Wednesday, April 30, 2008

El caos conSentido

La espera bianual acabó ayer.

Hace unas semanas conté la historia del nacimiento de mi gusto por Dream Theater, justo cuando compré mis boletucos para el concierto. Y hoy, sabiendo de antemano que las crónicas y relatos del recital hablarán de los lugares comunes más comunes referentes a la banda (léase "virtuosos", "hicieron 'soñar' a la gente", "los riffs de Petrucci", "la rola más coreada de la noche fue 'bla'"), acá expongo my very own reseña (jaja, quióbole batooo), en espera de que sea un verdadero referente para los 2, 10 o 2500 fans que fueron o no fueron al concierto:

Hace dos años, en la gira de Octavarium, en la que celebraban su vigésimo aniversario como grupo, Dream Theater mostró un show más versátil, expansivo en términos multimedia. Dejaron de ser una banda de rock progresivo con excelencia técnica y luces bien aplicadas para convertirse en un espectáculo total, una vivencia por sí misma, aportando elementos como una animación con ellos en caricatura e ilustraciones de toda su trayectoria proyectadas en las pantallas.

Esta vez lo hicieron de nuevo. Ayer Dream rompió una tradición de abrir sus conciertos con la primera del disco que promoción. Pero mira que no bajaron el standard: su intro del concierto fue, nada más y nada menos, Así Habló Zaratustra de Richard Strauss, la canción con la que concluye 2001: Odisea del Espacio, la obra maestra de Stanley Kubrick (al mismo tiempo proyectaron una hormiga –el sello del Systematic Chaos- simulando el feto de la escena final que musicaliza con la rola mencionada). Un gustito que no cualquier se puede dar.

Ya en su repertorio, se jalaron con Constant Motion que no es de mi particular agrado. Pero siguieron con Strange Deja Vu que prende porque porque prende, luego Blind Faith que es de mi personal best, y luego metieron Surrounded. Y aquí demostraron por qué Dream es una leyenda andante. Un inicio suculento con lentitud debraiante, la integración de la voz de LaBrie, suavecita, cambios de ritmo alucinantes, solos de Petrucci dignos del orgasmo, la explosión de la voz de LaBrie, estridente, un duelo entre Rudess y Petrucci, con el teclado-guitarra del primero en forma de aleta de tiburón, y la expiración de la canción con suculenta delicadeza. Caray, Surrounded, la mejor canción de la noche.

En el aspecto del video, el número más fascinante de la noche fue Dark Eternal Night, una canción en la que hablan de una lucha contra seres fantásticos y monstruosos. En un documental para el disco Systematic Chaos, cuya gira de Norteamérica comenzaron en México precisamente, el líder y baterista Mike Portnoy hablaba de las dificultades que atravesaba Dream Theater para componer música y letras agresivas al ser ya todos padres de familia con lunches que hacer y esposas que atender. Por ello, para grabar el disco con toda la intensidad necesaria tuvieron que encerrarse dos meses y sólo hablar esporádicamente con sus familias.

Bien valió la pena. En una nueva animación para Dark Eternal Night, proyectaron una especie de juego de video en el que los cinco elementos batallan contra un gran lobo, al que vencen junto sus poderes que emanan de sus instrumentos musicales. Bien podría ser un éxito como juego de video. Un momento cómico y alucinante, tomando en cuenta que como soundtrack de la caricatura estaban… ¡tocando en vivo!

Ver a cada uno de los integrantes de Dream es un deleite por sí mismo. Pero nos deberían de cobrar extra por observar exclusivamente a Portnoy. Es un animal. Tira baquetas al por mayor, voltea a ver a la cámara que está a sus espaldas y sigue sus movimientos, se quita un moco con una baqueta, hace muecas, escupe Lupe, se pone la camiseta del Tri, y al mismo tiempo comanda el ritmo de sus cuatro secuaces. Portnoy: caótico con sentido, lunático consentido. A mi parecer, el músico de nuestra época.

De las 5 veces que los he visto, este ha sido mi setlist favorito. Me remitió a mi época post prepa en la que viajábamos a la casa de Nabil en Cuerna coreando estas canciones. Vinieron Take the Time, Voices, Erotomania (bueno, esa no se corea porque es instrumental). Y de las nuevas, Forsaken se lleva las palmas con todo y el video de la vampiresa que se roba al Portnoy caricatura.

Entre mis cuates, el popurrí final dejó qué desear (Trial of Tears-One last Time-In the Name of God-Learning to Live-Octavarium). La verdad es que el repertorio de Dream es tan gustado y tan amplio, que es imposible complacer al 100 a todos los que colmaron el Auditorio. Pero eso sí, dudo que alguien haya salido insatisfecho. Dream Theater repitió la dosis: atendió al séquito de fans que los venera sin reserva. Pero es tan buena la carga emocional, que rinde para aguantar cada dos años. Y hoy, lamentablemente, comienza una nueva espera.


Una vez más para el Zabatash, que me presentó una de las manías más importantes de mi vida. Mil pinches gracias.

Tuesday, April 22, 2008

Behind the scenes

Y bueno, para cerrar con broche de oro este asunto del Pitufo, les comparto algunas fotos... con una breve pero concisa narración.

1. Pitufo compra acciones en New York. Atiende sus bisnes en la transformación.


2. Pitufo dos caras. Anverso y Reverso. Y cuando llegó la fiesta, ¿qué? ¿nos agarramos el reverso? ¿no? Chaaa...


3. Pitufo siendo perseguido por un perro culero que le mete un sustito de aquellos. Luego se detiene e impone su ley.
 

4. Pitufo dirige el tráfico, aunque no hay un carajo de tráfico en sábado a las 5. Es que juega el Cruz Azul y la gente se acostumbra.


5. Pitufo cruzazulino brinca la riata con tal agilidad digna de hipopótamo en río.


Eso es to, eso es to, eso es todo amigos. No hay más fotos, psss, porque se pierde el chiste.


Para quien en un viaje de aquellos se inventó los Pitufos.

Sunday, April 20, 2008

I'm blue (o mis horas como Pitufo)

Heme aquí.

De condón, de Gene Simmons, de terrorista, de microbusero, de puberto de escuela pública. Todos mis disfraces anteriores han tenido sus dosis de dedicación y cariño, pero esta vez el ímpetu llegó al siguiente nivel.

La tradicional Inphiesta llegó a su versión 3.0 con bombo y platillo. El tema fue Ochentera. Y la aclaración era, facha ochentera o personaje ochentera. Como el look Flans (y sus equivalentes masculinos) me parecen sencillamente fastidiosos, convoqué a una lluvia de ideas para elegir avatar. Las propuestas transcurrieron desde lo técnicamente inviable (Pistachon Zigzag y Patas Verdes), lo socialmente no conveniente (Cepillín), hasta lo definitivamente inoportuno (mi mamá sugerió Chispita).

Después de días y días de reflexión, las opciones se redujeron a a) Pitufo o b) Uniforma cruzazulino de los 80. Pero, ¿por qué quedarse con una sola cosa cuando se puede tener todo? La solución= a+b.

Como siempre sucede, dejé hasta el último momento la (no) planeación de mi disfraz. Y por alguna razón pensé que sería fácil pintarme como Pitufo. En esa ligereza, a unos días del evento, me recomendaron una bodypaintera profesional. Digo, si ya voy a hacer el ridículo… pues que ya sea a lo grande, ¿no?

Cita en mi casa, sábado 3:30. Llega Irma con un estuche como de payasito de fiesta, con brochas, pinceles y pinturas. Bajo estricta recomendación de mi señora madre tapizamos la alfombra con periódico, me quedé en chor y dejeme pintarrajear.

Mil dudas atañen mi ser. ¿Se quita con un baño? Sí. ¿No me va a tapar los poros? No. ¿Puedo hacer payasadas mientras me pintas? Sí. Irma comenzó por la parte anterior del torso. Flashback a mi niñez, cuando me aterrorizaba ver el comercial que promocionaba Cats, porque pinchurrientos gatos me parecían espantosos con todo ese maquillaje. Y ahora ahí estaba yo, a merced de la brocha, jugándole al artista y disfrutando como enano.

Irma resultó no sólo ser una gran bodypaintera, sino también una confidente excepcional y fotógrafa con inventiva . Cuando llegó a la parte de los oclayos, supo que para delinearlos tenía que engañarme con un dulce o algo así. Mérito de ella aguantar a la nenita.

Cuando uno tiene pintado 90 por ciento de cuerpo, el personaje se infiltra porque se infiltra. Y como a eso de hacerle a la mamada no se me da, pues… ¿por qué no bajar a calle y compartírselo a la ciudad?

Salí, y cual botarga pagada empecé a saludar desde la banqueta. La gente, maravillada. Me tocaron el cláxon, bajaban los vidrios para tomarme fotos con el celular, me gritaron ¡Arriba el Cruz Azul! (a huevoooo putos). Irma seguía capturando cada escena de lo ocurrido. Se me ocurrió cruzar al camellón de Río Mixcoac. Ahí seguía con la galería de pendejadas, cuando empecé a escuchar ladridos.

Reaccioné. A ver pendejo, si tú ves un gigante azulado, ¿no te extrañaría y correrías a cotorrearlo? Pues eso pensó un pinche labrador que con súbita rabia se encarreró hacia mí. Tenía una de dos, quedarme ahí como pendejo hasta que me mordiera mis instintos, o echarme a correr. Y pues, a derecha de escena. Fueron unos cuantos pasos de cobardía, cuando reaccioné y apelé a la ley de la selva. Quietooo canino. Para entonces los dueños del perro, Irma y tres mirones estaban cagados de la risa con la escenita. “Es que se espantó...”. Chinga tu madre tú y tu espanto. Recogí mi dignidad y me puse a dirigir el tráfico. Unos hasta me aplaudieron.

Procedimos a ir a la Comer por tequila. Irma, de copilota y buen samaritano, me recordó que podría causar un shock cultural si entraba al súper a comprar pitufresas así como si nada. Así que me quedé en el estacionamiento, de donde recuerdo dos capítulos. Una señora manejando baja su vidrio y dice “Mira hijo, el Monstruo Azul”. ¿Monstruo azul? ¿Tres horas de arte… y monstruo azul? Na mams. Acto seguido, un señor… “mira hija, el Señor de Azul”. Bueeee… no está tan denigrante pero el señor es pendejo. ¿El señor de azul? ¿Cree acaso que me pinté y salí a la calle con solo shorts y tenis para ser el señor de azul? ¡Chingada madre soy pitufoooo!

Ya en la Inphiesta fue un cotorreo. ¿Qué Pitufo eres? No, pus… Fortachón definitivamente no. Vanidoso igual y sí, pero la lonja me contradice. Filósofo, creo que no era el momento. Así que creamos nuevas categorías. Pitufo entrometido. Pitufo castigador. Pitufo comedor de tacos al pastor. Indiana Jones me sometió sin piedad y Rocky me acomodó unos catorrazos. Ya después del desmadrito, me puse mi playerita y llegamos al a+b= Pitufo Cruzazulino.

Llegué 4:30 a mi casa directo al baño. Chíiiingate a quitarte toda la pintura. Y sí, si se quita, pero hay que tallarle. Aún tengo restos de mis horas como Pitufo detrás de las orejas, debajo del bigote. Ya le tallaré. Con todo y el jelengue, vivir de azul, quitarme un trauma y hacerle a la mamada, bien valen la pena.

Todas las fotos del proceso en (dirección por definir, consulte al rato). Aquí le regalo un fragmento del debraie (¡Al fin aprendí a empotrar los videos como en los blogs pros!).






Para Irmita, quien aguantó estoica todos los pasajes del azul jaloneo.

Friday, April 18, 2008

Tender la cama

Nunca un deber cotidiano fue tan despreciado.

Tender la cama es un ritual cuyo significado vive subestimado. Es la primera gran encrucijada del día, y el desempeño en ella marca también el final de la jornada. Cuando alguien mienta la madre porque “debe” tender su cama (fool of him), no piensa en la recompensa que tendrá en el instante en que llega en la noche al ver la colcha extendida, las sabanas sacudidas y los cojines estirados gracias al placenterísimo golpeteo a contracuerpo.

Como muchas de mis manías, mi goce por tender la cama es un legado de Afif. Rogaba porque él hiciera mi cama, porque le encontraba perfecta cuadratura a las cobijas, el ajuste contra el colchón era el ideal, y la estética inigualable. Sin embargo, no puedo decir que me haya enseñado cómo tender una cama. De hecho, es una virtud intransferible. Es puro feeling. Como hacer el nudo de la corbata, o los masajes: te pueden “enseñar”, pero hay quien lo trae… y quien no. Puedo presumir, by the way, que poseo esos tres dones (igual que mi abuelo).

Tender la cama es todo un chiste. El aleteo del cubrecolchón es el primer paso. Fuerte desde una esquina, la sacudida debe simular olas de mar. Desde ese mismo punto, se mete bien contra el box spring. La sábana es lo más difícil de colocar. Un desequilibrio en el posicionamiento puede causar una de dos, frío en la noche (en el caso de los solteros) o un jaloneo terrible (para casados). El balance de la sábana también aplica para qué tan arriba o tan abajo se coloca, con el afán de evitar lo que yo llamo el problema ‘Pink Panther’, es decir, taparte la cara o taparte los pies. Los cobertores son lo más “sencillo”, y la colcha es la fachada, la apariencia, la imagen que provoca el deseo de acostarte o las ganas de refugiarte en el sillón.

Siempre preferiré dormir en una cama destendida, que en una mal tendida. Me puede poner de malas. El tendido de una cama habla de la conciencia de las personas. Y con una cama pegada a una pegada a la pared, es imposible tenderla bien. En estos casos, la recomendación es mover un metrito el colchón para al menos intentar salvar el barco.

Sí, ya sé (y lo pongo con todas las comillas), tender la cama es “de mujeres”. Ja. Hasta hace poco, cocinar también lo era ¿no? Yo sólo digo que tender bien una cama trae consigo incluso mejores recompensas que una buena cena. Alcanza el grado de afrodisíaco.

Ahora, que quede claro, un buen tendido de cama es para disfrutarse. Si uno quiere dormir quieto, refugiado en la temperatura ideal que brinda una cama bien tendida, perfecto. Pero si hay guerra en el altiplano, y el revolcadero es inevitable, no hay problema. Siempre habrá una nueva mañana para volver a tenderla. Y volverla a disfrutar.


Para los que distinguen la diferencia entre una vida buena... y la buena vida.

Wednesday, April 09, 2008

Charlton Heston

Charlton Heston es un ícono del cine gringo. Es una especie de... no sé, Andrés García para nosotros. Galán, palomero, famosísimo. Obvio, él tuvo más proyección por trabajar en Hollywood. Pero bueno, hablo de simbolismos. A él lo marcó su papel en Ben-Hur (yo siempre he querido ver la cagada del reloj digital, pero nunca lo noto), pero yo lo recuerdo por el Planeta de los Simios, como Taylor. Sublime, con sobreactuación y todo. El 'nooooaaaaaaaaaa' en frente de la Estatua de la Libertad es magistral. Magistralmente charro, pero memorable. Tal vez Heston sea el primer héroe hollywoodense. Héroe, no galán. El antecedente de los McQueen, los Stallone, los Cruise, los Damon, los LeBouef. Todo un caballero de la mesa cineátográfica. Una referencia cultural por sí mismo. Difícil de olvidar.

Charlton Heston es un ícono de la violencia gringa. Orgulloso de su casta, Michael Moore se encargó de destaparlo en una entrevista para Bowling for Columbine. En unos 6 minutos, encueró al whitetrasher desalmado que vive en él. Como presidente de la NRA (National Rifle Asociation), exaltó los derechos que le otorga la 2nd amendment constitucional de EU, de tener armas en casa. Pero sin consciencia, no supo explicar por qué los índices de violencia y asesinatos en su país se disparan con respecto a otros de primer mundo. "American history has blood in its hands" y "It's all about mix ethnicity", fueron sus dos justificaciones básicas. O sea, "porque debo" y "la culpa es de ellos". Heston es la representación del gringo que desconoce su pasado, su presente y su futuro. Porque no le importa. O bueno, no le importaba. Una referencia cultural por sí mismo. Difícil de olvidar.


Para Charlton Heston (1924-2008)

Friday, April 04, 2008

Amazing cosmic convergence

Horton hears a who. Sin lugar a dudas, mi nueva película animada favorita, desbanca a Finding Nemo. No tengo que analizarlo. Nemo, a su vez, desplazó así de rápido al Jungle Book, con su cachucha de película de niños cuando en verdad era una Odisea disfrazada, pintarrajeada con todo tipo de lecciones en cuanto a las relaciones interpersonales.

Horton me ha cimbrado. Interpretada en inglés por los maestros Carrey y Carrell, es la película con el mensaje filosófico más contundente que recuerdo. Cómo me hubiera servido para cuando estudiaba mi segundo curso de filosofía en la Ibero, cuando no me quedaba claro la diferencia entre racionalismo y empirismo, cuando Descartes acaparaba las dos corrientes (Lost también ha planteado el dilema, incluso dándose el lujo de poner personajes llamados John Locke y Desmond David Hume, empiristas de cepa, en contraste con el master de masters Jack Shepherd, racionalista de corazón -contradictoriamente-).

No es que les vaya a contar la peli (siempre me ha cagado las reseñas que arruinan la emoción), pero sí quiero enfatizar lo importante que es que como mexicanos, y aún más como chilango, vean Horton hears a who (tristemente ahora sólo quedan cines en que la pasan en español).

Y es que... somos bien pinches intolerantes: todos, para todo. El mundo es así es general, pero nosotros rebasamos la media por mucho. Somos incapaces de aplaudir el logro del otro, tenemos una obsesión por sentirnos reconocidos, y otra más por colgarnos la medalla de la razón aun sin tenerla. No escuchamos un carajo, sin importar que cuando utilizamos la oreja con verdadero ahínco, llegamos a puntos altísimos de reflexión. Horton escuchaba, escuchó. Valiéndole madre la tiranía de la de enfrente (la canguro podría ser un político mexicano sin problema alguno, Manlio, Fox, Amlito, el partido es lo de menos).

Más allá de estos paralelismos, Horton trae diálogos memorables, para el recuerdo por sí mismos. La primera vez que se contactan Horton y el Mayor, aaaaaaahhh, qué orgasmo. Mi línea favorita:

"Your whole world fits in my world, we're in the middle of an amazing cosmic convergence!".

El tiempo hace olvidarnos de esas pequeñas grandes preocupaciones que nos aterraban en universidad, o bueno, por lo menos a mí sí me angustiaba un chingo este asunto de la existencia, y de Dios, y de qué somos, y a dónde chingaos vamos cuando todo vale madres en la Tierra, y de qué coños provoca los desastres naturales, el día y la noche, los temblores. ¿Será todo lo que la ciencia nos ha enseñado, o podrá rebasar todo eso el impacto de una fuerza suprema? ¿Pueden ambas teorías convivir en paz?

Todo este debraie lo entenderán mejor si ven a Horton, que además, pinta con una estupenda gracia alternativa la particular perspectiva selvática del creador. En fin, ya vayan ya.


Para el Dr. Seuss, y su caótica concepción del mundo. Nada más cercano a la realidad.