Wednesday, February 25, 2009

Amor al (correte)arte

Cuando conoces una chava (y decides "ir bien"), te vas despacito, con cautela, con mucho cuidado de no regar el tepache (¿quién habrá regado el tepache tan feo que se quedó de frase?). Vas paso a paso, acechando conforme te van dando oportunidad. Llega un momento en que adquieres cierto nivel de confianza y te lanzas, pum. Y te dan chance. PERO. Pero... si la cagas, si le dices el nombre de otra chava, si te cachan en la movida, si te pasas de listo, o si simplemente caes de su gracia, para volver al nivel de confianza en el que estabas, tienes que volver a empezar desde cero. O casi...

Bueno, pues así me pasó en el tórrido romance que sostuve en el 2008 con el atletismo. Lo probé, le di sus primeros besitos formales (los anteriores habían sido parte de un inestable cachondeo), comencé a avanzar, mejoré mi forma, fui constante en las citas, le metí pesas al asunto, y hacia final de año ya andaba al puritito tiro.

Pero llegó un pinche desgarre de isquiotibial y fui p'atrás. Atrás, atrasote. De parar un ratotote. De volver a caminar, a trotar leve, probar hasta dónde podía. Y después de una fabulosa terapia en Sport City llamada MAT, volví a la banda para prepararme para la carrera del pasado domingo.

Digamos que me fue bien. Bien a secas. Del 50:15 que es mi mejor tiempo histórico, registré un 53:25 bastante digno. Pero lo importante es que la carrera estuvo bien chida, y el dolor de caballo no hizo que me parara a llorar como nena, tal como sucedió la vez pasada (literal).

Al llegar a la meta estaba tocando Nikki Clan, lo cual me recordó un post de Tamara en el que confundió a Reyli Barba con Nikki Clan (¿?). Yo quería tomarme una foto vaciladora con Nikki Clan, que en realidad no tiene a nadie que se llame Nikki, ni mucho menos son un Clan. Pero la reina que canta está bien reina, eso que ni qué. Eso sí, no hubo ni cómo diablos acercarme.

En cambio, de regreso al coche, me encontré con muchos letreros prohibitivos en un tramo muy corto. Primero, éste en Reforma, que decidí transgredir:


Luego éste, que también decidí violar:


Y finalmente éste, pinche letrero. Calladito calladito, pero bien alburero. Que me enojo y que le doy una sopa de su propia medicina:

Qué pendejadas, ¿verdá? Pero bueno, regresando a los términos amorosos con el atletismo, digamos que le puse un buen fajecín. Estoy seguro que muy pronto haremos base (no en Reforma, porque está prohibido), y si se descuida, para seguir en términos beisboleros: palo de cuatro esquinas.


Para Joaozinho y la Rodra, con quienes acudí a este magno evento.

5 comments:

Anonymous said...

no mames, el de chile está chingonsisisismo!!

Plaqueta said...

No era Nikki Clan, ¡era Kudai! Jaja, pero es casi lo mismo, ¿no?

Chanfle II said...

Jajaja, cierto, era Kudai... pero ps como dices, da lo mismo...

*Pollito con papaas..papaaas* said...

Me gustan tus tennis fosfo Jojo!..Nikki clan? q rollo?.. ah po cierto la tipa vocalista es de mi de rancho city

In phidelio said...

Jajajjajajaja