Van a pensar que estoy loco, pero bue… no será la primera ni la última vez.
Era una apacible mañana de jueves, casi como cualquier otra. Regresaba de mi rutinaria sesión en los Viveros, y al entrar en la Fortaleza (inmueble donde se ubica el Purgatorio), recordé que por segunda semana consecutiva, Hermila estaría en mi sacrosanto hogar.
Abrí las 24 chapas que aseguran mi departamento y entré al mismo. Caminé casualmente hacia mi cuarto y salió Hermila. “Hola joven comostá”. Sin detener mi andar a la recámara, respondía cuando encontré una catástrofe.
“Bien y tú como estás HermiiiiiiIIIIIIIAAAAAAAAGHHHHHHHHHH…
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Desde mi arribo al Purgatorio en marzo de 2007, mi hermano y yo encontramos la manipulación perfecta para que, esporádicamente, mi jefa nos ayudara con todas aquellas labores del hogar que al hombre (o al menos a nosotros) simplemente no se le dan. Léase, sin contar la sacudida, todo aquello que implique la intervención de utensilios de limpieza. A cambio, yo le pasaba igual, esporádicamente, una feria en efe o en especie (es decir la invitaba a comer o algo así) como “recompensa” por su labor. Así, nos ayudaba, convivíamos y todos éramos retefelices.
El caso es que al principio mi mamá lo hacía con toda dedicación y ahínco, pero luego, un poco por su intensidad y otro más porque ya ven que nosotros casi no hacemos desmadre, pues… ya no le entró.
El Sub y yo llegamos a la conclusión de que había que contratar a alguien para que solventara dichas labores, puesto que ni él se iba a poner el delantal, y los trapeadores y yo tenemos una orden de restricción mutua.
Y así nos recomendaron a Hermila. Espalda ancha, sonrisa prominente, regordeta, toda una guerrera del hogar. Y después de su primer desempeño, quedamos convencidos de que she was the one. Lo dejó todo rechinando de limpio. Pero en su segunda aparición cometió un error que seguramente ya no repetirá.
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… hhhhhhhhhhh”
La catástrofe estaba frente a mis ojos. Al pie de mi cama, no podía concebir un tendido más patético, más descuidado, más ruín. Casi una farsa. Para los que no lo saben, una de mis mayores manías es el tendido de camas (Para mayores detalles,
aquí).
Volteé casi con rabia, pero me contuve. “A ver Hermila, ven para acá”. La tomé del brazo y la llevé a mi cuarto. “¿Tú tendiste mi cama?” Soltó un sí, todavía con algo de seguridad. “No Hermila, por favor no lo hagas, no se vale, si no vas a tender bien la cama simplemente… no”.
Yo estaba trabado. No sabía si culparla por malhechota o aventarla por la ventana. Preferí la calma y decidí instruirla.
Mira Hermila, una cama es como un amante. Si la tratas bien y te esmeras en los detalles, serás recompensado. Vamos por partes:
El cobertor se mete bien contra la base para que haya tensión en el tendido. Parejito y sin dejar rastro. Para que no quede así:
Sino así:
El doblez de la sábana es la esencia del tendido. Le da personalidad al mismo. Tiene que quedar paralelo a la periferia de la cama misma. Para que no quede así:
Sino así (Noten el pequeño doblez en el doblez. Ése es mi sello personal):
La simetría al poner la colcha es lo más importante. Si hiciste bien todo lo demás y no pones la colcha derechita, vale madres todo eh Hermila. Para que no quede así:
Sino así:
El detalle fino es la colocación de las almohadas. Tienen que quedar con boquita Hermila, con boquita pa’que me entiendas, no planotas. Para que no quede así:
Sino así:
¿Me entendiste Hermila? Esto no es así como de enchílame otra. Si no vas a tender a mi cama bien, neto, mejor no lo hagas.
Hermila se fue al cuarto de mi hermano a seguir su labor, que por cierto, resultó aún mejor que la primera vez. Le pagué la cuota correspondiente y me metí a bañar con la tranquilidad de haber hecho lo necesario para que no volviera a suceder. Estoy seguro de que le dejé una lección a Hermila que hasta en su propia casa van a agradecer.
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Pude haberle dicho todo lo anterior, pero no se lo dije. Sólo lo pensé. Tampoco se trata de herir susceptibilidades, porque la verdad, Hermila es una rifada. A la otra, mejor le digo nomás que no me la tienda porque me gusta regresar a acostarme. ¿Para qué conflictuarla? Todo lo demás lo hace muy bien.
P.D. Muchachos, tiendan bien sus camas, no sean huevones. Aistá el manual. Y si tienen dudas, consulten al experto.
Para los que se la creyeron.