Hay personas que viven al filo de la navaja por voluntad propia. Gente que se la rifa nomás por adicción, por gusto, por hobbie. Y por lo que dicen, se la pasan poca madre. No sustituyen por nada del mundo la adrenalina que les hace rondar peligros de todo tipo, mientras los demás dicen, "ay, pero qué ganas...".
Por otro lado, hay otras personas que viven al filo de la navaja porque el destino, o Dios, o la fuerza suprema, o simplemente la vida los puso ahí. Gente que se la rifa porque el tigre se les plantó en frente, y ahora no se van a quitar hasta domarlo... o bien, hasta que el tigre termine por devorarlos. Pero con estas personas, queda claro que por fuerza, lucha y voluntad, no quedará.
A este segundo grupo de personas, se les admira, respeta y quiere. Y se les apoya hasta el último minuto. Aunque tengan al tigre respirándoles en la nuca.
Para Teté, y su incansable batalla por seguir adelante.
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