Sin embargo, no es simplemente un asunto relativo a las mujeres (o viceversa), sino que la plática atañe directamente a la manera en la que nos desenvolvemos en el mundo. Realmente, las amistades se miden con la plática. Qué tanto tiempo puedes estar con alguien platicando es el barómetro perfecto. Sí, la periferia cuenta. Que si la música, que si la botana, que si otros comensales, que si el lugar, que si la ocasión, que si la interfase... es sólo eso: periferia.
En la plática radica la conexión directa con alguien (amigo/amante/amagante). Por supuesto, hay varios tipos de plática:
- La unilateral: uno de los participantes sólo se dedica es manotear con la mente 'viene, viene, viene').
- La cajonera: la de siempre, pero necesaria.
- La de vestíbulo: sirve de calentamiento para temas candentes.
- La cotorra: circula alrededor de un tema regularmente intrascendente, pero puede durar horas y ser muy divertida.
- La conferencial: Alguien acapara la palabra y tiene embobada a la audiencia sin queja alguna.
- La moralista: No es un regaño, no es un consejo, sino un poco de las dos.
- La picadora: Su objetivo es extraer información de manera casual (se usa con mujeres 95 por ciento de las veces).
Y así. Vivimos tan atareados, que solemos despreciar la plática para dejarla al fondo de nuestras actividades diarias. ¡Oh error! No hay nada más nutritivo que una plática activa, digna del recuerdo, que se convierta en un recuerdo por sí mismo.
He tenido pláticas memorables, con conversadores tan ilustres como cotidianos. Y en diversas condiciones: en la playa sin distractores, bajo la influencia de sustancias pendejantes, a la luz de restaurantes aperrados, a la sombra de paredes infranqueables, a escondidas, a gritos, a sombrerazos, zumbando de caliente, hecho bola de lo helado, al borde de las lágrimas, al borde del delirio, rozando el desquicio y sobando el paraíso.
Todas, en mayor o menor medida, las aprecio. Porque palabra a palabra, frase a frase, me han ayudado a ser mejor conversador. Y de paso, ligar mejor (claro, excepto en el gimnasio).
Para mi abuelo, a quien no le gustaba escuchar mucho. Ni cómo culparlo, si no era necesario. Platicar con él (unilateral) era un plácer de reyes.
5 comments:
me encantó, te tengo recomendado en mi blog!
muy cierto todo.
...la de vestíbulo me embarazó!! es la más efectiva para ligar chanfle... ya no lo pienses más!!
"rozando el desquicio y sobando el paraíso" me sonó a cancion de Coda o de Mijares. "Periferia", "paredes infranqueables"... ¡Maestro! Vaya poesía... Yo siempre recordaré esa platica sobre zombies y la vulgaridad en la estética de los infomerciales. Ah! La plática...
Me gustó mucho este post, mucho. Y me gusta platicar contigo porque se puede ir de lo más profundo a lo más pendejo en cuestión de segundos.
es muy cierto y por lo menos conmigo verbo si mata carita y también cartera
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