudan a discernir, lo bueno fue que me la pasé bien chicles. Y además de este primer descubrimiento antropológico, tuve a bien descubrir otro dato importante:

Los Jonas Brothers, la sensación de niñas y adolescentees, con putimillones de discos vendidos y demás parafernalia... son mexicanos. De Querétaro, para ser específicos.

A continuación, Jonas Brother número 1:

Tenemos acá también al Jonas Brother número 2:


Y claro está, el Jonas Brother número 3:


Haciendo la distintiva 'J' de Jonas Brothers, para que no haya duda.



Para Tania y Juan José, ¡Feliz matrimonio! (este... seeh Chanfle, gracias). Y para Harry por girarme la invitación.

Thursday, March 26, 2009

Así te conocí

Tenemos una memoria privilegiada para ciertos momentos y sensaciones. Por supuesto, la memoria es selectiva, y normalmente extremista. Recordamos lo que nos impactó para bien y para mal. Lo que nos dejó traumados y lo que nos planchó la sonrisa en el rostro.

En particular, me encanta escuchar historias de cómo se conoció la gente. Y en particular de su primer diálogo. Muchos encuentros dan para el arranque de una novela o para la secuencia inicial de una película. Estoy seguro de que el primer contacto, la primera frase, la primera mirada o el primer rechazo es un colapso hormiga en la vida de cada uno. Nuestra vida no es igual desde que conocemos a alguien. Nuestra vida no es igual cada 45 minutos.

Yo recuerdo el día que conocí a mi hermano. Ya me habían hecho coco-wash de que yo iba a ser su mentor, su protector, su Hermano (con H mayor). Y pus... sí. Mi mamá lo cargaba a los dos días de nacido. Destapó una cobijita que lo cubría, y era el bebé más bonito en la historia (quienes conocieron al Sub de pequeño lo podrán certificar).

Por supuesto, será imposible construir las historias de cómo conocí a mi mamá, papá, abuelos, tíos y demás grey mayor que yo. Pero hay otros personajes trascendentes en mi vida de quienes recuerdo a la perfección mis primeros contactos (que, dicho sea de paso, puede que no sea el mismo que el del otro).

A mi hermano HMI lo recuerdo en un posada que organizó con su ex ex ex novia en cierto recinto de las Lomas. Portaba un... (una lana para que no lo diga Chad. ¿No? Bueno, olvídalo, jeje) ¡chaleco! ¡¡Un chaleco!! Y se encargó de derramarme su chupe de tan bonita peda que se cargaba. Ergo, toda la noche tuve que pasarla junto a la fogata para secarme porque mi pantalón era claro y parecía que me había meado.

A Nabi lo recuerdo recargado en la ventana del Salón 23, preguntándome con la autoridad que le daban sus bíceps frente a mis popotes: ¿Eres libanés? A RSA lo ubico alzando la mano en clase, sin diálogo en particular. A Juanito en la clase de Luis Poo(oooo) comentando en un debate sobre El Chavo del Ocho (¿qué comunicólogo de la Ibero no sostuvo ese debate?) A Yad, volteándome a preguntar por el nombre de un pintor, para que de él hiciera una exposición en clase de Gómez Mont (R= Goya. Goya, omaigod).

La primera vez que vi a Inphi fue mientras saludaba a la tropa Mundialista del 2002, antes de instruirme sobre la utilización de varios comandos útiles para un reportero en entrenamiento de Reforma. Al Pip acomodándose el fleco (su típico tic) caminando de su antiguo lugar a la mesa de deportes. A Ivis haciendo su imitación de Diego mientras bajaba por las escaleras.

Anaid estaba escribiendo con una pluma rosa. Ajá, rosa. En la universidad, rosa. De zángano, le pedí algún tipo de ayuda académica (¿no les digo? Los primeros encuentros fijan la pauta. Luego le debí la mitad de la licenciatura). Con Ari fue totalmente opuesto. En el Big Yellow, supe por casualidad cómo se llamaba. Cuando llegué y por su nombre le invité algo de tomar no hubo manera de zafarse (ándale, niégalo). Pidió una botella de agua. Sí, en un bar, una botella de agua. En plena peda, sip... ajá: botella de agua.

A otros personajes los conocí primero por sus letras que por sus olores. Con Grant Wahl, mi gran amigo de Sports Illustrated, me maileé dos años antes de verlo en La Bombonera de Toluca. De Tamara podía dibujar un mapa de su cerebro después de tantos mails que cruzamos antes de platicar en persona. Claro, antes de entrar en confianza, me echó lo blogstar por delante. Al maestro Salvador Leal aún no lo conozco, pero como decía Jesucristo: "Por sus blogs los conoceréis...".

Y sí. Ahora cada que alguien más se suma a mi vida, procuro guardar con mayor precisión los detalles del encuentro. Quién quita y ese alguien compre un rol protagónico. Por más que el diálogo sea tan recurrente como: ¿Quieres poner tu vaso en la mesa? No gracias, así estoy bien. Pfffffffff...

¿Alguien tiene algún "primer encuentro" digno de recordar?


Para quienes le dan importancia a los detalles que un principio parecen idiotas.

Tuesday, March 24, 2009

Qué carita... está la vida

Tengo un chingo de defectos. Soy obsesivo, perfeccionista e histérico. Mamón. Terco, muy terco. Y babeo muy cabrón cuando duermo. Pero de todos los que podría enlistar, hay uno que me ha metido en muchos problemas. La mayoría de ellos, innecesarios. 

Soy muy expresivo (¿uh?). Sí, expresivo - impertinente.

Ayer estuve a dos milímetros de meterme en una bronca en la chamba, y todo porque no tengo esa cualidad que tanta gente domina con fulgor: la estupenda habilidad de fingir.

Tengo dos pómulos políticamente valemadristas. Y es que no. No me sale. Es natural, neto que ni siquiera es porque me proponga ser el sincerote y así lo proyecte. No no, la carota de felicidad o de aburrimiento, de satisfacción o de frustración, de éxtasis o de fracaso… me sale así nomás según sea el caso. Fluidita.

Claro que los problemas llegan en alfombra roja cuando lo que no puedo disimular es un encabronamiento. Por eso me da risa cuando una persona llega y, vamos, en una hipotética situación me dice… ‘¿te cagó la película verdad? ¡Claro que te cagó! Te conozco peeeerfecto, a mí no me lo puedes ocultar’. Mi estimada, celebras el gol como si lo hubieras hecho de chilena, y no estás viendo que nada más te cayó la bola y la empujaste. O sea, no hay mérito. De hecho, quienes me conocen a fondo asumen que algo me ha cagado, y toman acciones al respecto. No pierden el tiempo en restregarme que han “descubierto” mi mal humor.

A veces siento como que sí estoy disimulando mi sentir, pero creo que es cuando más crema le estoy poniendo a mis tacos faciales. Desconozco como evitarlo. He probado varios métodos. Desorbitar la cara deliberadamente, inflar el cachete (como muletilla gesticulativa), o ya de plano reírme abiertamente, pero luego salen con que… ¡ah, te estás burlando...!

Mmmtamales.

La sinceridad en la expresión paga. Pero te cobra intereses desdendenantes. No sé si sería más fácil la vida si tuviera el don de la teatralidad, o si es mejor que las broncas que tengan que llegar lo hagan así, al chile, por la libre y sin pagar caseta. Creo que mejor ni me torturo imaginándolo.

O mejor me enfoco más al Messenger. De preferencia la primera versión (la que no tiene emoticons).


Para l@s meser@s que me han padecido. Porfas, por lo que más quieran, no le escupan a mi sopa…

Saturday, March 21, 2009

Chanfle II y el Pinche Trompetista hacen las paces

Nueve de la mañana y cero cruda. Dormí como pachá. Me desperté desde las 7 y ya no hay rastro alguna de la fiesta del jueves. Y de repente, a lo lejos, una trompeta.

Hagamos memoria rápidamente. Un día, como a las ocho de la mañana, un individuo tocando una trompeta me despertó cuando traía una desvelada de campeonato, y yo, muy digno, le pregunté muy político que por qué le iba a tocar a su abuela. Presione aquí para recordar.

Se vino la crítica familiar a manera de avalancha: que qué pinche amargado, que el señor hacía su trabajo, que qué manchado, que ni siquiera le di lana...

Bueno, pues presuroso tomé mi cámara y bajé a platicar con el Pinche Trompetista. Se nota a leguas que es un tipo bueno. Bueno, buenote. Trabajador, amable, honesto. Lo primero que hice fue ofrecerle disculpas por mi mal humor de l'otra vez, y él hizo lo propio por imprudente.

He aquí el pacto amistoso:



Le di una propela, bien ganada. No sé ni cómo se llame, ni de dónde es, ni qué pitos toca. Bueno, eso sí. Pero no sé, tal vez es el inicio de una bonita amistad. Tal vez toque en mi boda. O no. ¡Ja!


Para guay.

Friday, March 20, 2009

¡Neeeext!

Uno de los sentimientos más naturales del hombre es la intriga. Pero no la intriga de '¿¿¿¿ya viste al Chanfle que anda de intrigosoooo????', no, me refiero a la intriga más inherente al paso del tiempo, la de a huevo querer saber qué sigue.

Supongo que no hay manera de no quererlo. De eso viven cientos de charlatanes que quesque leen el futuro. Ha sido el hilo conductor de decenas de series y películas. Es la papa que perseguimos todos los que estamos en el periodismo, nada más que a algunos se les cuecen más las habas y le juegan al adivino. Hasta en el iPod mismo, siempre estamos checando qué rola sigue. Que ponte ésta, que ponte esta otra.

¿Y si en vez de estar saboreando lo que no tenemos, nos dedicamos a masticar el bocado que ya cargamos en el hocico..? ¿Podremos? No creo. Nos mata el 'what if'. Se nos queman los dedos por apretarle al fast forward de la película de nuestra vida. Si alguien nos dijera que tiene escrito en dos cuartillas el final de nuestra vida, pagaríamos lo que sea por tenerlas. No sé si para leerlas, no sé si para quemarlas, pero al menos... tenerlas.

Yo... no sé. Creo que no me gustaría saber el final de mi vida. Aunque sí pagaría por un trailer. Pero uno chingón como el de Cloverfeld, no uno como el de He's not that into you que te cuenta el 75 por ciento de los chistes de toda la movie. Y que el trailer me deje intrigado. Que me muestre cómo me veré en 20, 40, 60 años. Sopas, perico.

¿Ya ven? Uno siempre cae en lo mismo. Y si, y si, y si... Mejor sácate la ficha y salen los chescos. Ai'checamos el futuro mañana.


Para bólicos.

Wednesday, March 18, 2009

La palabra 'Verga'

Desconozco cuándo comenzó el fenómeno, pero ya es indetenible. De un tiempo acá, las chicas (concepto que cuando es entonado por Juanito toma su real acepción) hablan como nosotros cuando hablan entre sí. Desconozco si siempre había sido así. Se los juro, nunca he sido mujer. Sin embargo, creo que la diferencia radica en que, ahora, el fenómeno es público.

Y entonces escuchar un: "No mames gueee, me la psé de huevos gueee", puede venir de una mujer o de un hombre por igual. Ya me estoy acostumbrando, pero todavía me hace corto circuito. Creo que puedo lidiar con todo. Sí, sí puedo... creo que sí. Pero lo que sí me parece un "parteaguas", es la naturalidad con la que el género ha decidido emplear la palabra 'Verga'.

En aquel glorioso tercer semestre, entre varios ejercicios chidos y mafufos (siempre me habrá cagado que me haya hecho abrazarme con un hombre que no era mi cuate cuando al lado estaba Gloriani, o Caro Reyes, je), Michelle Remond nos hizo pensar en qué palabras nos gustaban y cagaban fonéticamente. No el significado, no el detrás de las letras... el puro sonido. Yo dije que me zurraba cuando mi abuela decía que le pasara las llaves de su 'secreter' (mmm... sip, es oficial, me sigue zurrando).

No recuerdo bien qué dijeron los demás (a duras penas me acuerdo de qué dije yo). Pero seguramente alguien, segurito una mujer, dijo que la cagaba la palabra 'Verga'. Y ahora, en mis viajes a Acapulco, en el Facebook, por la calle, en los blogs, en las conversaciones con chicas... la palabra 'Verga' anda libre por ahí, sin censura, sin prejuicios, sin un IFE que le ladre.

Y es que, no sé, ¿no es una palabra para ser dicha exclusiva por hombres? Consciente de que puedo ser acusado de machismo lingüístico, la palabra 'Verga' es nuestra, señoritas. O sea, porque entonces pierde punch cuando, en los jaloneos previos a una pelea, en ese agárrenme-que-no-me-quiero-madrear-pero-quiero-que-parezca-que-sí, uno agarra y grita "vete a la VERGA pendejoooaaahhh, vete a la VERGA putoooaahhh"...

O en las pláticas entre machines, cuando uno se regodea contando sus anécdotas sexuales, mitad verdad-mitad mentira, la palabra 'Verga' ya no posee sus habilidades histriónicas. De actriz principal, pasó a ser piedra 5. De Meryl Streep en La Duda, a Rosa María Bianchi en cualquier novela de Televisa.

Lo peor es que la mayor parte de las veces que la he escuchado, las mujeres que enuncian la palabra 'Verga', no lo hacen en su acepción fisiológica. No nooo, la prostituyen como cualquier exclamación. "Y entonces dije 'verga gueee', qué voy a hacer sin internet". O "verga no mamess, mi jefe me va a chingar". 

Lo peor, es que todavía hay una parte del gremio femenil que aún "se espanta". Y ese otro extremo también me causa aversión. En la aplicación feisbukeana de "100 cosas sobre mí" (o algo así), de una chica fresa conocida, el otro día leí: ¿Qué palabra jamás dirías? R= Verga.

Mi reina, let me tell you, writing is saying.

Lo ideal, ante cualquier conflicto, es proponer una solución. Pus que orita nomás no lahallo. Porque ni está chido que las chicas digan la palabra 'Verga' públicamente, ni está chido que les cause repulsión. ¿Por qué no mejor las cosas son "como antes"? ¿Por quéeee, por quéeee?

Ja. Lo acepto, no sucederá. Verga... me tengo que aguantar. Ni pedo.


Para  Vesselyn, que recuerdo que en plena boda de Inphi, con micrófono en mano, y ante todos los invitados, se equivocó en algo, y entonces, para lamentarlo dijo (insisto, con micrófono en mano): "Verga..."

Tuesday, March 17, 2009

Manual básico del table dance

(Para las mujeres, esencialmente...)

La historia de un hombre se divide en antes y después de ir a un table dance. Punto.

La primera vez que acudí a un table tenía 16 años y me llevó mi primo Toño, de 20 en ese momento. En el camino rumbo al lugar (del cual, por cierto, no recuerdo su nombre), hubo una sola línea de conversación: ¿cómo chingaos mentir para que me dejaran entrar? Porque yo, largo y puberto como era, aparentaba precisamente mis 16 años. Ni más, ni menos. No había cómo engañar a los cadeneros. La estrategia era estar seguros de nuestra mentira... y apelar a su buena voluntad.

Ahí fue cuando agradecí al basquet por saber de memoria qué edad tenía cuál categoría. Miré a los ojos del de la cadena, y me preguntó: ¿Cuántos años tienes? 18. ¿Tu identificación? No la traigo. ¿En qué año naciste? En el 80. Pásale... pero nomás porque pensaste rápido.

(Incruste aquí un festejo mental irreproducible).

Con el paso de los años se descubren varios insights que uno debe tener presente cada vez que va a un table, pues son verdades no escritas que hay que saber. Y esas sólo se conocen con la experiencia y la asistencia frecuente a dichos tugurios.

Las comparto a continuación. Mujeres, paren oreja, hombres... no me dejen mentir:

1. Un table siempre huele igual. Huele... a table. Yo tengo la teoría de que venden el aroma en frasquitos y lo compran para rociarlo. Juro que alguien tiene la patente y es archimillonario.

2. Los tragos de los hombres no cuestan lo mismo que los de las mujeres. Las lectoras de u.n.i.c.o. se preguntarán, ¿no se supone que a un table sólo van hombres? Pues sí, pero uno tiene el derecho de invitarle un trago a una bailarina, y ese concepto es la famosísima "Copa de la Dama". Normalmente es una copita poquiterísima, y básicamente sirve como un reloj de arena que mide el tiempo que la chica puede estar en tu mesa. ¿Para qué? Pues para platicar con ella... jajajaja.

3. Si los tables funcionan con luces neón... por algo será. En el Sport City comparto aparatos con frondosas señor(it)as que a leguas parecen teiboleras. Y con la luz prendida, sinceramente jamás me aventaría un tiro. Bueno, pues por eso existe la luz neón, que normalmente hace juego con la alfombra brillosita y las chispitas del maquillaje de las chicas.

4. Pagar un privado es una elección delicadísima. Neto. Implica mayor reflexión que cuando te compras un coche, o cuando decides dónde quieres vivir. ¿Por qué? Pues porque influyen un chingo de factores:

a) El tipo de cuerpo de la chica en cuestión, que puede ser a1) natural, o a2) arreglado. Vamos, también hay un a3) desparramado, pero pus como que no. Aunque bueno... hay de todo en la viña del señor.

b) El vigor de la chica a la hora del dancing. O sea, porque puede estar buenérrima, y bailar peor que Sammy el del calabozo. Y entonces, ¿como para qué?

c) La química con la chica. Porque puede estar buenísima y bailar poca madre, pero si tiene hueva... ps tiene hueva. Y ya pagaste. Y te chingas papá.

(Y finalmente el punto del que originalmente trataba este post, pero que a la hora de ser parido se desvió parcialmente)

5. La rola que te toque es de vital importancia para vuestro placer. Y es que hay 2 tipos de canciones en los tables:

a) Las movidas, que sirven para que la chica en el escenario se luzca y se venda.

b) Las papapaaagüer balads, que sirven para que acto seguido la chica se quite sus ropitas. Y recuerden que mientras más aplausos, menos ropa. Y vamos con Yahaira a la pista número unoooaaahhhhh...

Uno puede decidir cuándo ingresar al privado, pero evidentemente no sabe qué rola sigue. Sí sabes si es movida o pagüer balad porque es una y una, pero no sabes cuál tocarán. Personalmente, prefiero pagüer balad.

Y aquí es donde se gesta este género musical tan gustado para momentos románticos y de harto placer. Las pagüer balads son canciones (de)cadentes de bandas famosas, con letras llegadoras y de feeling garantizado.

Ejemplos significativos:

a) Always, de Bon Jovi.

b) November Rain, de Guns n Roses, que by the way, fue la que a mí me tocó aquella gloriosa primera vez que me bailó Kinverly (así, con 'nv'). Es larguíiiisima la pinche canción, ai'nomás.

c) Hacer el amor con otro, de Alejandra Guzmán.

d) Crazy, de Aerosmith, que cobró harrrrta relevancia en los 90 después de que en el video salieran Alicia Silverstone (en su debut y despedida del estrellato) y Liv Tyler como el par de bombones que eran bailándose y acariciándose mutuamente en un table. Una chulada:



Ahora bien,

Si quieren una visión más cruda
y un poco menos rosa,
sin embargo no por eso
menos sabrosa...

(Aja con la rima)

... de qué transa con un table, vayan a ver The Wrestler y le brindan una standing ovation de mi parte a Marisa Tomei, que se avienta un lap dance muy, pero muy parecido a la realidad en las piernas de Mickey Rourke. He fuckin' lucky...

Así pues, mujeres de nuestro tiempo, entiendan que un table tiene sus reglas. Básicamente, son las arriba expuestas, a menos de que algún caballero quiera agregar otra. Ah, por supuesto, hay otra. Muy obvia, pero no por eso se debe echar en saco roto:

6. Ante cualquier situación, por más bonito que te hablen, por más candente que sea el baile, por más perfume que hayas aspirado, por lo que más quieras... ¡No te enamores!

Y si te enamoras... mi estimado, estás frito.


Para fines ilustrativos.

Monday, March 16, 2009

Hasta el pinche copete

Tercero de secundaria está en el sótano de mi vida social. Yo no era más que un ser de ultratumba, que no pertenecía a grupo alguno y cuya única actividad era tomar apuntes. Ya quería que se acabara la secundaria de mierda para irme a una prepa distinta. Cero amigos, así, cero. En el salón, se había armado una bolita "alternativa" (goeeiii), que constaba de 12 de 15 gueyes que iban en tercero.

Y todos alrededor de... Rasheed.

Rasheed era un cuate cuya mejor descripción es "la representación másculina de Christina Ricci". Era el nuevo. Y su chiste, más allá de ser un tipo depresivo y adicto a la mota, era precisamente ser el nuevo. Bueno, el nuevo-allternativo (goooeeeeiiii).

Entonces todos se congregaban a su alrededor a ver qué tanta mamada decía. El guey llevaba la hierba a la escuela y la fumaban en el salón (uuuy, rudíiiisimos). Hablaba de pedos existencialistas muy acá, de que si la vida o no la vida, el alucine o no el alucine, toqueteando con las palabras el bello arte de no decir nada haciéndole como que dices mucho. Tenía un padrastro al que le llamaba "Balam", del que contaba mil anécdotas pedorrísimas y fumadérrimas. Ah... y era bataco de su banda de rock alternativooo (goooooeeeeeeiiiiiiii).

Me acuerdo que todos en el salón se impregnaron de esa onda como de "deprímete y sé feliz". Se empezaron a romper las playeras y camisas, psss, para ir en contra del ordenestablecido manoooo... psss muy acá.... Y fumaban más y más mota en el salón (más rudos que nunca), y pintaban las paredes del salón, y entonces cada vez estaba más chido porque ps ya parecíamos más cárcel que escuela, y ps qué chido ¿noooo? ¿¿¿¿GOOOOOEEEEEIIIIIIII?????

Pinches mamadas.

¿A qué va todo esto? Que se me viene a la mente toda esa sensación con este pedo de Reidiojed. Futttttttssss.

Ya me tienen hasta el pinche copete (y eso que ni tengo).

Cuando empezó el conteo regresivo para su concierto, leí un post del No-estoy-borracho que me hizo cagarme de la risa, pero la neta pensé que medio exageraba. Hoy lo entiendo y le aplaudo más que nunca.

El gran grueso de los fans de Reidiojed son unos mamadores (disculpen amigos que se sientan aludidos, no es nada personal). Intensos a madres que le tiran a la inadaptación social para tener un rol en el mundo (mírame, mírameeee, ¡no tengo amigos!... oye, ps órale, vamos a... ¡no, no tengo amigos, no los merezcooooo!). O sea, qué tal eso de que les caga Creep y hasta consideran ¡un insulto! que la toquen. ¿Por qué? ¿No esa pinche canción los hizo famosos? ¿No se supone que está chida? ¿Por qué ya no les late? Ps porque es masivaaaaa gooooooooooeeeeeeiiiiiiii (perdonen los triptongos extendidos, pero ninguna expresión refleja mejor el mood Reidiojed). Así pues, son manada sin quererlo ser, y creen que son especiales cada uno en su órbita "alternativa".

Aquí les va la bomba: son tan (o más) mainstream que U2. Y les caga saberlo, pero lo niegan. La diferencia es que U2 lo acepta abiertamente, y Reidiojed le juega a que no. A que ellos son..


¡ALTERNATIVOOOOOS GOOOOOOOEEEEEEIIIIII!

Pero eso sí, toooodas las pinches estaciones regalaron boletos y boletos y más boletos. Y trivias y especiales, y la chingada. Y yo nomás escucho las rolas y digo... ¿neto les gusta? Na maaaaams... yo sólo escucho puro delirio de un guey que como que se fumó un porro y se puso a jugar con el tecladito Yamaha. Ah ps órale mano.

No me he clavado en la discografía de Reidiojed, ni pretendo hacerlo, ni me interesa. No dudo que, al igual que Rasheed, al que eventualmente conocí en sus cinco sentidos y me pareció un tipo bastante normal y lúcido, las rolas de Reidiojed me lleguen a gustar.

Pero mientras, con todo esta vorágine pretenciosa de "mírenme mírenme soy especial porque me gusta Reidiojed pero no te me acerques porque me pongo a llorar", prefiero esperar a que pase la ventisca. Compraré el OK Computer para escucharlo sólo porque confío en los gustos del Inphi y su (casi) siempre confiable consejo musical. Lo compraré y lo guardaré en mi cajón. Lo pondré en mi iPod en unas semanas, meses, tal vez.

Porque por el momento, Reidiojed ya me tiene hasta el pinche copete.


Para los que they dont belong here... jajaja.

Thursday, March 12, 2009

Mi abuela la del blog

Recuerdo que todo comenzó una tarde de segundo de secundaria. Yo, como siempre, andaba de solovino, y leía de rutina el (viejo) Excelsior en el cuarto de mis abuelos. Mi abuela estaba al lado y en la tele comenzaron a transmitir un programa de comedia en el que salía Héctor Suárez haciendo su personaje de doctor borracho.

Y yo lo empecé a imitar.

Mi abuela Marlene, mi gran adoración, mi favorita de favoritas, me lo festejó a morir. Estaba cagada de la risa, y ya ni siquiera por la imitación como tal, sino porque el debraie se transformó en una burla a los personajes de la familia con problemas con el 'chínguere' (Marlene dixit). Ese día renació el vínculo afectivo entre mi abuela y yo, pero ella ya se había encargado de gestarlo desde mi nacimiento.

Marlene fue la encargada de cuidarme desde chavitito. Pero ella no me veía como nieto, sino como becerro de engorda. Cosa que licuaba, sin importar lo espeso del resultado, cosa que acá su galán de meses de edad se lo empacaba sin escalas en el esófago. Y entonces me volví más Bodoque que Benito. Cuenta mi abuela con harto orgullo que su método efectivísimo era narrarme los goles de Michel Platini en aquel Mundial del 82, pues al alarido de gol yo abría el hocicote y papilla p'adentro papá. Ahora bien, además de incrustarme el ansia por ser cronista deportivo a punta de calabacitas machacadas, también me heredó lo bruto.

Lo muy bruto.

Ejemplo: dos horas después del nacimiento de mi hermano, mi abuela le estaba ayudando a mi madre a ponerse una faja. Y ps que se la estira y... ¡saaaak! que se la suelta. Y el resorte con toda su fuerza directo a la panza de mi madre que me parió y a mi hermano... apenas dos horas después de haber salido de la barriga. Así, así soy de bruto yo también.

Desde mi adolescencia a la fecha, a mi abuela le puedo contar cualquier cosa sin temor al juicio. Es abuela, amiga, amigo y Pepe Grillo a la vez. Tiene la visión más clara que conozco. El consejo más rápido del Oeste. Y así como está para lo serio, también se pinta sola para la chacota. Yo y mis bellos 89 kilos le hemos acomodado cientos de planchas sin piedad para destriparla, y ella aguanta heroica. Claro, se queja con todo, pero luego se venga mojándome mientras duermo o metiéndome plumas en el oído.

Nomás por chingar, hasta la puedo peinar de emo y se deja:


Muchos de los momentos más fascinantes de mi vida vienen cuando mi abuela y yo vamos solos en el coche en algún trayecto. Hoy íbamos sobre Bucarelli y me contó que por ahí había un cabaré al que Afif y ella fueron a ver la primera presentación de Raphael en México, ámonos eh, qué tal. También me mencionó otros artistas varios, de los cuales sólo recuerdo a "Manolo Caracol" por lo cagado del nombre, jeje.

Sin embargo, sus gustos musicales han sido trastornados. Resulta que desde que 'le presenté' a los 'grupos groseros', le encanta escucharlos y reescucharlos y recontraescucharlos. Así que ahí vamos mi abuela y yo por Cuauhtémoc gritando 'Quítate que m'asturbas' y 'Parásito' de Molotov. Incluso, fragmentos de Grupo Marrano con los respectivos 'Válgame el Señor' como posdatas de parte de mi abuela.

Hay una canción en particular que la emociona, y no sé por qué. "Ponme mi canción", clama sin falta alguna. Y como quería presentarles formalmente a Marlene, le pedí que entonara un fragmento para los lectores de u.n.i.c.o. y accedió...

Señores y señoras, 'Ojalá que te mueras' de Grupo Pesado. ¡¡¡¡Y Marlene canta aaaaasí!!!!! (Bueno, básicamente soy yo con el playback porque les digo, mi abuela es rebruta y no se la sabe, pero le encanta):



Sepan ustedes que todo esto es previa autorización de mi abuela, que ya sabe qué es un blog, y lo ha leído y le late. Y ps como es ella, no necesita más para ganarse el mismísimo mote de "Mi abuela la del blog".


Para Wallace que dice que es fan de las anécdotas de mi abuela, para Pepe Toño que dice que le gustan las historias de abuelos (ya encarrerado el camión...) y para Fa, un poco de risa en momentos difíciles.

Tuesday, March 10, 2009

Por aquí pasó Briseño...

En La Casa de la Bugambilia, me he venido a enterar de un chorro de cosas relacionadas con mi familia. Muchos datos que se podrían traducir como los 'behind the scenes' de eventos que había vivido, pero de manera líneal. Acá, mi tía principalmente, me ha contado ene anécdotas buenísimas, sobre todo de un elemento que ni siquiera conocí.

Mi abuelo Heliodoro es un personaje misterioso, casi mítico. El u.n.i.c.o. de mis cuatro abuelos que nunca vi en persona. Esposo de mi abuela Carmen, del lado paterno, es el papá de mi papá, y probablemente el génesis y explicación absoluta de tantas peculiaridades y traumas que acarrea la familia Briseño. 

Hombre de pueblo, ranchero hidalguense, dicen que al abuelo Heliodoro le iba rebien, bastante bien. El negocio era una panadería, que arrojaba ganancias bastante respetables, y que daba para que él, mi abuela, y sus 8 hijos tuvieran una vida, digamos, decente. 

Vengo enterándome de que, al igual que Afif, a Heliodoro le gustaba andar impecable. Manejaba el traje, la camisa almidonada y lo que se conoce como la gomina. Ah, y se bañaba en loción. Tanto, que sus acreedores, los (y las) que lo buscaban, sólo tenían que andar por sus caminos para olfatearlo y decir "Por aquí pasó Briseño..."

El asunto es que al abuelo le gustaba la buena vida. Pero LA buena vida. De repente agarraba y se iba pa'la ciudá, sin itinerario, hospedaje, ni mucho menos día de regreso. Bueno, sí había fecha: cuando se acabara el dinero. Le jugaba fuerte, tomaba como los grandes, y bueno... era un galán hecho y derecho. Mi abuela siempre lo supo, y hasta hoy en día mi papá y tíos entienden la existencia de una extensa ramificación familiar cuyos límites realmente son desconocidos.

Por supuesto, la buena vida es buena hasta que decide cobrarte el placer. Así que vino el inevitable declive, la crisis subsecuente, la escasez monetaria, y la necesidad de todos sus hijos de emigrar a la Ciudá. También él, pero ya no para andar porai, sino para ser cuidado de una maléfica diabetes que le quitó la vista en una todavía considerable juventud.

Como últimamente he estado conviviendo mucho con mi abuela Carmen, he escuchado más pasajes de él en el último mes, que en los 27 años anteriores de mi vida. Me queda claro que fue un tipo que dejó huella, para bien y para mal. Pero mi abuela lo sigue añorando discretamente, aun sabiendo que su legado no fue exclusivo. Le queda claro que nadie compartirá por completo su visión. Pero tampoco le acongoja, porque seguramente ella era la voz más enamorada de un coro que en automático sabía cuándo decir: "Por aquí pasó Briseño".


Para los Briseño de mi generación. Una pequeña manera de entender lo inentendible.

Monday, March 09, 2009

Facebook, te odio

Porque me has hecho chismoso. Bueno... más chismoso de lo que ya era.

Porque no has robado nuestra privacidad. Bueno... más bien te la dimos por voluntad propia.

Porque has sustituido al mail en ese tonto debate de principios de los 2miles, en que en la universidad se discutía si mandar una carta por e-mail era menos "humano" que mandarla en papel. Hoy, la gente manda pasteles por Facebook. Plop.

Porque has sustituido al celular en esa tonta declaración que hice a principios de los 2miles: "yo nunca tendré celular". Ajá. Cuando me incribí en Facebook, dije "sólo me meto para ver qué hacen los demás. Jamás subiré una foto". Sólo he subido thumbnails para mí profile picture, pero... ajá.

Porque luego me descubro viendo fotos de fiestas en las que ni siquiera conozco a nadie, pero veo a alguien que me gusta y empiezo a pensar en las conexiones para ver cómo conocerla, y entonces si le digo a tal, que me presente a tal, que me... bueno. Facebook, te odio.

Porque la gente sube fotos mías impresentables, y me taggea. Y no hay manera de decirle a la gente que no las suba.

Y porque destaggearme me haría un mamador.

Porque has masificado el verbo 'taggear'. Y 'destaggear'.

Porque me entero de cosas que no me gustaría enterarme.

Porque todo el mundo quesque sabe, pero nadie sabe cómo te has hecho putimillonario a nuestras costillas.

Porque si Facebook fuera persona, sería Pérez Hilton. Odio a Pérez Hilton, lo sabe todo. Y es un mamador.

Porque me quitas un chingo de tiempo.

Porque me haces pensar que ese tiempo es tiempo bien gastado.


Para los que aún se resisten al efecto Facebook. Es cuestión de tiempo, no se resistan...

Friday, March 06, 2009

El PRI se tambalea

Hace unos 10 años, esta frase emocionaba a mucha gente. Hasta 1999, el transcurrir de la vida política mexicana era maquilado por y para el PRI, y se buscaba un héroe... o algo similar. Alguien que al menos se le pusiera al tiro.

Y entonces llegó Vicente Fox (vacíe aquí mentadas al gusto).

Para bien o para mal, este guey cambió la forma de hacer política en México. Según yo, el aporte de Fox a todo esto, es que desde él, cualquiera se siente capaz de ser presidente. Cualquiera. Su discurso, armado cuidadosamente, ha sido copiado por muchos y muchos candidatos que sueñan con hacer una hazaña a escala. Tumbar a alguien. O de menos hacerlo tambalear...

Esto ha llevado a la devaluación del término "imperio". Ahora, para ser "imperio", basta ser un partido con dos periodos seguidos en un gobierno estatal, y ni siquiera tiene que hacer algo radicalmente distinto a los otros... pues todos transan, todos usan influencias, todos desvían lana en menor o mayor medida. El "imperio" tiene que ser derribado por su contrincante. O no, pero el chiste es que el discurso político de la oposición suene fuerte y quesque osado. 

Uno de los "imperios" de la actualidad es el PRI de Sonora. El Gobernador Eduardo Bours es uno de los políticos más señalados por su tráfico de influencias, inversiones de dudosa procedencia y famita malganada. Para rifarse un tiro en las elecciones a gobernador en este 2009, el PAN tiene un precandidato llamado Florencio "Chito" Díaz, que yo no sé si sea bueno o no, pero caray... se lleva el premio al spot del año, y eso que apenas va empezando:

Se los presento. Ahora, aquí lo importante no es tanto el discurso del Chito, que es como el tío norteño buena onda, sino la rolita que comienza cuando el video de YouTube marca 1:58. Una joya, joyísima, lo prometo:



Noten por favor:

1. La coreografía del galán vocalista, sobre todo en los términos "tambalea" y "marionetas", jajaja.
2. La banda que "casualmente" aparece en la segunda vez que cantan la rola.
3. El "a huevo" sin decirlo que se avienta al final de la primera vez.

Bravo, bravísimo bravo. Más de estos en una época en que, como los políticos no son precisamente lo más eficiente, mínimo está chido que nos hagan reír.


Para Toño, quien me pasó la recomendación youtubera.

Frase 3

Estaba en una fiesta, muy chingona, cuando una individua, edad 40 - 50, dudosa apariencia, se me acerca y me dice...

"Eres como un panal de abejas"

Ah chingá, ¿cómo?

¿Quieres saber por qué como un panal de abejas?

Sí sí...

(Mutis mamador de la vieja)

¿Qué quiso decir? ¿Fue un albur? ¿Fue un halago? ¿Fue una mamada? Sabe...


Para... para dormirme. 

Thursday, March 05, 2009

Frase 2

Acabo de volver del cine. Fui a ver Una chica fuera de serie (My sassy girl), una de esas películas que uno no entiende por qué no las promocionan más, en vez de bodrios como... bueno, ya saben, bodrios.

Más allá de que Elisha Cuthbert es una diosa, fue bueno ver una historia bien narrado, con poco presupuesto y sin mayores intenciones que narrarse a sí misma. Por ahí, en uno de los pasajes finales, alguien se avienta una definición del concepto 'destino':

"Destiny is the bridges you built to the ones you love".

Me pareció estupenda. Efectivamente, el destino tiene una fuerza propia, pero también necesita de nuestras manos para darle el molde que queremos. O sea, él nos da la plastilina, y nosotros hacemos la figurita. O algo así.

Véanla.


Para... bueno, para algo, supongo.

Frase

No pretendo hacer escarnio de mis amigos, compañeros (queridos y no tanto) y conocidos pumas tras la enésima victoria del Azul ayer en CU. Sólo quisiera apuntar una frase que leí hoy del Tuca Ferretti que me pareció digna del recuerdo no sólo para el futbol, sino para la vida misma.

"Yo no aprendo de las derrotas, porque el que aprende de las derrotas se enseña a perder".

No sé si el Tuca se habrá dado cuenta del enoorme significado de sus palabras. Todas estas pendejadas que te enseñan de niño de "lo importante no es ganar sino competir" y xaladas del estilo, sólo sirven para engendrar una mentalidad de perdedora a mediocre. 

En particular, México es especialista en tolerarlas. Tampoco hay que llegar al extremo obsesivo de querer ganar en todo a como dé lugar, pero bueno... el punto es que es más bonito el sentimiento de ganar que el perder.

Y pues... básicamente eso (Espero que estas líneas mías sirven para ilustrar el proceso inverso en dos semanas. Puto América).

¡Azul!


Para el what i've learned colectivo de u.n.i.c.o.

Tuesday, March 03, 2009

Negrito

Lectores y lectoras de u.n.i.c.o. Con ustedes, el Negrito de Bimbo:


El u.n.i.c.o. negrito considerado negro sólo por su peinado. El u.n.i.c.o. negrito... que es blanco.

El otro día, mi primo Chon (a.k.a. Sean, Shawn, Shomps), me ilustraba de que Grupo Bimbo, tan imperialista y monopólico como es, ya ha adquirido El Globo y otra cadena importante de pan por ahí. A sabiendas de que Tía Rosa, Marinela, Sunbean y Wonder son submarcas del mismo Bimbo, pues al gran grupo panadero de México le falta poco para conglomerar toda la producción de la cosa bonita del pan y sus derivados.

Ah, y que por más que intentan fabricar el tradicional bolillo de la torta común y corriente, que no les sale, y que por eso siguen extendiendo sus tentáculos comerciales para abarcar todo lo que se les ocurre.

Hasta el momento La Esperanza, la panadería deliveradamente naca que hace pastelotes y otros productos francamente espantosos, es de los pocos que todavía se escapan al imperio de la levadura. Pero ps... la verdad, poco les falta.

Yo no tengo nada contra Bimbo. Caray, cómo he de tenerlo, si desde chavito he sido un leal consumidor de la marca, y en particular de sus maravillosas conchas Bimbo de vainilla que me compraba Virgencita para ponérmelas en un plato y comérmelas tras partirlas en cuatro. Ni qué se diga de todos los demás productos que años y años nos han (mal)nutrido sin culpa alguna.

Sin embargo, debo decir que poner a un blanco en la envoltura del Negrito se me hace ñoño, tonto, retrógrada y deliberadamente estúpido. O sea, ¿por qué lo hicieron? ¿para no ser políticamente incorrectos? ¿porque 'pobres' negros que nunca han hecho nada de su vida? ¿porque ya ven que no son buenos en nada? ¿'pobres' Jordan y Tiger? ¿'pobre' Obama?

Sí, pobre Obama. No vaya a ser que se ofendan los negros como Obama, omnipotente desde la Oficina Oval, porque Bimbo puede poner un negro en la envoltura del Negrito, que originalmente era así.

Ahhhh, es que ya. Ya ya. Me acaba de caer el veinte. Carajo, qué estúpido soy. Qué pinche malpensado. El ñoño, tonto, retrógrada y deliberadamente estúpido soy yo. En la envoltura del Negrito de Bimbo no hay un blanco. Hay un negro. Sigue habiendo un negro. Tal vez el mismo de la envoltura original. Es que no me había dado cuenta.


Lectores y lectoras de u.n.i.c.o., el negrito en la envoltura de Bimbo es Michael Jackson. Siempre lo ha sido. Vaya error, Chanfle II, vaya error.


Para el (la) jefe (a) de mercadotecnia de Bimbo. Mis sinceras disculpas por no fijarme en los detalles.

Sunday, March 01, 2009

El lado B

Cuando las bandas se vuelven estúpidamente famosas, y sus álbums ya se vendieron hasta legalmente en China (ésa y sólo ésa es la verdadera señal del éxito), llega un momento en que su versión 'mainstream' ya no les es suficiente. En algún punto, el agradecimiento a los fans se convierte en condescendencia, y toman la decisión de mostrarles un poquito de lo tanto que ocultan la mayor parte del tiempo.

En términos musicales, a ese lóbulo alternativo se le llama 'Lado B'.

Entonces conglomeran en otro álbum, que por supuesto también se venden de manera enajenada, algunos abortos musicales que tuvieron en el camino para llegar a lo que los hizo millonarios. Puede ser el gran hitazo en versión reggeaton, el himno nacional en versión acústica, o duetos con el charro de la esquina cantando briagos.

A lo que voy es que todos tenemos nuestro 'Lado B'. Que no es necesariamente una hipocresía o una falsedad delatada. Es, creo yo, una parte del 'yo' que vive en formol y necesita ser oreada de vez en cuando. Son los gustos y deseos socialmente reprimidos que no podrían ser parte de nuestra vida cotidiana, pero que tampoco le hacen daño a nadie y en cambio ayudan a satisfacer las ansiedades ocultas de nuestra personalidad.

Con una disculpa de antemano, recurriré a lugares comunes: el fresa irá al Chopo a comprar sus playeras cotorras, y el rudo-rojo-antiimperialista... irá a un antro fresa a cantar rolas de Camila (si nos quedó el saco, nos lo ponemos por favor...).

Muchas veces me he cachado padeciendo traumas que ni siquiera tengo y sufriendo pesares que ni siquiera siento. Y aunque en un ejercicio de consciencia determine que no está bien, años y años de indicadores sociales se recargan en mi lomo (así como en el de todos vosotros), y sacudirlos cuestan trabajo.

Pero cuando por alguna razón, el Lado B logra salir a la superficie, placeres inimaginables suelen poseer el alma, y se disfrutan a más no poder. A veces las consecuencias pueden ser fatales, pero en otras se sobrevive para contarlas.

De eso trata este último viaje a Acapulco. Fue el Lado B en su máxima expresión. Y lo disfruté a tope. Creo que sería bueno sacarlo a pasear más seguido. Sí, MÁS seguido.


Para David y el Richi, con quienes enarbolé esta magia del espíritu B.