Sunday, August 22, 2010

Con la cuchara grande

Siempre, o casi siempre, mi primer alimento del día es cereal con leche. A veces Zucaritas, a veces Special K, últimamente el exquisito underdog de los cereales, el Extra. A veces con Leche Santa Clara, otras con Alpura light, o deslactosada. Pero siempre es cereal. ¿Por qué? Porque lo dice Esquire, y porque es un deleite comenzar el día machacando algo, aunque sea un cereal.

El ritual: plato hondo, primero cereal, luego la leche, y...

Hago un paréntesis.

Mi prima Elda entra a la cocina y me ve tupiéndole al cereal. Sin más, se dispone a cuestionar mi sacrosanto ritual a través del weakest link, por donde menos podría esperar. Sería una minucia si el cuestionado no fuera yo. Pero como ya ven que no soy clavado...

Chanfle, ¿por qué comes el cereal con cuchara grande? ¡Se come con cuchara chica!

Ah. No. Bueeeeeeno. Cómo que por qué como el cereal con cuchara grande. El cereal es un equivalente a la sopa por la mañana. Se come en plato hondo, como la sopa, y se come con cuchara grande, como la sopa. Es con cuchara grande porque los bocados deben ser vastos, porque la porción es abundante. ¡Por Dios! ¿Quién dice, 'sírveme cereal... pero poquito'? ¡Nadie! El crunch-crunch-crunch nace del hocico retacado, casi desbordante, producto del bocado atascado, que no puede viajar más que en cuchara grande!!!

Eldita argumenta que el cereal es como un postre, y como tal, se debe comer con cuchara chica. Que es un error monumental comerlo con la grande...

Ok, concedámosle la duda. Supongamos que yo, como individuo, puedo estar equivocado (vaya, es un decir, jaja). Perfecto. Vayamos entonces con el panel de expertos para que determinen la situación y dicten un veredicto...

Exhibit A: Corn Flakes



El niño come con cuchara grande. Y son Corn Flakes, cereal deglutado por millones y millones de cerealeros. Pero bueno, ¿muy populista? Va.

Exhibit B: Papá Pitufo


Más claro ni los ojos de Ludwika. ¡Papá Pitufo come con cuchara grande! Años y años (no sabemos con certeza cuántos) de comer cereal, seguramente con pitufresas, certifican al anciano para asegurar que la opción es la cuchara grande.

Exhibit C: El Conejo Trix


Nótese el tamaño de la cuchara. No sólo es cuchara grande, ¡¡¡es cuchara enoooorme!!!

Exhibit D: Captain Crunch

Otro miembro de la experiencia cerealera certifica que lo correcto es cuchara grande. Y además come cereal con peanut butter (LO QUIERO, AHORA, ALGUIEN CONSÍGAMELO). ¿No es suficiente? Okei, el último panelista es un protagonista del mundo democrático, alguien incapaz de mentir y con credibilidad garantizada...

Exhibit E: Barack Obama.


¡Barack Obama con cuchara grande! La cuchara es más grande que nariz!! (No es poca cosa). Y ojo, no es cualquier cereal. Es cereal... con esperanza en cada tazón. Quióbole.

Si esto no es suficiente, entonces ya no sé qué es. Los votos me respaldan. Estimad@s, no se equivoquen. Literal: sírvanse con la cuchara grande (y no necesariamente hablo de cereal).


Para Eldita, que la quiero mucho aunque se sirva con cuchara chica.

Tuesday, August 10, 2010

La venganza con patillas

En efecto, la venganza es un plato que se come frío. Pero no hay quien lo explique mejor que Jules Winnfield, con una cita bíblica de Ezequiel 25:17, recitada de memoria antes de forrar con plomo a un peladito que se metió con Mr. Wallace.

La venganza es un plato que se come frío. Pero luce más si se cobra con esas patillas. Y con esa fuuuurious anger y el tamaño de esa nariz. Tal vez yo no necesite tanto. Poquito y picoso es suficiente.

(Abajo les pongo la transcripción, para que apliquen el sing-along)



There's this passage I got memorized. Ezekiel 25:17. "The path of the righteous man is beset on all sides by the iniquities of the selfish and the tyranny of evil men. Blessed is he who, in the name of charity and good will, shepherds the weak through the valley of darkness, for he is truly his brother's keeper and the finder of lost children. And I will strike down upon thee with great vengeance and furious anger those who attempt to poison and destroy my brothers. And you will know my name is The Lord when I lay my vengeance upon thee."


Para QT. ¿Qué tienes en la cabeza, tío?

Monday, August 09, 2010

A 10 años de enseñarme todo lo demás

Tomé mi mochila (ya no había por qué llevar una), me fajé la playera (tampoco debí hacerlo), me tragué los nervios (en realidad no lo hice) y caminé a casa de mis primos desde donde partiría al lugar de los hechos.

Ayer hace exactamente 10 años sucedió, y probablemente nadie que coincida con dicho evento hubiera recordado el aniversario sin leer este post.

El 8 de agosto de 2000 fue el primer día de clases del semestre Otoño 2000. El 8 de agosto de 2000 entré a la Ibero. Ese día se me ocurrió revelar que me metía a la carrera porque quería ser cronista deportivo (asterisco gigante). No contaba con que Gómez Mont era el maestro con café en una botella de Bonafont de litro y medio, y me hizo narrar un gol imaginario en plena clase. Una aberración que aún lamento (porque lo grité como un gol heroico y Gómez Mont lo metió sin la menor gracia).

Decir que fue uno de esos días que cambió mi vida sería sobrevaluarlo. La verdad es que entrar a la universidad es un día programado para quienes se proponen hacerlo, no hay mayor significado por sí mismo. Lo que cambia para cada individuo es el dónde, el cuándo y el cómo.

Suelo alegrarme cada 8/8. Los detalles de hace 10 años los tengo muy bien grabados (creo). Supongo que era distinto, porque de entrada no tenía barba. Ésa salió un año después, junto con otras angustias y complicaciones. La Ibero me recibió sincera, debo decirlo. Con mucho maquillaje y una amplia posibilidad de elección. Lo u.n.i.c.o. que me impuso fue mi grupo de primer semestre, de donde conservo varias joyas.

No quería que este post se convirtiera en esta nostalgia, pero vaya, supongo que es inevitable. A una década de haber entrado a la Ibero, conservo mucho y poco de la universidad. Muchos de los objetivos, poco del idealismo que derramaba en los pasillos. Ese se quita con los años y te vuelves más práctico (que no necesariamente apático).

Lo que dicen es cierto. Lo que no te enseña la universidad te lo da la experiencia. La Ibero me puso todo lo demás. Un tremendo bonche de amigos y gente muy valiosa. Mujeres que adoro, amigos entrañables, y varias lecciones de cómo jugar dominó. Cientos de horas libres, jetas deliciosas en el pasto. La capacidad de reflexionar y sobrereflexionar. Vivir protegido y desprotegerse voluntariamente. Aprender a reclamar y a callarte el hocico. Saber que todo cuesta y que nadie regala nada. Descubrir nuevas rutas para llegar a tu destino con tal de esquivar el tráfico (también aplica para los coches). Entender que es mejor no estacionarse (mismo paréntesis que la aseveración anterior). Llevar tus metas al límite, y sobre todo, terminarlas.

A 10 años de entrar a la Ibero, volvería a entrar a la Ibero, fácil. Pero Dios, qué bueno que entre tus facultades todavía no está la de regresar el tiempo. De lejos se ve más fácil.


Para que se acuerde quien no se acordaba

Tuesday, August 03, 2010

Este adorno que vuelve a crecer

¡Ah cómo nos encanta poseer! Sentirnos dueños implica sentirnos poderosos. Tener una casa, un boleto invaluable, un coche, o ya cuando muy avorazados o egoístas, una persona. La posesión es nuestro armamento sentimental, constituido por algo o alguien que pretendemos guardar y proteger, al menos hasta conseguir algo mejor... ¿cierto?

Pero no nos sintamos culpables, pues es un ejercicio un tanto inconsciente. Uno trabaja fuerte que conseguir esas posesiones, y la gratificación es constante. Pero hay que tener cuidado, porque si uno abusa, el desgaste de lo que tenemos puede rebasarnos.

El cabello es uno de los artefactos más útiles para la seducción. Las mujeres lo entienden mejor. En el caso de los hombres, el cabello, o la ausencia del mismo, se usa como mero ornamento capilar, cuyo orgullo radica en la escasez o la abundancia.

Desde hace mucho decidí que mi cabello no era tan importante, o al menos no para quitarme horas de sueño como sucedía en la secundaria. Opté por el cambio de look constante, sin importar las consecuencias o barbaridades cometidas con él, refugiado en la fragorosa frase "ps qué, ¿vuelve a crecer, no?".

Así, hace poco decidí raparme en pos de un objetivo mundialista. Sudáfrica ya es otra vez un punto desconocido en el mapa , pero yo mantuvo el rapiñe. Tal vez algún día lo deje crecer de nuevo, para que el buclillé, o lo que quede de él, vuelva al puesto de donde lo quité sin licencia. Lo extraño, pero no tanto. Cada look tiene su chiste. Pero en esencia, con cualquiera se puede hacer payasadas.


A final de cuentas, vuelve a crecer... ¿no? (Ago. 2010 vs. ??? 2007)


Gracias Ana, por la imagen.

Sunday, August 01, 2010

El decálogo del shuffle

1. Aunque no parezca, el Shuffle tiene un inicio y un fin. Una secuencia es finita. Sólo que moriremos en espera de ver cuándo se repite ese mismo orden de canciones.

2. El Shuffle te sabe premiar con las canciones indicadas para el momento que vives. Sólo tienes que fomentar esa práctica en peligro de extinción: escuchar las rolas sin cambiarle antes de su final.

3. Si sale una buena canción que te emociona porque hace mucho no la oías... disfrútala, pero no le pongas back para escucharla de nuevo porque no te emocionará igual y perderá su encanto.

4. No tengas miedo de borrar lo que no te dignas en escuchar en Shuffle.

5. Rolas de programas de TV y jingles que habitan en tu iPod, tales como Burbujas, los Pitufos, Chabelo y Cepillín, sólo cuentan con el Shuffle como posibilidad para salir a la luz.

6. Nunca pretendas hacer un playlist de un fragmento de secuencia Shuffle. Es como querer repetir las mismas bromas casuales en una peda.

7. No creas que el Shuffle es un reflejo de tu vida. Bueno, sólo considéralo cuando te ponga de buenas.

8. El mejor #musicalwisdom, invariablemente, sale del Shuffle.

9. El ícono del Shuffle es una de los mejores invenciones de la historia. Podría servir para diagramar almas y corazones.

10. Shuffle is wiser than it appears. Trust it firmly.