Tuesday, January 26, 2010

The Charales Kid

Entre 1988 y 1991, yo pasaba todas las tardes en casa de mi primo Omar, en la bellísima calle de Pitágoras. Y durante esos años, nuestra Biblia era esta película:



El pinche Karate Kid. Una de mis películas favoritas ever. Puedo verla una, y otra y otra y otra y otra y otra y otra vez hasta el pinche cansancio. Sé que desde el punto de vista del purismo cinematógrafico es una reverenda xalada, pero a mí me gusta, ¿y qué? ¿y qué?, y todavía más cuando tenía 8 años y era un escuincle bobo cuya única preocupación era la tarea y las tardes de futbol en casa de Omar.

Y desde que vimos Karate Kid, también se convirtieron en tardes de karate. Nuestras mamás nos consiguieron un maestro que iba a casa de Omar y ahí nos entrenaban para darnos nuestros chingadazos. ¿Y qué creen que hacíamos después de cada sesión? ¡A huevo! Ibamos a ver ooootra vez Karate Kid, de la cual, por repetición, nos aprendimos los diálogos y hasta el desarrollo de las escenas que imitábamos de manera alternativa. A veces Omar era Miyagi y yo Daniel-San. A veces yo Johnny y Omar era Daniel-San. A veces me tocaba Miyagi... and so on.

Es que Karate Kid tenía magia, la cual radicaba en que la historia se la podía apropiar cualquier chamaco de la edad. Daniel-San (Ralph Macchio) era un chavito enclenque, pendejo y miedoso. O sea, igual que cualquiera de nosotros. La historia del adolescente al que lo mudan a la de a huevo también es muy común, aunque yo no sé por qué se quejaba este guey, si llegaba de Nueva Jersey a California. Johnny y los Cobra Kai eran los típicos manchados que efectivamente existían (y existen) en cualquier lugar. E igual, qué ganas de romperles la madre.

Los personajes alrededor de Daniel-San también son reales, sí que sí. La jefa era a toda madre pero muchas veces impertinente y sobreprotectora. Ali (Elizabeth Sue) era una girl next door sabrosona, que si bien vivía en el barrio "de los ricos", tampoco era una top model con aire en la cabeza con la que ni siquiera se podía hablar. Y Miyagi (Noriyuki "Pat" Morita) nos dejó un legado que se resume en 2 cosas: el estereotipo del amigo adulto que te da el consejo ideal, y el apodo ideal para cualquier persona de rasgos similares (por favor, ¿quién no conoce a algún Miyagi?)

Todo eso, y sus escenas: el torneo, el lugar de las maquinitas, las secuencias de persecución, el soundtrack genial, la fiesta de disfraces (tengo ese pendiente: algún día iré de regadera a alguna fiesta de Inphi), las visitas a la playa y claro... la pelea final.

Bueno, con toda esa carga sentimental, hace unos días vi esto:



¿Por dónde empezamos?

A ver, yo no soy racista, de verdad que no. Pero... ¿qué no se supone que para hacer un remake, se deben conservar las condiciones esenciales de la versión original? ¿qué no en ese caso, el protagonista tendría que ser... blanco? Uy... perdón. Acabo de cometer una observación tal vez incómoda. ¿Qué los productores no se han dado cuenta que el protagonista es ¡¡¡negro!!!?

No importa que sea el hijo de Will Smith, no importa que sea the next best thing, me vale un soberano cacahuate. ¡Daniel-San es blanco, no mamen!

Luego, Jackie Chan. ¿Jackie Chan? Como bien me dijo Inphi el otro día, se supone que Miyagi te debe inspirar sabiduría, misticismo y templanza. A mí lo u.n.i.c.o. que me provoca Jackie Chan es ganas de pedirle que me traiga un California Roll.

Eso nomás con respecto a los protagonistas. La historia, o por lo menos lo que ponen en el corto, está de lo más pedorra. De entrada, el nuevo Daniel-San (sí, sí, ese negrito es Daniel-San, ¿pueden creerlo?) parece que no ha acabado ni la primaria, está bien mocoso. Entonces, ¿cómo le van a hacer para ponerle esa sazón sexualona que tenía la otra?

Otra, el cabrón éste se muda a Beijing. ¡No mames! ¡Quién chingaos no se va a quejar si se lo llevan a Beijing? Una cosa es ir de Nueva Jersey a California, y otra ir de ______ (pongan ahí la ciudad que quieran del mundo) a Beijing. Yo también estaría emputadísimo, ahí no hay dilema. Y luego ya los pinches métodos que nos adelantan para enseñarle Karate están muy fumados, el chiste con la original es que jamás te esperarías aprender una técnica de defensa personal después de lavar coches (wax on, wax off).

Tons... sí. Sí voy a ir a ver el remake the Karate Kid, que bien podría ser el Charales Kid. Sí, les voy a regalar mi dinero, porque no me puedo quedar con el gusanito de saber en cuánto más la cagaron. Pero iré con el ojo más crítico de todo México. Me niego a pensar que en algún lugar de este país hay un niño, como yo o como Omar, que tomarán esta nueva versión de Karate Kid para divertirse por la tarde. Y que en vez de fantasear con Ali van a fantasear con una chinita que todavía ni chichis tiene.

Pero peor aún: que ésta también tenga secuelas lamentables. No por favor.

Para el gran Omar y todas las tardes en Pitágoras.

Monday, January 25, 2010

Chorrillo

El amor comienza por las palabras, y hay palabras que nomás no lo conocen. Como de la que hablo en el Korova esta semana...


Para MH, quien me enseñó a querer u odiar a las palabras por su fonética.

Wednesday, January 20, 2010

Mi papa-pidata favorita

Todos crecimos con ellos. Son del matriarcado de las Sabritas: Sabritas son la mamá, los Sabritones el papá, y los Ruffles, Rancheritos, Cheetos y Churrumais sus hermanos. Y sólo los cuento a ellos porque conforman parte del elenco original, antes de que salieran los Crujitos, Quesabritas y cuanta mamada se les ocurrió después. Es como si cuentas como parte del cast original de Beverly Hills a Hillary Swank, como si estuviera al mismo nivel de Brenda, Kelly y Donna. Pues no ¿verdad?

Con ustedes, los Doritos Nachos:

(Dos aplausos se oyen entre el público. Alguien, en una fila de las de hasta atrás, tose).

Presento la anterior bolsa de Doritos Nachos, porque quiero que la observen bien para que no caigan en la trampa. No todo lo que brilla es oro. El león no es como lo pintan. En tiempos de guerra, cualquier hoyo es trinchera. O como dice mi mamá, en la noche todos los gatos son pardos. En este caso, a falta de pan... ¿Topitos?


Resulta que existe una compañía de Monterrey llamada Bokados se dedica a elaborar botanas chatarra, exactamente iguales a las que fabrica Sabritas. Sinceramente me da lo mismo si en su pueblo son un hitazo de sabor o si sus bolsas cunden en las fiestas de los huercos o lo que sea, pero resulta que ahora...

Ya están en el DF. No sólo eso. Ya están en las maquinitas de mi oficina.

Carajo. Las detesto.

¿Por qué? Por dos razones, básicamente. Primero, porque el sabor es distinto. Distintantemente pinchón. Más pesadas, más grumosas, no sé, pinchonas. Pero la segunda razón, y la que más me caga, es que son un pedazo de piratería a Sabritas, la empresa que nos engordó y nos malnutrió desde chiquitos so pretexto de pendejadas como estampitas y juguetes inútiles como los Tazos que sólo fomentaban la aviricia.

¡No cualquiera eh!

Además, nos pusieron a bailar con el Churrumais con limoncito, con el mero mero sabor Ranchero, con Chester Cheetos más que-eso, y por supuesto, con el "¿a qué no puedes comer sólo una? ¿O ya se les olvidó, ingratos?

Ahí hay todo un trabajo creativo digno de admiración con todo y la irresponsabilidad nutricional que las indigestiones de Sabritas implicaban. What the fuck. Era nuestro vicio. Y que de repente quiera llegar "Bokados", con su 'k', aká muy pedorra, a querer llegar como si nada, a tratar de engañarnos con sus productos más baratos...

Ni madres quéeeee!!!

Además, esta piratería estilo Tommy Halfmaker, Luis Vuitrón, Armañas o Cucci, no sólo se limita a los Topitos con los Doritos, sino también a los...

"Bokados". Cómo explicas el color eh, Bokados, tómala...


"Rizadas con sal". También mismo color que los Ruffles, y "rizadas" que significa lo mismo. Uy, una coincidencia, ¿no? Y...
"Boka-chitos". El zorro ese al estilo Chester es indignante. Acá, todo intrépido, ¿no?Abominable hombre de las papas.

Y así. Por eso, por la dignidad y los recuerdos que a todos nos dejó Sabritas en nuestra infancia, yo los convoco a unirse a esta campaña anti-Bokados, y a seguir comprando Sabritas. Porque a final de cuentas, ellos son los que primero le copiaron a...

(Empresa creada en 1938. Comprada por PepsiCo en 1968. Todoslosderechosreservados)

Los quiero porque ellos son mi papa-pidata favorito. ¿Y qué? ¿Y qué? ¿Y qué?


Para los que tienen paciencia y siguen sintonizando mi blog. Y en particular a Christiaan Goslinga que me picó el orgullo el sábado pasado.

Monday, January 18, 2010

Como salsa en licuadora

Hoy que es lunes, pásenle al Korova para leer una historia influenciada por las telenovelas ochenteras de Televisa. Pásenle pásenle, ni pregunten y pásenleeee...


Para Valentín Pimstein, y todas las historias pedorras que nos recetó vía Televisa. Chale.


Monday, January 04, 2010

How deep is your love?

Una semana después del cumpleaños de mi abuelo Afif siempre venía el de mi abuela Marlene. Y ella, al contrario de su esposo, jamás tuvo un problema en usar todo lo que le regalaba.

Mi abuela cumplirá 2 años sin mi abuelo este 28 de enero, después de estar 52 con él. Y aunque ha tenido periodos de consternación muy profundos, más profundo ha sido su instinto amoroso que le ha permitido seguir viva y queriéndonos a todos.

Para ella, este canción de los Bee Gees, interpretada por John Frusciante, recién separado de los Red Hot Chili Peppers. Canta igual que yo: feo feo, pero con harto corazón.

Las piernas y las sábanas

Hoy, la historia de cómo es Tokio mientras piensas en Scarlett Johansson entre las sábanas.


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Para Moussa Narry.