Monday, November 29, 2010

El hogar de todos

Hace poco más de una semana me conminaron a sacar todas mis pertenencias de la casa de Eugenia1259. Retaqué mi coche con cajas y bolsas para cumplir mi parte de una macromudanza que comenzó hace varios meses, si no es que años, con la cual abandonaríamos la casa que vio crecer a mi familia durante más de 40 años.

La mudanza empezó el día que murió mi abuelo. Al día siguiente de su partida, saqué todas sus corbatas y las repartí con El Arquitecto. Fue lo u.n.i.c.o. material con lo que me quedé de él. Todo lo demás vive en recuerdos y sentimientos en forma de envases. Mi abuelo no dejó gordas cuentas bancarias ni prósperos negocios. Pero tampoco dejó una sola deuda, conflicto o problema que mi abuela Marlene tuviera que heredar. Su gran herencia fue esa casa del Eje5 en la que todos vivimos en algún momento y que próximamente se convertirá en otro edificio más de la Colonia del Valle.

Alguna vez mi abuelo me contó de cómo adquirió esa casa, pero la verdad no recuerdo bien la historia. Se la compró a una señora, al mismo tiempo que adquirió una buena deuda que liquidó con los años. La compró cuando Eugenia no era el Eje5, sino una pacífica calle con un camellón que tenía palmeras, y en la que mis tíos, entonces chamacos, podían salir a jugar futbol contra la fachada de la casa. Un día el GDF inventó los ejes viales y adiós tranquilidad. Así la conocí, con el caos al pie de la ventana, desde donde vimos choques, asaltos, manifestaciones y hasta arrancones.

En Eugenia viví en dos distintos periodos, cada uno posterior a los dos divorcios de mi mamá (los dos, de mi papá). En ambos fui recibido con los brazos abiertos, tan abiertos que cupimos mi mamá, mi hermano y yo. De ahí salí para ir a la prepa y a la universidad. Ahí llevé a mi primera novia. De ahí salí para mi primer trabajo. Ahí experimenté crisis nerviosas excepcionales. Tomé, dormí y comí on a regular basis tantísimo tiempo. Si esa casa fuera libro, sería mi querido diario.

Pero como les decía, mi abuelo decidió que era hora de mudarnos el día que dejó este mundo. Y parece que todos estuvieron de acuerdo, porque poco a poco se dieron las cosas para que la transición fuera tersa. Primero se derrumbó (literal) el cuarto de servicio donde vivía Virgencita, y así tuvo que mudarse a su pueblo. Luego se murió Wendy, acostada en el garage, cuando ya no ladraba ni por error después de vivir los casi 16 años que mi hermanó le regaló al comprarla por equivocación afuera de la Comercial Mexicana. Y después apareció un buen comprador que dio tiempo para completar la mudanza emocional, la más difícil de todas.

Curioso caso el de Wendy, que ejemplifica perfecto la naturaleza de Eugenia1259. Fue un refugio para el desamparo emocional. Una fogata gigante para los que tuvieron frío en la vida. Así como nosotros, también le dio cobijo al tío Adel, hermano de mi abuelo, o al Güero cuando le tocaron las peores. Todos tocamos base alguna vez en Eugenia1259. Mi abuelo no la construyó, pero sí le permeó ese típico toque hospitalario del paisano, tan atractivo para almas ambulantes que buscan calor de hogar.

Ayer fui al nuevo departamento de mi abuela, quien así de repente, está convertida en la soltera más codiciada de la Del Valle. Me presumió su nuevo hogar como si tuviera 25 años y estuviera lista para organizar las pedas con sus amigas. Muebles remodelados o nuevos, una gran ubicación y luz, mucha luz. “Párate en la puerta y velo otra vez, ¿a poco no quedó divino?”. Me cae que sí.

Esa departamento es un digno sucesor de Eugenia1259. Tiene el alma de Afif, el toque de Marlene y el esfuerzo de toda la familia para que haya existido. Ahora toca disfrutarlo como se debe: volviéndolo a convertir en la casa de mi abuela… y en el hogar de todos.


Para no tener miedo a cerrar ciclos, y abrir otros nuevos.

Wednesday, September 22, 2010

Pinches palomas

Correr en Viveros es sumamente placentero. Mientras más temprano, mejor. Si hace frío, los árboles cobijan. Si hace calor, amortiguan el sol dejando pasar tiritas que calientan de vez en cuando. El paisaje es pasmoso: los jardines, las filas de árboles adolescentes esperando ser comprados o plantados, las ardillas coquetonas y hasta la leña moribunda esperando ser recogida.

Pero como nada puede ser perfecto, hay un factor que funge de pasita en gelatina…

Las pinches palomas.

No me había percatado de su inmunda existencia hasta la semana pasada. Asumía que su presencia era tan justa en Viveros como la de las ardillas, pero no es así. Las ardillas viven en los árboles y respetan los demás espacios. Sólo pasan por la pista de arcilla para transitar, y hasta se apuran para no estorbar porque saben que no les corresponde estar ahí.

En cambio, las pinches palomas son una lacra. Se congregan de a dos, de a tres, o también se postran en solitario, todas altivas, pedorras, en medio de la pista, sin importar que uno tenga su ruta definida por la sociedad del Vivero. Todos respetamos, cada quien su espacio. Los árboles, las ardillas, los visitantes. Pero no las pinches palomas. Ellas se acomodan ahí en medio, y las puedes mosquear mil veces sin que se inmuten.

Las odio tanto.

Las palomas son seres soberbios por naturaleza. No se mueven a menos que casi casi les ruegues. Se la pasan chacoteando todo el día. Comen lo que uno les da, ya sea arroz o migajón, y cagan sin fijarse dónde carajos caerá su podredumbre. Hay otros animales que también reciben alimento, pero todos los demás tienen gracias y reciprocidad en lealtad. No las pinches palomas. Ni siquiera tienen chiste. No hacen nada, sólo están. Y hasta su ruido es desagradable.

Las palomas, como gremio, tienen un problema. Se creen seres humanos. ¡En serio! Creen que pueden caminar entre nosotros como si fueran uno más, por eso no se quitan.

Yo supongo que el problema data de tiempos antidiluvianos (literal). Véase La Mitología de la Paloma. En aquellas épocas de la creación, le habrán hecho algún favor a Dios. Ocupado en mil menesteres, al Creador se le olvidó decirle algo a alguien, y la paloma, oportuna y aprovechada, le dijo ‘yo te hago el paro’. Aquella fue y dejó el mensaje, y para cobrársela a Dios, le pidió ser catalogada ave y no roedor.

Las palomas son roedores con alas. Son iguales o peores que las ratas. Son los murciélagos del día. Son una plaga que lástima coches, pisos, y plazas enteras. Si han ido a Venecia entenderán lo que digo. Allá, ya no saben qué hacer con ellas. Y la gente sigue embelesada con no sé qué de las palomas. Hipnotizan para no dejar ver lo que esconde su impávida mirada. Mustias, hijas de la chingada.

Les digo, la paloma es un animal soberbio. Pocos animales cuentan con el privilegio de ser nombre propio para humanos. León, pues cómo no, el rey de la selva. Pero… ¿paloma? ¿De qué privilegios goza? Les digo, algo le saben a Dios.

¿Recuerdan Seinfeld? George Constanza dice haber hecho un trato con las palomas, se quitarían cuando él pasara con su coche, como la lógica lo indica. Pero no tardaron en recurrir a su naturaleza traicionera, y lo hicieron quedar en ridículo. No se quitaron a pesar del trato y las atropelló. ¿Y quién es el culpable? Constanza…

O con Ace Ventura, ¿cuál es el u.n.i.c.o. animal que no puede atrapar..? La pinche paloma, con recompensa millonaria.

Unámonos, pueblo, en contra de las palomas. Quitémonos la benda de los ojos antes seres tan impíos. Llamémosle rocetas a las “palomitas”. En vez de "palomita", pongámosle otro nombre a la contraparte del tache. Y también encontremos otro nombre al gol de "paloma". Coño, ¿en qué momento acapararon tantas expresiones de belleza si son seres del demonio?

Saquémoslas de nuestras vidas. Tal vez así aprendan a respetar.


Para Paloma (San Basilio). Qué culpa tienes tú.

Sunday, August 22, 2010

Con la cuchara grande

Siempre, o casi siempre, mi primer alimento del día es cereal con leche. A veces Zucaritas, a veces Special K, últimamente el exquisito underdog de los cereales, el Extra. A veces con Leche Santa Clara, otras con Alpura light, o deslactosada. Pero siempre es cereal. ¿Por qué? Porque lo dice Esquire, y porque es un deleite comenzar el día machacando algo, aunque sea un cereal.

El ritual: plato hondo, primero cereal, luego la leche, y...

Hago un paréntesis.

Mi prima Elda entra a la cocina y me ve tupiéndole al cereal. Sin más, se dispone a cuestionar mi sacrosanto ritual a través del weakest link, por donde menos podría esperar. Sería una minucia si el cuestionado no fuera yo. Pero como ya ven que no soy clavado...

Chanfle, ¿por qué comes el cereal con cuchara grande? ¡Se come con cuchara chica!

Ah. No. Bueeeeeeno. Cómo que por qué como el cereal con cuchara grande. El cereal es un equivalente a la sopa por la mañana. Se come en plato hondo, como la sopa, y se come con cuchara grande, como la sopa. Es con cuchara grande porque los bocados deben ser vastos, porque la porción es abundante. ¡Por Dios! ¿Quién dice, 'sírveme cereal... pero poquito'? ¡Nadie! El crunch-crunch-crunch nace del hocico retacado, casi desbordante, producto del bocado atascado, que no puede viajar más que en cuchara grande!!!

Eldita argumenta que el cereal es como un postre, y como tal, se debe comer con cuchara chica. Que es un error monumental comerlo con la grande...

Ok, concedámosle la duda. Supongamos que yo, como individuo, puedo estar equivocado (vaya, es un decir, jaja). Perfecto. Vayamos entonces con el panel de expertos para que determinen la situación y dicten un veredicto...

Exhibit A: Corn Flakes



El niño come con cuchara grande. Y son Corn Flakes, cereal deglutado por millones y millones de cerealeros. Pero bueno, ¿muy populista? Va.

Exhibit B: Papá Pitufo


Más claro ni los ojos de Ludwika. ¡Papá Pitufo come con cuchara grande! Años y años (no sabemos con certeza cuántos) de comer cereal, seguramente con pitufresas, certifican al anciano para asegurar que la opción es la cuchara grande.

Exhibit C: El Conejo Trix


Nótese el tamaño de la cuchara. No sólo es cuchara grande, ¡¡¡es cuchara enoooorme!!!

Exhibit D: Captain Crunch

Otro miembro de la experiencia cerealera certifica que lo correcto es cuchara grande. Y además come cereal con peanut butter (LO QUIERO, AHORA, ALGUIEN CONSÍGAMELO). ¿No es suficiente? Okei, el último panelista es un protagonista del mundo democrático, alguien incapaz de mentir y con credibilidad garantizada...

Exhibit E: Barack Obama.


¡Barack Obama con cuchara grande! La cuchara es más grande que nariz!! (No es poca cosa). Y ojo, no es cualquier cereal. Es cereal... con esperanza en cada tazón. Quióbole.

Si esto no es suficiente, entonces ya no sé qué es. Los votos me respaldan. Estimad@s, no se equivoquen. Literal: sírvanse con la cuchara grande (y no necesariamente hablo de cereal).


Para Eldita, que la quiero mucho aunque se sirva con cuchara chica.

Tuesday, August 10, 2010

La venganza con patillas

En efecto, la venganza es un plato que se come frío. Pero no hay quien lo explique mejor que Jules Winnfield, con una cita bíblica de Ezequiel 25:17, recitada de memoria antes de forrar con plomo a un peladito que se metió con Mr. Wallace.

La venganza es un plato que se come frío. Pero luce más si se cobra con esas patillas. Y con esa fuuuurious anger y el tamaño de esa nariz. Tal vez yo no necesite tanto. Poquito y picoso es suficiente.

(Abajo les pongo la transcripción, para que apliquen el sing-along)



There's this passage I got memorized. Ezekiel 25:17. "The path of the righteous man is beset on all sides by the iniquities of the selfish and the tyranny of evil men. Blessed is he who, in the name of charity and good will, shepherds the weak through the valley of darkness, for he is truly his brother's keeper and the finder of lost children. And I will strike down upon thee with great vengeance and furious anger those who attempt to poison and destroy my brothers. And you will know my name is The Lord when I lay my vengeance upon thee."


Para QT. ¿Qué tienes en la cabeza, tío?

Monday, August 09, 2010

A 10 años de enseñarme todo lo demás

Tomé mi mochila (ya no había por qué llevar una), me fajé la playera (tampoco debí hacerlo), me tragué los nervios (en realidad no lo hice) y caminé a casa de mis primos desde donde partiría al lugar de los hechos.

Ayer hace exactamente 10 años sucedió, y probablemente nadie que coincida con dicho evento hubiera recordado el aniversario sin leer este post.

El 8 de agosto de 2000 fue el primer día de clases del semestre Otoño 2000. El 8 de agosto de 2000 entré a la Ibero. Ese día se me ocurrió revelar que me metía a la carrera porque quería ser cronista deportivo (asterisco gigante). No contaba con que Gómez Mont era el maestro con café en una botella de Bonafont de litro y medio, y me hizo narrar un gol imaginario en plena clase. Una aberración que aún lamento (porque lo grité como un gol heroico y Gómez Mont lo metió sin la menor gracia).

Decir que fue uno de esos días que cambió mi vida sería sobrevaluarlo. La verdad es que entrar a la universidad es un día programado para quienes se proponen hacerlo, no hay mayor significado por sí mismo. Lo que cambia para cada individuo es el dónde, el cuándo y el cómo.

Suelo alegrarme cada 8/8. Los detalles de hace 10 años los tengo muy bien grabados (creo). Supongo que era distinto, porque de entrada no tenía barba. Ésa salió un año después, junto con otras angustias y complicaciones. La Ibero me recibió sincera, debo decirlo. Con mucho maquillaje y una amplia posibilidad de elección. Lo u.n.i.c.o. que me impuso fue mi grupo de primer semestre, de donde conservo varias joyas.

No quería que este post se convirtiera en esta nostalgia, pero vaya, supongo que es inevitable. A una década de haber entrado a la Ibero, conservo mucho y poco de la universidad. Muchos de los objetivos, poco del idealismo que derramaba en los pasillos. Ese se quita con los años y te vuelves más práctico (que no necesariamente apático).

Lo que dicen es cierto. Lo que no te enseña la universidad te lo da la experiencia. La Ibero me puso todo lo demás. Un tremendo bonche de amigos y gente muy valiosa. Mujeres que adoro, amigos entrañables, y varias lecciones de cómo jugar dominó. Cientos de horas libres, jetas deliciosas en el pasto. La capacidad de reflexionar y sobrereflexionar. Vivir protegido y desprotegerse voluntariamente. Aprender a reclamar y a callarte el hocico. Saber que todo cuesta y que nadie regala nada. Descubrir nuevas rutas para llegar a tu destino con tal de esquivar el tráfico (también aplica para los coches). Entender que es mejor no estacionarse (mismo paréntesis que la aseveración anterior). Llevar tus metas al límite, y sobre todo, terminarlas.

A 10 años de entrar a la Ibero, volvería a entrar a la Ibero, fácil. Pero Dios, qué bueno que entre tus facultades todavía no está la de regresar el tiempo. De lejos se ve más fácil.


Para que se acuerde quien no se acordaba

Tuesday, August 03, 2010

Este adorno que vuelve a crecer

¡Ah cómo nos encanta poseer! Sentirnos dueños implica sentirnos poderosos. Tener una casa, un boleto invaluable, un coche, o ya cuando muy avorazados o egoístas, una persona. La posesión es nuestro armamento sentimental, constituido por algo o alguien que pretendemos guardar y proteger, al menos hasta conseguir algo mejor... ¿cierto?

Pero no nos sintamos culpables, pues es un ejercicio un tanto inconsciente. Uno trabaja fuerte que conseguir esas posesiones, y la gratificación es constante. Pero hay que tener cuidado, porque si uno abusa, el desgaste de lo que tenemos puede rebasarnos.

El cabello es uno de los artefactos más útiles para la seducción. Las mujeres lo entienden mejor. En el caso de los hombres, el cabello, o la ausencia del mismo, se usa como mero ornamento capilar, cuyo orgullo radica en la escasez o la abundancia.

Desde hace mucho decidí que mi cabello no era tan importante, o al menos no para quitarme horas de sueño como sucedía en la secundaria. Opté por el cambio de look constante, sin importar las consecuencias o barbaridades cometidas con él, refugiado en la fragorosa frase "ps qué, ¿vuelve a crecer, no?".

Así, hace poco decidí raparme en pos de un objetivo mundialista. Sudáfrica ya es otra vez un punto desconocido en el mapa , pero yo mantuvo el rapiñe. Tal vez algún día lo deje crecer de nuevo, para que el buclillé, o lo que quede de él, vuelva al puesto de donde lo quité sin licencia. Lo extraño, pero no tanto. Cada look tiene su chiste. Pero en esencia, con cualquiera se puede hacer payasadas.


A final de cuentas, vuelve a crecer... ¿no? (Ago. 2010 vs. ??? 2007)


Gracias Ana, por la imagen.

Sunday, August 01, 2010

El decálogo del shuffle

1. Aunque no parezca, el Shuffle tiene un inicio y un fin. Una secuencia es finita. Sólo que moriremos en espera de ver cuándo se repite ese mismo orden de canciones.

2. El Shuffle te sabe premiar con las canciones indicadas para el momento que vives. Sólo tienes que fomentar esa práctica en peligro de extinción: escuchar las rolas sin cambiarle antes de su final.

3. Si sale una buena canción que te emociona porque hace mucho no la oías... disfrútala, pero no le pongas back para escucharla de nuevo porque no te emocionará igual y perderá su encanto.

4. No tengas miedo de borrar lo que no te dignas en escuchar en Shuffle.

5. Rolas de programas de TV y jingles que habitan en tu iPod, tales como Burbujas, los Pitufos, Chabelo y Cepillín, sólo cuentan con el Shuffle como posibilidad para salir a la luz.

6. Nunca pretendas hacer un playlist de un fragmento de secuencia Shuffle. Es como querer repetir las mismas bromas casuales en una peda.

7. No creas que el Shuffle es un reflejo de tu vida. Bueno, sólo considéralo cuando te ponga de buenas.

8. El mejor #musicalwisdom, invariablemente, sale del Shuffle.

9. El ícono del Shuffle es una de los mejores invenciones de la historia. Podría servir para diagramar almas y corazones.

10. Shuffle is wiser than it appears. Trust it firmly.

Saturday, July 17, 2010

Detalles cotorros de Monterrey

Nunca me había dejado la barba completa. Salvo un fallido intento en el 2005, decidí que no era el look más adecuado. Pero el asunto era que en 2005 traía un cachete digno de Óscar Cadena y obviamente no aplicaba. Ahora, con motivo de mi residencia mundialista en Monterrey, varios compañeros quedamos en dejarnos el pelo facial durante la Copa, que dicho sea de paso estuvo bien chingona.

Así, llegué a un punto donde me veía:


Con ese look, me recordé a…


O incluso a…


Eso fue por dejar el libre albedrío del crecimiento capilar. Sin embargo, una vez afinadita, quedé a las de acá…


Quióbolas.

La barba fue uno de los features principales en mi viaje a Monterrey. Pero muchos otros tenían que ver, por supuesto, con varios manejos lingüísticos un tanto extraños. Entiendo los usos y costumbres de cada región de esta peculiar nación, pero nunca entendí por qué en algunas puertas decía así…

Nosotros muy obedientes, hacíamos flexiones y estiramientos. Supongo que lo ponen en la chamba como consejo para no entumirse después de tantas horas nalga.

No salí gran cosa. Realmente, entre la chamba y la psicosis por tanto balazo en cualquier lado, no había mucho margen como salir a reventar la ciudad. Lo que sí, me quedé con ganas de visitar cierto lugar ubicado cerca del Obispado, silenciosa colonia donde nos ubicamos. Reposando enfrente de un cementerio, el misterioso sitio corría con uno de los mejores nombres en la historia de los bares. Se llamaba… “El más allá”.


(Favor de no espantarse si un fantasma decide brindar con usted).

Donde sí comí en repetidas ocasiones, fue en “Las Alitas”, una historia de esas tipo Cenicienta, de una franquicia tipo Chili’s, fundada por un cabrón que era mesero de dicho restaurante, que le aprendió al negocio y puso un puesto de alitas en plena calle. Al guey le salió tan bien el tiro que comenzó a crecer y crecer y ahora vende franquicias de “Las Alitas” en un varo bastante considerable. La comida es maravillosamente gringa, y lo mejor es que tienen una amistosa mascota llamada Wingalesio.


Otro de mis lugares recurrentes para cenar, era “El Rincón del Taco”, cuyo único mérito era estar justo a la vuelta de la casa. La comida estaba buena, pero te cobraban como si las vacas fueran sagradas. Tantas veces fuimos que ya entrados en confianza me dejaron ver una de las 7 maravillas del mundo gastronómico: el trompo de pastor más pequeño del mundo, tan pequeño que la piña y la cebolla son del mismo tamaño.


Hambriento y botijón, me lo pepené de un bocado.

(Noten por favor la percha para agarrar la tortilla)

Les digo que los regios son buenas personas, al grado que a los empleados del mes en McDonald’s les dejan poner una foto de su más reciente vacación campirana para celebrar su triunfo, en vez de la típica foto burocrática con fondo gris oficina.

(Ana Karen: recuerdos de Tequisquiapan).

Eso del cabrito es puro cuento. El platillo típico de las nuevas generaciones de Monterrey son los Tacos Dorados de la Alberca.


(No tuve el placer de probarlos, soy alérgico al cloro).

Precisamente en ese local, me percaté de algunos otros casos de un léxico un tanto complejo. Por ejemplo, con la palabra Abierto se permiten muchas libertades. Según entendí, cuando hablas de un restaurante Abierto, se escribe de una forma…


(Y cerrado va entre comillas, porque caray… es un decir, no?).

Y por otro lado, cuando hablas de un Hotel Abierto, se escribe de otra forma…


No sé si sea Habierto porque son las 24 horas, o porque te cobran sólo 100 varos por 3 horas. Me quedaré con la duda.

Ya fuera de broma, Monterrey me trató bien a pesar de que a Monterrey le estaba yendo de la chingada. Los pinches hampones se traen de encargo a la ciudad, y para colmo un inmisericorde huracán les complicó la vida todavía más. Con todo y todo, hay gente chida que se esmera en tratarte bien (excepto los taxistas, coño, qué malos son).

Después de este verano, no veré igual a Monterrey. Recordaré esos días con nostalgia mundialista, como el prólogo de esa gran etapa que está por venir: el resto de mi vida.


Para los demás Hijos del Obispado y sobrinos de las Tías Pechochas.

Tuesday, June 29, 2010

Van Breukelen


El primer Mundial del que tengo memoria es Italia 90. Veía los partidos en casa de Omar, y con él también coleccionaba el Panini. Nos burlábamos del peinado de Leonel Álvarez y de la jeta de Arnoldo Iguarán. Jugábamos penales pidiendo ser España, porque no nos perdíamos los juegos del Madrid y entonces sabíamos quiénes eran los jugadores. México no fue al Mundial, por eso nadie lo fumaba. Italia era codiciada, Argentina también, Brasil no tanto. El chiste era elegir equipo, determinar los 5 tiradores, y apersonarse en cada uno de ellos para tirar a la portería. De paso, rogar que no hubiera muerte súbita porque rara vez se conocían más.

Yo pedía Holanda. Porque recién había pasado el 88, y con dicho año mi primer recuerdo pambolero: la Eurocopa, también con Omar. La Holanda de Gullit, Van Basten, Rijkaard, de los hermanos Koeman y Van Breukelen. Van Breukelen. A mí me gustaba escoger Holanda por el nombre de su portero. Van Breukelen. Con acento en la primera 'é'. Van Breukelen. ¿A poco no se oye chingón? Hans Van Breukelen. Es música para mis oidos.

¿A qué viene el pasaje? A que me da risa cuando escucho a la gente decir que este Mundial ha sido gris. Y no me da risa porque estén equivocados, ha habido muchos partidos de híper hueva. Me río porque me hacen pensar que todo es relativo.

Seguramente yo veía los juegos de Holanda y me parecían los más trepidantes de la historia. Tal vez ni siquiera los veía, porque prefería jugar mientras acontecían, pretendiendo e imaginando ser ellos. El Mundial era encantador, fuera como fuera. Era como el tío al que le debías respeto, nomás porque sí. El evento daba esperanza, y yo alucinaba con Ciao, la mascota de Italia 90, con el libro de Juan Dosal, con Ciro Ferrara, con Alemao, con Ostolaza, con Balbo, con Valderrama, con Milla, Shilton y Donadoni. Todos fonéticamente hermosos.

Todo es relativo y el Mundial 2010 también es encantador. Porque seguramente hay en algún lado un niño que sueña ser Maarten Stekelenburg, el portero de Holanda, 20 años después, y el Holanda-Eslovaquia que para nosotros resultó ser un bodrio (lo fue), para él pudo ser la escena que le ayudó a determinar que él sería Holanda en la cáscara con sus amigos. Y para tirar escogería a Sneijder, Robben, Huntelaar, Heiting y Van Bommel.

Veinte años después, mi Van Breukelen es su Stekelenburg. Shilton es David James, Roger Milla es Kanu en la banca, Donadoni es Cannavaro y Valderrama es Forlán. Los nombres siguen aflorando y el futbol seguirá siendo un escape para quien lo vea, aunque los partidos acaben 0-0 y para mucha gente parezcan aburridos.

Total: siempre siempre habrá alguien (seguramente de 8 años) que opine lo contrario.


Para recordar.

Sunday, June 06, 2010

Un post pasado de sincero

Son las 2 am y mañana (al rato) descanso. Pienso tirar toooda la hueva del mundo. Veré la Final de Roland Garros, iré al súper, me cortaré el pelo (de nuez), comeré mariscos, leeré, dormiré. Y el lunes otra vez a chingarle.

En este limbo del diluvio que viene (o ya vino), llego a las siguientes conclusiones:

- Soy feliz. No siempre lo fui. Aprendí a serlo y recomiendo a todos los que no son, que aprendan a serlo. No hay otra forma de vivir.

- Adoro a mi familia. Entendí cómo llevarme mejor con mi mamá. No hay ser al que más me guste joder que a mi abuela, y en mi mundo, joder es querer. A mi hermano le tengo todo el amor del mundo y sigo esperando su momento. A mi papá lo entiendo pero no lo justifico, y llevo las cosas en paz. A mi abuelo lo recuerdo con risas y sonrisas, y honro su memoria con humor y generosidad.

- Trabajo en algo que me gusta. Mi principal preocupación es llevarme bien con la gente que convivo. Diario intento hacerlo mejor. Procuro ser cada vez más digital, porque todo va para allá, nos guste o no.

- Tengo dos amigas fabulosas, que me escuchan y aconsejan con sinceridad y cariño. Me llevo bien con todas mis ex. Cada día descubro algo nuevo sobre las mujeres, justo para entenderlas cada vez... menos.

- Tengo a un amigo estúpidamente incomparable. Tengo otro en el que confío con los ojos cerrados. Y tengo muchos más a los que quiero muy cabrón.

- He lastimado y sé lo que se siente estar lastimado. No le deseo ninguna de las dos situaciones a nadie.

- He vivido 28 años y medio. Es decir, no he vivido ni el 35% por ciento de mi vida. Sé que voy a ver partir primero a todos los que quiero.

- Al momento, no le tengo rencor a nadie ni tengo ningún gran pendiente indispensable, o sea que puedo morir en paz.


Para vivir tranquilo.

Friday, May 21, 2010

¿Cómo le voy a hacer para vivir sin ti?

Eres caprichosa. De repente creo que vas para un lado, y volteas, te arrancas hacia otra dirección, con otra cara, con otro gesto. Mutas de melosa en furiosa. Me haces creer que me entiendes, me hago creer que te entiendo, y no, siempre resulta que todo es un engaño. Pienso, invierto horas en tu comprensión, me invitas a pasar y en la puerta te arrepientes, me la azotas en la cara. ¿Qué te crees? ¿El amor de mi vida?

Así he pasado 6 años de mi vida con LOST. Yo, y otros millones de personas también. Muchos comenzaron como yo, descubriendo una imagen al azar en la tele, capturados por Kate, por Jack, por Sawyer, por ver coreanos hablando en su idioma en primetime, por ver el cebo de Hurley. O la cara de Locke. Luego, compraron los DVD para ponerse al corriente. Y, o la soltaron por desesperados, o nunca más se desprendieron de ella.

¿De qué trata LOST? Lo único en que todos coincidimos es, la historia de un avión que se estrella en una isla desierta y la lucha de los pasajeros por sobrevivir. De ahí para adelante podemos debraiar en cualquier cosa. La lucha entre el bien y el mal, la ciencia y la fe, el destino y el libre albedrío. Sin embargo, me permito poner una escena clave cuyo trasfondo encapsula la serie. Pertenece al piloto, una de las primeras escenas grabadas...



LOST es una mujer del Siglo XXI. Mística y indescifrable. El que quiera comprenderla morirá en el intento, sólo hay que clavarse, cuidarla, y quererla. Pero ya se acabó. Se va a ir y nos va a dejar intrigados, con mil preguntas en la boca. Muy a su estilo, nos dirá que no había final. Que el viaje en sí era la aventura, y que más vale que la hayamos disfrutado. Nosotros lloraremos, nos quejaremos, haremos berrinche, y al final sonreiremos. Todos, a la vez, nos vamos a ir buscando refugio en otra. Nos iremos, pero preguntando...

¿Cómo le voy a hacer para vivir sin ti?

Para JJ Abrams.

P.D. No escribiré del final, al menos es mi intención. Prefiero hablar a priori. Dejo aquí mi escena favorita for ever and ever. La he visto mil veces y la seguiré viendo por los siglos de los siglos.

"They come, they fight, they corrupt, they destroy... it always ends the same..."

Wednesday, May 19, 2010

HBC


Heliodoro Briseño Cervantes, mi bisabuelo. Se casó con Alvara Reséndiz, quien tenía 13 años. Tuvo 4 hijos con ella, mujer alta, morena y de ojos claros, que murió a los 18, un día que tenía una fiebre incontrolable y se tomó un vaso con agua que le provocó una pulmonía fulminante. Hombre de ascendencia española, con acento gachupín. Educado, informado, leía el periódico de atrás para adelante. Bigote prominente. Serio. Trabajador, caballeroso, siempre le dio su lugar a su nuera, mi abuela, casada con el mayor de sus hijos, Heliodoro Briseño Reséndiz. Desayunaba fuerte: gorditas, carne, cecina, longaniza. Cenaba igual. Viudo, encontró otra mujer en Jilotepec, con la que tuvo dos hijos más. Uno de ellos, taxista. Murió de un coma diabético.

Se peinaba como yo, ja.

Wednesday, May 12, 2010

Boom

Por un lado, Julia le escribe cartas a una amiga que jamás ha visto en persona. Le cuenta cómo la cocina se convirtió en su fascinación al buscar una manera de no perder el tiempo mientras su esposo hace labores diplomáticas. Años después, Julia le enseña a cocinar a medio Estados Unidos.

Por otro lado, Julie abre su blog para escribirle al infinito y demostrarse a sí misma que es capaz de completar una tarea. Llueven comentarios, se hace famosa, y después alguien la pesca y se hace una película basada en su historia basada en el libro que escribió Julia.

En el tercer lado del cuadrado estamos mi abuela y yo, echados como vacas en su cama, después de comer un huarache y una gringa, con la película doblada porque Marlene no distingue bien los subtítulos, y en particular yo, con la consigna de explicarle bien bien qué es un blog.

Por último está la tele, que nomás habla y habla y habla.

En todas estas historias, el común denominador es que nadie conoce el destino exacto de sus palabras y sus actos. Mi abuela está bien físicamente, su molestia está en el alma. Han pasado 54 años desde que se casó con mi abuelo, y 2 desde que él murió. Considero absolutamente imposible dejar de hablarle a alguien con quien pasaste tanto tiempo. Aquí peleaban y no eran grandes platicadores entre sí, según entiendo. Mi abuelo era el locutor, y mi abuela reía. También organizaba, mandaba y ahorraba. Ahora es Marlene la de la voz, sin aparente receptor.

¡Pero cómo criticar a mi abuela de hablarle a Afif, si yo escribo cada post sin saber exactamente quién me lee! Manifestarse en internet es un acto de tecnología, salpicadito de fe. ¿O acaso todos tienen certeza de quién leerá sus posts, tweets y gritos en la red?

En las últimas semanas he escrito miles de palabras en una cajita que han encontrado alojamiento en una mente de la que no tenía mayor certeza. Uno que otro dato, por aquí, por allá, nada más. Y fui descubriendo que esa mente estaba conectada conmigo de una manera inexplicable. Mientras más palabras caían, más nodos se entrelazaban. El cero y el uno, el cero y el uno. El uno y el cero, y el uno para el otro.

Las ideas pueden ser más fuertes que las experiencias. Pero más cuando éstas corresponden a la realidad, y de tan reales se vuelve irreal.

No se necesita tener enfrente a alguien para hablarle desde el corazón, con la verdad. Como Julia, como Julie o como mi abuela, que por distintos medios pasaron y pasan dedicándole horas a una devoción intangible. Al final hay una razón gigantesca que no se toca nunca.

Pero que sí se siente... y mucho.

Tuesday, April 27, 2010

Forza strega!

Mordida, mordida...

Forza strega!

Monday, April 26, 2010

Chale

El sábado a las 7 de la mañana tomé la Autopista del Sol. Solo.

No había probado en serio mi coche desde que lo compré en septiembre pasado. Con la barriga llena después de desayunar en 4 vientos, con el quemacocos abierto y Franz Ferdinand reventándome el tímpano, probé la máquina.

140, 150, 170, 180, 170, 180, 190… 200. Jamás había manejado a esa velocidad. Fueron unos segundos, en una bajada sin otros autos en el horizonte ni en el retrovisor. Sinceramente, no se sintió mucho. El coche efectivamente es una chulada de estabilidad. Había que probarlo. No lo vuelvo a hacer.

El caso es que ya no iba yo tan rápido (tan rápido, entre comillas. O sea, “tan rápido”), cuando una patrulla Federal de Caminos se me pegó a unos 20 km de llegar a mi destino. Bajé poco a poco la velocidad y me orillé a la orilla. Me di cuenta que en condiciones normales, no habría podido escuchar la música a ese volumen.

ChanfleII: Buenos días oficial.
Oficial: Buenos días joven… viene usted excediendo los límites de velocidad.
ChII: Tiene razón oficial, le pido una disculpa, sinceramente no me di cuenta.
O: Le levantamos una infracción…
ChII: Como usted considere oficial, fue un descuido que no vuelve a pasar.
O: ¿A dónde va usted?
ChII: A Acapulco.
O: ¿A qué parte?
ChII: A un hotel en Diamante.
O: Mmmm… pues vamos a hacer una cosa. No le vamos a levantar la infracción con 2 condiciones. Una, que se la lleve más tranquilo, a 130, 135 por favor…
ChII: Cómo no oficial, claro que sí…
O: Y la otra… Que me haga el favor de llevarse a mi superior, el Teniente, que le dé un aventón a Punta Diamante por favor…

¿Qué hacer cuando un Policía Federal de Caminos te pide un aventón? ¿No es eso similar a que Chepina Peralta te pida que le hagas un sandwich?

ChII: Híjole oficial, la verdad es que… usted sabe cómo está la situación y todo este asunto da desconfianza.
O: ¡Noooombre! Si no hay problema, usted nomás apunta mi nombre, el de mi patrulla y listo. Es mi jefe, de toda confianza.
ChII: Noooombre oficial, cómo va usted a creer que esto es falta de confianza (ajáp), pero es que la situación está muy difícil.
O: Pero usted va para allá.
ChII: Síi, pero…
O: No pues si no se puede… pus no.
ChII: Discúlpeme oficial, pero pus no.
O: Que tenga buen camino.
ChII: Así le hacemos.

Chale. ¿A qué punto hemos llegado, para que tener un Policía en tu coche sea más inseguro que no tenerlo? Chale.

Para quienes alguna vez vivieron de los aventones. Ya no se puede.

Tuesday, March 30, 2010

"El teibolero de Acapulco"

Los comentarios, propuestas y contrapropuestas en torno a mi futuro sobrino Bicente Nario fueron vastos y creativos. Todos con una intención particular y significado profundo. Pero a diferencia de esta avalancha onomástica, hay quien no termina de entender que el nombre marca a alguien de por vida.

Y que por eso hay que hacer ejercicio responsable de ese privilegio. En México, pululan los irresponsables que bautizan a diestra y siniestran con nombres esperpénticos y sin sentido, que sólo trastornan el lenguaje y el motivo último de un nombre.

Lo peor es esa especie que nomás no entiende, pero igual reparte. Esos que medio oyen, medio saben, medio entienden y medio ponen. Como los padres de este fino individuo que me encontré en la Comercial Mexicana de Acapulco, que se prestaba a recoger una botella de JB en Atención a Clientes.

Portaba orgulloso el jersey de su equipo, seguramente llamado “Los Teiboleros de Acapulco”. Y en el dorsal, su nombre:


También vi un “Richart” hace poco, pero no me dio tiempo de tomarle foto.

Pinche gente piorquiuno. Deberían de tomar el ejemplo del guey que atiende la tiendita de la esquina del trabajo, ese individuo que está en pachequez permanente, y que ayer me sorprendió portando orgulloso su… iguana.


Una iguana de verdad. Ámonos. Y la iguana se llama… “Sargento”.

¿Será por verde y obediente? Chale. Nos estamos volviendo locos.


Para volvernos locos.

Wednesday, March 17, 2010

El niño Bicente nario

Siempre me han gustado las fechas de nacimiento chingonas. Como la mía: 2-2-82, o la del Arquitecto: 3-3-60. O la espuria de mi compadre HMI, quien nació en 31-12-80, pero en su pasaporte dice 1-1-81.

Hace unos días, recibí un SMS de mi prima Gabriela, anunciando el próximo nacimiento de su segundo retoño y segundo heredero de la familia Muñoz Briseño, lo cual es motivo de harta algarabía y confetti, pues Gaby y Juanca se esmeraron para concebir al hermano de Juan Ignacio, alias "El Rudo". En la llamada de felicitación, Gaby ahondó en detalles y proclamó que el nacimiento del vástago será...

El 16 de septiembre de 2010.

Oséase... ¡el Niño Bicentenario!

Por supuesto que las circunstancias para que el niño nazca ese día están supeditadas al humor de la madre, intempestivo como ella sola, y cuestiones impredecibles como el acomodo del chilpayate en la bolsa y demás asuntos amnióticos. Obvio, se levantará la legítima quiniela del nacimiento del chamaco. Pero, nomás así de botepronto, quióbole con que nacerá en la celebración 200 de la Independencia de nuestra gloriosa y apestosa nación.

Como estoy seguro que será niño, tengo varias propuestas para la decoración del cuarto de la madre. En vez de letreros de "It's a boy", pondremos cartulinas con "¡Viva México cabrones!". En lugar de puros se repartirán palanquetas, y a las señoras se les darán delantales de tehuanas.

Todos los hombres que entren al cuarto a felicitar a la familia, tendrán que ponerse peluca de Hidalgo, y vamos a poner también gigantescas fotos de Morelos y el Pípila con huecos en la cara para tomarnos fotos con el bebé.

Y la mejor parte: el nombre.

Como es una obligación moral para Gabriela honrar a su patria con el nombre de su hijo, presento aquí varias propuestas que van de acuerdo con la ocasión para grabar en la historia un acto que perdurará sellado en un acta de nacimiento y con el orgullo de haber enaltecido la bandera tricolor.

Las propuestas son (¡Anotad Gabriela, Anotad!):

1. Miguel Hidalgo Muñoz Briseño

2. Corregidor Muñoz Briseño

3. Ignacio Ignacio Muñoz Briseño (en honor a Allende, Aldama, y para que le diga tocayo a su carnal)

4. Alhóndigo Dolor Muñoz Briseño

5. Galeano Muñoz Briseño

6. Mata Moros Muñoz Briseño (Para las bonitas iniciales MMMB, acrónimo también de muy muy MUY bien)

7. Morelos Guerrero Muñoz Briseño

8. Cura Muñoz Briseño (muy discreto)

9. Leono Vicario Muñoz Briseño (De paso honrando a los Thundercats)

10. Bravo Nicolás Muñoz Briseño (Un nombre que paralelamente serviría como motivación a su primo Nicolás)

Les pido hagamos un sondeo breve aquí en u.n.ic.o., para orientar a los papás y que sepan con mayor certeza qué nombre poner. Opciones no faltan. O bueno, sí. Una...

11. Bicente Nario Muñoz Briseño (así, con B grandota)

Sí tienen algún otro comentario o propuesta, expóngala, y vemos qué sucede. Aquí fomentamos la democracia, aunque no funcione.


Para mi querida Gaby y el gran Juan Carlos, por tener el valor de aventarse a la aventura del segundo en la lista. ¿ Pa'cuándo el tercero?

Tuesday, March 09, 2010

El día que ColdPlay cayó de mi gracia

No soy un crítico musical, ni nada por el estilo. De hecho, todo lo contrario: soy un facilote. Tengo en mi iPod música de Creed, de los Goo Goo Dolls y de muchas otras bandas catalogadas como las peores de la historia. Es más, tengo RBD en vivo, ¿y qué?, ¿y qué? Y si tengo todo eso, es porque me gustan.

¿Y qué?

Ahora, no soy un crítico musical, pero sí he ido a un chingo de conciertos en mi vida. Desde U2 en Roma, hasta Juanes en Costa Rica. Desde Arjona en el Auditorio, hasta Emmanuel en el Centro Libanés. Todos, por voluntad propia. Y todo porque me fascina el ritual de un concierto, de llegar lo antes posible, ver cómo se llena el lugar, escuchar al telonero si es que hay, consumir los víveres, empedar si es posible y luego disfrutar del ambiente creado por el artista en turno.

Después de tantos conciertos, uno no necesita ser un genio para identificar qué espectáculos están bajo control y cuáles no. Pero sobre todo, uno puede descifrar si un artista es genuino en su desempeño, o si solamente se apega a un guión de manera mecánica sin importarle si conecta o no con su público.

Y ahí, mis estimados amigos, es donde entra ColdPlay. O mejor dicho, el ColdPlay que vi el sábado en el Foro Sol.

En 2003 pude verlos en su primera visita a México en el Palacio, cuando sólo tenían dos álbums. Les abrió Jumbo. Abrieron con Politiks y alternaron rolas del Parachutes y del Rush of Blood indistintamente. Estaba en la pista, y recuerdo que fue un concierto chingonsísimo, con Chris Martin sin más trapo que una t-shirt blanca, misma que quedó cubierta cuando se puso una playera verde del Tri que le aventaron desde abajo.

Chris Martin no es precisamente un gran cantante, jamás lo ha sido. Pero el encanto de ColdPlay estaba en que Chris Martin sustituía la mediocridad de su voz con un feeling musical tremendo. Los otros 3 eran buenos comparsas en un grupo con canciones sencillas pero llegadoras, con arreglos excelentes y montajes austeros, pero elementales.

Todo eso desapareció el domingo. De entrada, Chris Martin estaba completamente agotado desde la primera canción, Violet Hill, sin aire, pero peor aún, sin el menor reparo en hacer algo al respecto. Si no puedes cantar porque la altura te pega o la chingada, entonces dejas de correr como tarado por todo el escenario para poder entonar las notas básicas, ¿no? Digo, es un concierto de ColdPlay, no el Lago de los Cisnes. Porque una cosa es dejar que el público coree ciertas partes de la canción, y otra muy distinta es olvidarte por completo de la estrofa y enunciar (ya ni siquiera entonar) partes de Yellow y Clocks a cuentagotas.

Todas las bandas tienen una segunda voz bien entonada que los soporte por si acaso. De Bono es The Edge, de Kapranos es Nick McCarthy, de LaBrie es Petrucci, etc. En el caso de ColdPlay, es Will Champion, el baterista. Pues no fue una, ni dos, ni tres, sino un pinche chingo de veces en que Champion quedó como voz principal, mientras Chris Martin se quedaba pajareando, o saludando, o tirado en el piso delirando con las estrellas. Yo no sé si traía un pasón, o qué, pero su distracción iba más allá de una emoción (“emoción”) por estar en México.

Sin duda hubo buenos momentos, como la versión electrónica-rara de God put a smile, mezcladita con Talk, que además resultan ser dos de mis favoritas de ColdPlay, o también con The Hardest Part o The Scientist. Pero esos momentos pudieron haber sido muchos, muchos más. Lástima que se quedaron cortos, y mucho tuvo que ver también el sonido, al que le faltó mucha pero mucha potencia.

Y de ritmo ni hablamos. En todo concierto hay momentos de transición que deben ser llenados por ciertos distractores que no dejen caer la intensidad del momento. Después de que estos monos cantaron Shiver (buena intención, pero poco volumen), los dos escenarios se quedaron vacíos por tanto tiempo, que mucha gente se empezó a salir pensando que había acabado el concierto, antes que reanudaran con Politiks. Cha-físima.

El resto de mis conocidos que fueron al concierto salieron satisfechos del Foro Sol. Yo se lo atribuyo a que el showcito está ideado para que te vayas con el “Ooo-ooh ooo-aaah ooo-oooh ooh” de Viva la Vida en la cabezota, lo cual es un momento que crea el público y no la banda. En México nos encanta sentirnos parte, y está chido. Pero eso no hace el del sábado un buen concierto. Vaya, ni siquiera los fuegos artificiales fueron para recordarse. En el grito de Independencia de Cuajimalpa vi unos cuetes más chingones, carajo.

Yo había defendido a ColdPlay a pesar de todo, porque en general el último disco no es malo. Viva la Vida es pegajosa y casi todas están cotorronas. Pero después de ver el teatrito fallido, me quedó un pésimo sabor de boca. En el 2003, salí extasiado y prometí verlos cada vez que vinieran. Pero como ellos mismos dicen…

But that was when they ruled the world.

Wednesday, March 03, 2010

El Arquitecto

Cuando tienes 10 años, sólo necesitas que alguien te haga reír. Cuando tienes 14, necesitas que alguien te diga que no siempre vas a ser la criatura más horrenda del universo. Cuando tienes 18, necesitas que alguien le dé sentido a tu vida. Y cuando tienes 21, necesitas alguien que te la resuelva con unas palabras.

Los requerimientos siguen con el paso de los años, y lo ideal es que sea la misma persona que apague todos los fuegos. Así ha sido en mi caso, gracias a un personaje cuya grandeza radica en la nunca aceptación de la misma, lo cual la multiplica a la n potencia: mi tío, el Arquitecto.

Dicho personaje creció en la misma casa donde yo crecí. Hermano de mi madre, hijo de mis abuelos, "El Gordo" padeció las mismas monsergas que a mí me tocaron. Es decir, a él también lo alimentó mi abuela con la inentendible manía de hacer bebés de engorda en cuanto tenía un chamaco en brazos. Vivió bajo el régimen de Afif, más jovial y energético, pero también más agresivo y enérgico. De extracción lasallista, pasó por la misma prepa que yo, aunque él salió con el título de "malandro honorario", mientras que yo me las di de mosca muerta.

A Héctor le agradezco haberme enseñado los principios básicos de la vida, siempre de una manera ilustrativa, como con ese pasaje del pintor José Luis Cuevas, quien decía: "La clave de todo está en que todo el mundo crea que estás completamente loco".

El Arquitecto me inculcó siempre hacer lo que quisiera de mi chingada vida, una idea tan sencilla como subestimada. Me obligó a privilegiar el hacer sobre el no-hacer, a atreverme en vez de intimidarme, y disfrutar en lugar de sufrir. Un manualito bien sencillo que pocos tenemos la fortuna de conocer a tiempo, cuando somos discos vírgenes, receptivos a cualquier mamarrachada que se cruza en nuestro camino.

Al Arquitecto también le debo la saludable costumbre de la reflexión y la meditación. Él me prestó ese libro de "Percepción Extrasensorial" que tanto me ha ayudado (neto que sí sirve putos, ingenuo aquel que se burle). Me fomentó los deportes de raqueta, con ese "hay que ir a todas" que sirve igual en la cancha que en la vida. Gracias a él intenté ser vegetariano: él duró 8 años, yo 3 meses.

El legado de una persona se mide por las huellas que dejó en la Tierra. "Por sus frutos los conocereis", ha insistido el Arquitecto, a quien considero mi gurú, mi máster, mi guía que hoy cumple 50 años. Me considero una persona feliz, y esa felicidad hubiera sido imposible sin él. Porque a los 10 me hacía reír, a los 14 me subía la autoestima, a los 18 le dio sentido a mi vida y a los 21 me la resolvió con unas palabras. Y a los 22, y a los 23, y a los 24...

Y lo seguirá haciendo.

Monday, February 22, 2010

Un desastre (del tobillo izquierdo para abajo)

Hay días en que uno se levanta como duodeno (nomás para cagarla).

Sin embargo, también hay días en que no necesariamente todo nuestro ser es una pifia, sino únicamente ciertas partes del mismo. Como hoy lunes.

Hoy fui un desastre... del tobillo izquierdo para abajo. ¿Por qué? Bueno, porque en primera instancia guardé mi atuendo con pantalón gris, y no había calcetines grises. Lo mejor disponible eran unos calcetines beige tonalidad popis, que no desentonaban así muy cabrón... pero sí estaban de la chingada. Y como no iba a ajustar todo mi outfit a los calcetines popis, pues di el Paso 1 para la horrendez.


Y luego, mi zapato negro. Aquí debo hacer flashback al viernes pasado, 4 am, llegando del pedo sin mayor afectación etílica, aclaro. Cierro mi coche, procedo a abrir la Buga y tómala barbón, piso en blandito. Una pinche plasta de caca de perro debajo de mi suela, hagan de cuenta que era una concha y la hice madalena, pero apestosísima.

Eran las 4, pero ni modo que no lavara esa mierda (literal). Así que fui al lavadero a tallar con todo mi suela para que no quedara rastro de la cagada (literal), y le unté detergente milagroso para que al enjuagar se fuera toda la caca (literal!). Misión cumplida, y mi fino zapato se quedó secando. El problema fue que lo dejé ahí y me valió madres limpiarlo después, y como una vez más, NO me iba a quedar limpiando el zapato porque ya era tarde, pues metí así mis papos a la maleta.

El saldo: pantalón gris, con calcetines color popis, con zapato negro lleno de detergente. O sea, esto:
Digo, mejor arrastrar detergente que cacá de perro, verdad. Aún fue una vergüenza, una vergüenza de la que no quería que pasara sin registro. No puedo repetirla, claro. Mi pie izquierdo no me lo perdonaría.


Para aquellos que han sufrido un fashion fail similar. Ustedes entenderán...

El libro rojo de la Ibero

Este lunes en el Korova, mi experiencia investigando sobre el famoso "Libro Rojo de la Ibero"...



Para quienes algún día escucharon sobre ese libro. La causa no ha muerto.

Thursday, February 18, 2010

Qué huevos de cabrón

Quienes crecimos mamando la televisión de Televisa durante los 80 y 90, tenemos en nuestra mente un elenco muy bien definido de "estrellas". Una bola de actores y actrices, unos buenos, otros malos y otros peores, que se rolaban entre todas las comedias del 2 para ser los protagonistas, y luego se mezclaban para la siguiente tanda.

La lista es enorme. Pero hoy en particular quiero hacer mencionar a uno en especial que, sin importar la situación, época o contexto en el que estuviera ubicado el melodrama, invariablemente interpretaba el mismo pinche personaje: Sergio Goyri.

A Sergio Goyri siempre lo pusieron como el villano primario o secundario, madreador de viejas, con pistola en mano, hablando siempre en voz alta, sacudiendo el bigote, y torciéndose a una coprotagonista buenona, como... Paty Navidad o musas del estilo.

Su personaje siempre sonaba a matón de hacienda, así como... Julio Mancilla o Fausto Pardinas o cosas por el estilo, acá muy cabrón. Y pues, con tantos estereotipos, no dudo que en la vida real haya sido un guey del estilo. Digo, la pinta ya la tenía.

¿A qué va todo esto? Pues a que mi hermano tuvo el gran tino de poner ayer en Facebook una foto de un largometraje en el que el mencionado Goyri es el protagonista, junto con una bola de bandidos que ni en su casa los conocen. Y como nadie puede negar la cruz de su parroquia, la película tiene un nombre muy peculiar, ad hoc con la percha del estelar, y sin dar pie a sutilezas.

Con ustedes, Sergio Goyri en...


Jajaja... la neta desconozco si es un documental. Notable la expresión de Goyri para el póster, qué inspirador. Y aplausos para el detalle fino del guey muerto abajo del nombre de la película.

La neta, sí, qué huevos de cabrón.


Para no postergarlo.

Monday, February 15, 2010

El gran chale

En lunes de Korova, lamentos sintetizados en una sola frase.


Para quienes me siguen y aguantan en Twitter. Nada es a huevo, por eso se agradece.

Monday, February 08, 2010

Confesiones de un escucha

Este lunes, pros y contras de (no) escuchar a una mujer:


Para contribuir a ese libro que algún día recopilaremos.

Tuesday, January 26, 2010

The Charales Kid

Entre 1988 y 1991, yo pasaba todas las tardes en casa de mi primo Omar, en la bellísima calle de Pitágoras. Y durante esos años, nuestra Biblia era esta película:



El pinche Karate Kid. Una de mis películas favoritas ever. Puedo verla una, y otra y otra y otra y otra y otra y otra vez hasta el pinche cansancio. Sé que desde el punto de vista del purismo cinematógrafico es una reverenda xalada, pero a mí me gusta, ¿y qué? ¿y qué?, y todavía más cuando tenía 8 años y era un escuincle bobo cuya única preocupación era la tarea y las tardes de futbol en casa de Omar.

Y desde que vimos Karate Kid, también se convirtieron en tardes de karate. Nuestras mamás nos consiguieron un maestro que iba a casa de Omar y ahí nos entrenaban para darnos nuestros chingadazos. ¿Y qué creen que hacíamos después de cada sesión? ¡A huevo! Ibamos a ver ooootra vez Karate Kid, de la cual, por repetición, nos aprendimos los diálogos y hasta el desarrollo de las escenas que imitábamos de manera alternativa. A veces Omar era Miyagi y yo Daniel-San. A veces yo Johnny y Omar era Daniel-San. A veces me tocaba Miyagi... and so on.

Es que Karate Kid tenía magia, la cual radicaba en que la historia se la podía apropiar cualquier chamaco de la edad. Daniel-San (Ralph Macchio) era un chavito enclenque, pendejo y miedoso. O sea, igual que cualquiera de nosotros. La historia del adolescente al que lo mudan a la de a huevo también es muy común, aunque yo no sé por qué se quejaba este guey, si llegaba de Nueva Jersey a California. Johnny y los Cobra Kai eran los típicos manchados que efectivamente existían (y existen) en cualquier lugar. E igual, qué ganas de romperles la madre.

Los personajes alrededor de Daniel-San también son reales, sí que sí. La jefa era a toda madre pero muchas veces impertinente y sobreprotectora. Ali (Elizabeth Sue) era una girl next door sabrosona, que si bien vivía en el barrio "de los ricos", tampoco era una top model con aire en la cabeza con la que ni siquiera se podía hablar. Y Miyagi (Noriyuki "Pat" Morita) nos dejó un legado que se resume en 2 cosas: el estereotipo del amigo adulto que te da el consejo ideal, y el apodo ideal para cualquier persona de rasgos similares (por favor, ¿quién no conoce a algún Miyagi?)

Todo eso, y sus escenas: el torneo, el lugar de las maquinitas, las secuencias de persecución, el soundtrack genial, la fiesta de disfraces (tengo ese pendiente: algún día iré de regadera a alguna fiesta de Inphi), las visitas a la playa y claro... la pelea final.

Bueno, con toda esa carga sentimental, hace unos días vi esto:



¿Por dónde empezamos?

A ver, yo no soy racista, de verdad que no. Pero... ¿qué no se supone que para hacer un remake, se deben conservar las condiciones esenciales de la versión original? ¿qué no en ese caso, el protagonista tendría que ser... blanco? Uy... perdón. Acabo de cometer una observación tal vez incómoda. ¿Qué los productores no se han dado cuenta que el protagonista es ¡¡¡negro!!!?

No importa que sea el hijo de Will Smith, no importa que sea the next best thing, me vale un soberano cacahuate. ¡Daniel-San es blanco, no mamen!

Luego, Jackie Chan. ¿Jackie Chan? Como bien me dijo Inphi el otro día, se supone que Miyagi te debe inspirar sabiduría, misticismo y templanza. A mí lo u.n.i.c.o. que me provoca Jackie Chan es ganas de pedirle que me traiga un California Roll.

Eso nomás con respecto a los protagonistas. La historia, o por lo menos lo que ponen en el corto, está de lo más pedorra. De entrada, el nuevo Daniel-San (sí, sí, ese negrito es Daniel-San, ¿pueden creerlo?) parece que no ha acabado ni la primaria, está bien mocoso. Entonces, ¿cómo le van a hacer para ponerle esa sazón sexualona que tenía la otra?

Otra, el cabrón éste se muda a Beijing. ¡No mames! ¡Quién chingaos no se va a quejar si se lo llevan a Beijing? Una cosa es ir de Nueva Jersey a California, y otra ir de ______ (pongan ahí la ciudad que quieran del mundo) a Beijing. Yo también estaría emputadísimo, ahí no hay dilema. Y luego ya los pinches métodos que nos adelantan para enseñarle Karate están muy fumados, el chiste con la original es que jamás te esperarías aprender una técnica de defensa personal después de lavar coches (wax on, wax off).

Tons... sí. Sí voy a ir a ver el remake the Karate Kid, que bien podría ser el Charales Kid. Sí, les voy a regalar mi dinero, porque no me puedo quedar con el gusanito de saber en cuánto más la cagaron. Pero iré con el ojo más crítico de todo México. Me niego a pensar que en algún lugar de este país hay un niño, como yo o como Omar, que tomarán esta nueva versión de Karate Kid para divertirse por la tarde. Y que en vez de fantasear con Ali van a fantasear con una chinita que todavía ni chichis tiene.

Pero peor aún: que ésta también tenga secuelas lamentables. No por favor.

Para el gran Omar y todas las tardes en Pitágoras.

Monday, January 25, 2010

Chorrillo

El amor comienza por las palabras, y hay palabras que nomás no lo conocen. Como de la que hablo en el Korova esta semana...


Para MH, quien me enseñó a querer u odiar a las palabras por su fonética.

Wednesday, January 20, 2010

Mi papa-pidata favorita

Todos crecimos con ellos. Son del matriarcado de las Sabritas: Sabritas son la mamá, los Sabritones el papá, y los Ruffles, Rancheritos, Cheetos y Churrumais sus hermanos. Y sólo los cuento a ellos porque conforman parte del elenco original, antes de que salieran los Crujitos, Quesabritas y cuanta mamada se les ocurrió después. Es como si cuentas como parte del cast original de Beverly Hills a Hillary Swank, como si estuviera al mismo nivel de Brenda, Kelly y Donna. Pues no ¿verdad?

Con ustedes, los Doritos Nachos:

(Dos aplausos se oyen entre el público. Alguien, en una fila de las de hasta atrás, tose).

Presento la anterior bolsa de Doritos Nachos, porque quiero que la observen bien para que no caigan en la trampa. No todo lo que brilla es oro. El león no es como lo pintan. En tiempos de guerra, cualquier hoyo es trinchera. O como dice mi mamá, en la noche todos los gatos son pardos. En este caso, a falta de pan... ¿Topitos?


Resulta que existe una compañía de Monterrey llamada Bokados se dedica a elaborar botanas chatarra, exactamente iguales a las que fabrica Sabritas. Sinceramente me da lo mismo si en su pueblo son un hitazo de sabor o si sus bolsas cunden en las fiestas de los huercos o lo que sea, pero resulta que ahora...

Ya están en el DF. No sólo eso. Ya están en las maquinitas de mi oficina.

Carajo. Las detesto.

¿Por qué? Por dos razones, básicamente. Primero, porque el sabor es distinto. Distintantemente pinchón. Más pesadas, más grumosas, no sé, pinchonas. Pero la segunda razón, y la que más me caga, es que son un pedazo de piratería a Sabritas, la empresa que nos engordó y nos malnutrió desde chiquitos so pretexto de pendejadas como estampitas y juguetes inútiles como los Tazos que sólo fomentaban la aviricia.

¡No cualquiera eh!

Además, nos pusieron a bailar con el Churrumais con limoncito, con el mero mero sabor Ranchero, con Chester Cheetos más que-eso, y por supuesto, con el "¿a qué no puedes comer sólo una? ¿O ya se les olvidó, ingratos?

Ahí hay todo un trabajo creativo digno de admiración con todo y la irresponsabilidad nutricional que las indigestiones de Sabritas implicaban. What the fuck. Era nuestro vicio. Y que de repente quiera llegar "Bokados", con su 'k', aká muy pedorra, a querer llegar como si nada, a tratar de engañarnos con sus productos más baratos...

Ni madres quéeeee!!!

Además, esta piratería estilo Tommy Halfmaker, Luis Vuitrón, Armañas o Cucci, no sólo se limita a los Topitos con los Doritos, sino también a los...

"Bokados". Cómo explicas el color eh, Bokados, tómala...


"Rizadas con sal". También mismo color que los Ruffles, y "rizadas" que significa lo mismo. Uy, una coincidencia, ¿no? Y...
"Boka-chitos". El zorro ese al estilo Chester es indignante. Acá, todo intrépido, ¿no?Abominable hombre de las papas.

Y así. Por eso, por la dignidad y los recuerdos que a todos nos dejó Sabritas en nuestra infancia, yo los convoco a unirse a esta campaña anti-Bokados, y a seguir comprando Sabritas. Porque a final de cuentas, ellos son los que primero le copiaron a...

(Empresa creada en 1938. Comprada por PepsiCo en 1968. Todoslosderechosreservados)

Los quiero porque ellos son mi papa-pidata favorito. ¿Y qué? ¿Y qué? ¿Y qué?


Para los que tienen paciencia y siguen sintonizando mi blog. Y en particular a Christiaan Goslinga que me picó el orgullo el sábado pasado.

Monday, January 18, 2010

Como salsa en licuadora

Hoy que es lunes, pásenle al Korova para leer una historia influenciada por las telenovelas ochenteras de Televisa. Pásenle pásenle, ni pregunten y pásenleeee...


Para Valentín Pimstein, y todas las historias pedorras que nos recetó vía Televisa. Chale.


Monday, January 04, 2010

How deep is your love?

Una semana después del cumpleaños de mi abuelo Afif siempre venía el de mi abuela Marlene. Y ella, al contrario de su esposo, jamás tuvo un problema en usar todo lo que le regalaba.

Mi abuela cumplirá 2 años sin mi abuelo este 28 de enero, después de estar 52 con él. Y aunque ha tenido periodos de consternación muy profundos, más profundo ha sido su instinto amoroso que le ha permitido seguir viva y queriéndonos a todos.

Para ella, este canción de los Bee Gees, interpretada por John Frusciante, recién separado de los Red Hot Chili Peppers. Canta igual que yo: feo feo, pero con harto corazón.

Las piernas y las sábanas

Hoy, la historia de cómo es Tokio mientras piensas en Scarlett Johansson entre las sábanas.


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Para Moussa Narry.