Thursday, February 19, 2009

El regalo (no) prometido

La relación entre mi padre y yo comprende, básicamente, tres grandes periodos.

El primero (la novedad), en el que me inculca la lectura, hace que me interese la cultura, y teje con mi mamá un ambiente adecuado de cordialidad y placer. Luego el segundo (el caos), donde vienen los problemas económicos, las broncas con mi jefa, el nacimiento de mi hermano, y finalmente la separación definitiva de mi má. Y finalmente el tercero y debo decir vigente (la apatía), en que a veces se aparece, a veces no, a veces llama, a veces no, a veces se enorgullece, a veces tiene delirios de persecución… pero siempre, siempre es inestable.

Sin embargo, dentro de todo este embrollo, hay algo que siempre le tendré que agradecer a mi papá: que me haya sabido transmitir la afición por el futbol. 

Por cierto, me da sarna cuando escucho a alguna mujer trinar casi casi en automático después de que digo que a mis hijos les inculcaré lo más posible la cultura del futbol. Reaccionan como si estuviera diciendo que les fuera a inyectar heroína desde los 2 meses. Conmigo sucedió, y hoy ese pequeño gran detalle me da de comer.

Y es que además, los recuerdos más bonitos de mi infancia están relacionados con futbol. Todos, sin excepción alguna: las cascaritas con Toño en la cochera de la Casa de la Bugambilia, las fusiladas con mis primos Omar y Emilio Said en la casa de Pitágoras después de ver por enésima ocasión Karate Kid, las horas y horas que le invertíamos a meter un pinchurriento gol en el videojuego Goal del primer Nintendo, los encuentros en el recreo de la escuela jugando con un Frutsi relleno de Sanitas mojadas…

Claro está, las idas al Azteca junto con mis primos en el LeBaron que hablaba (Una-puerta-está-abierta). Nos íbamos por todo Periférico, con mi papá al volante, para ver los partidos del Cruz Azul en sábado, mismos que tenían entradas paupérrimas. Leíamos las alineaciones en el Esto, corríamos por toda la explanada y bajábamos las escaleras hasta llegar a la puerta 7, cuyo túnel estaba (está) de bajadita y te hacía correr más rápido.

El primer golpe visual después del túnel era el verde del pasto. Era un verde intenso, distinto. Hoy, ver de golpe el pasto del Azteca me sigue provocando la misma sensación alucinante. Recuerdo que de chavito costaba distinguir en la portería del otro lado si había caído gol o no. Sinceramente poníamos poca atención al juego en sí. Lo vacilador del asunto eran los retos y diversiones alrededor del partido mismo, como adivinar los titulares, o gritarle a Pedro Duana, al ‘Pato’ Hernández, o a Porfirio Jiménez cuando iban a cobrar un tiro de esquina y esperar a que en medio del partido nos escucharan y saludaran. O bien, cuando se metían al vestidor para el medio tiempo. Casi nunca funcionaba.

De salida, era escuchar las entrevistas en el radio para luego imitarlas con voces chistosotas. De regreso en el Periférico, había que sacar la banderola por la ventana y auxiliar al de la responsabilidad porque al acelerar se podía quebrar el palo. La parada en McDonald’s de Periférico Sur era de rigor. Siempre por el Automac, siempre quitándole los pepinillos a la hamburguesa sin queso que dejaba a un poquito más de la mitad.

Y para cerrar, corear ‘Toda la Vida’, cantada por Franco. Tres o cuatro veces, las que se pudieran.

Todos estos rituales comenzaron un 6 de mayo de 1984, cuando yo tenía 2 años 3 meses. Y el domingo pasado, mi papá me regaló el ESTO que ha conservado 25 años, en el que se publicó esa foto de equipo que hoy nadie publica, y que es prueba fehaciente de aquella efeméride.



Abajo, de izq. a der. : Nacho Flores, Gerardo Lugo padre, Sergio Rubio, Atilio Ramírez, Carlos Eloir Peruci.
Arriba, de izq. a der. : Gustavo Vargas, Marco Mendizábal, Miguel Angel Briseño, Armando Romero, una madrina, Edgardo Fuentes, Marco Trejo y Carlos Salvador Novoa.


Para MBB.

12 comments:

Anonymous said...

Qué documento tan padre!!!!

Gracias por compartir.

Olivia

Anonymous said...

Me estoy poniendo al corriente con tus posts...

Grandes recuerdos...se agradece la vuelta a la memoria.

Reconocimiento a la visión para guardar el doc.

Aburr.

Anonymous said...

Para el hombre que, por lo que veo es constante en su inconstancia. Queda claro que a veces uno no sabe cómo acercarse, cómo remediar, cómo abordar después de tantas cagadas. 25 años deben haberle quitado un gran peso, pero ante todo, supongo que le abrieron una puerta. Nunca es tarde.

xosean said...

Está poca madre la foto, la anécdota y el papá (no es fácil serlo, al contrario) de que te tiene presente, de que eres su bebé, no hay duda.

PD: El último de los de abajo no es Carlos Eloir Perucci, es Adrián Camacho, y al que pusiste como Gerardo Lugo, sí es el centro delantero brasileño.

xosean said...
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Anonymous said...

Increíble y nostálgico jajaja ... los papas Bris Bec siempre están llenos de sorpresas, no tengas duda...

Anonymous said...

Pues por lo pronto yo ya guardo el programa, vaso conmemorativo y foto del primer partido del Santi.

Ricardo Otero said...

Mi primera ida a un estadio fue cuand tenía unos 6 años, un Pumas-Morelia. En la tribuna nos encontramos a Miguel España (suspendido, para variar) y me firmó mi boleto. No sé qué carajos le hice al boleto.

Anonymous said...

me gustó este post...yo recuerdo cuando ibamos al Estadio Azul que en ese entonces era del Atlánte y todo el partido nos la pasábamos poniéndoles la bandera del CAZ a los niños del Atlante en el palco de al lado jaja...super tetos pero que buenos tiempos!

Anonymous said...

Debes de haberte sentido emocionado de ver aquella foto, que efectivamente es un documento histórico.
Y yo pienso como tú. Hace un par de meses llevé a Iñaki a su primer partido y aunque todavía no sabe la esencia del juego, se emocionó tanto del ambiente que se vive, que hoy se lo cuenta a todo aquel que lo quiera escuchar y cuando ve el balón sabe que el chiste de esto es meterlo en la portería.

Anonymous said...

Karlo ya tiene su baloncito y obviamente ve un logo de Pumas y canta goya :D

Anonymous said...

No, si los Briseño`s son U.N.I.C.O.S, y de seguro tambièn tiene las servilletas en donde te anotaba lecciones de vida!!! que increìble foto! Lola...mento por MBB