Oscar

(Pésimo título, pero no sabía qué poner)

No he visto Babel. Ni el Laberinto del Fauno ni Children of Men (Me rehuso a ponerle Niños del Hombre, como la titularon en español). Sí, ya sé, péguenme. Es que todas salieron en una época del año en la que por alguna razón tuve un letargo cinematográfico, y como yo primero meto mi brazo al hocico de un cocodrilo antes de comprar pirata, pues me amolé.

Desde antes de que salieran las nominaciones al Oscar ya me había arrepentido por habérmelas perdido. No soy fan de Del Toro, pero sí de Cuarón y del Negro. Y en particular tenía curiosidad por Babel después de leer una crítica en Esquire que prácticamente la hizo pomada. Era muy subjetiva. Decía Mike D'Angelo que estaba hasta el gorro de las películas que comenzaban con tres escenas de tres distintos grupos de personajes porque ya sabía que al final se iban a juntar de manera "inesperada". González Inárritu ya lo había hecho con Amorres Perros y 21 gramos, y además, Crash había ganado el Oscar a Mejor Película con esa misma formulita.

Tengo entendido (reitero que no la he visto) que efectivamente así sucede. Sin embargo, no por eso la dejaría de ver, pues me fascina esa forma narrativa en las películas. Cuando un director es chipocles y le sale bien el teatrín sin ser obvio, no importa que ya sepas que va para allá, pues de todos modos algo te sorprenderá o te emocionará. Ejemplo: el llanto de Tom Cruise en Magnolia del glorioso PT.

A reserva de juzgar Babel, El Laberinto y Children cuando las vea, me emocioné cuando ví que tanto mexicano había sido nominado. Sí, ya sé, el Oscar es el mejor aparato de propaganda política. Y sí, ya sé, yo me emociono hasta porque se va Keiko. Pero la neta es que también soy partidario de darle mérito a lo demeritado. Demeritar todo es bien mexicano. "Ay sí, es que es la noche de los mexicanos" (Como cuando fue noche de los españoles, antes de los chinos, antes de los negros). Pues sí, ¿y qué? Tampoco es de gratis. Tampoco es como si González Inárritu haya hecho Así del Precipicio (esa ya la ví, Babel no, y aun así me aviento ese juicio). Todos los nominados mexicanos son unos chinguetas, sus obras anteriores así lo demuestran.

Creo que ya es hora de aplaudir lo que se debe aplaudir. Dice Dehesa que el periodista mexicano "tiende a ser implacable en el vituperio e inmensamente cauto en el elogio". Y sí. Pasa con el Negro, pasa con Hugo, pasa con Calderón. Tenemos miedo a endiosar porque tenemos pavor de ser endiosados. Por eso, mis aplausos para los nominados y ojalá salgan entre vituperios y elogios la noche del Oscar (Espero ver esas tres películas antes de la fecha).


Para Ryszard Kapuscinski, maestro de maestros. Ya contaré mi anécdota con él. Mientras, lean la editorial de Roberto Zamarripa en Cultura de Reforma de hoy miércoles 24.

PD Hubo un "amiguito" que en la sección de comments del post '18' se aventó la puntada, vaciadísima, de escribir lo siguiente: "Huevos, tu hermano es un pinche marica, pinche jotito de mierda". Qué bruto, qué chistoso. Por supuesto, fue anónimo. Claro, un comment de ese calibre literario no puede ser firmado, ni el autor es capaz de decírselo en su cara. Espero, por su bien y el de su bella cara, que haya sido broma.