Me gusta Star Wars. No tanto como X-Men, pero me gusta. Y siempre me había identificado con Han Solo (¿quién no?: galán, madreador y bueno pa' las viejas). Sin embargo, hoy me han puesto un apodo que ha llegado para quedarse, aunque no es precisamente un alma de la caridad.
Gracias a mi emporio de quinielas en la redacción de Cancha, Jorge Urdiales se ha encargado de llamarme Miguel Angel "Palpatine" Briseño, y se queda. Esto, debido a que se empeñan en calumniarme a cada rato, diciendo que beneficio a ciertos participantes que curiosamente están en la cima. Lo comparan con el Imperio del Mal de Palpatine, aka "The Emperor".
Lo cierto es que sin las quinielas, el Mundial sería una como una casa de muñecas: bonito para verlo, pero no puedes tocarlo. Con dinerito de por medio, sientes cada partido como tuyo, e igual quieres ver el México-Argentina que el Corea-Togo (el clásico de Cablevisión). Vieran cuánta pasión hubo en el Arabia-Saudí vs. Túnez... inimaginable, impensable sin la quiniela. Y de organizarla me encargo yo.
De hecho, creo que es obligatorio que haya un insurgente que cuestione al sistema, nada más para ponerle sabor al asunto. Sea como sea, mientras tenga la consciencia tranquilo, soy Palpatine y hasta Roberto Madrazo si quieren. Eso sí, en cuatro años que acabo de cumplir en el Reforma, no he ganado una móndriga quiniela de todas las que he organizado, y vaya que han sido varias. Quién sabe, quién quita y me vengo llevando la buena, la de la Final, esa que he estado planeado por días.
Mientras, yo sigo como dedo con el Mundial. No pueden negar que es maravilloso. Qué tal los madrazos del Portugal-Holanda, yo estaba rogando para que comenzara una campal al estilo América-Chivas. Del México-Argentina, no hay comentarios por el momento, será motivo de un post aparte.
Para George Lucas, por obvias razones.
Gracias a mi emporio de quinielas en la redacción de Cancha, Jorge Urdiales se ha encargado de llamarme Miguel Angel "Palpatine" Briseño, y se queda. Esto, debido a que se empeñan en calumniarme a cada rato, diciendo que beneficio a ciertos participantes que curiosamente están en la cima. Lo comparan con el Imperio del Mal de Palpatine, aka "The Emperor".
Lo cierto es que sin las quinielas, el Mundial sería una como una casa de muñecas: bonito para verlo, pero no puedes tocarlo. Con dinerito de por medio, sientes cada partido como tuyo, e igual quieres ver el México-Argentina que el Corea-Togo (el clásico de Cablevisión). Vieran cuánta pasión hubo en el Arabia-Saudí vs. Túnez... inimaginable, impensable sin la quiniela. Y de organizarla me encargo yo.
De hecho, creo que es obligatorio que haya un insurgente que cuestione al sistema, nada más para ponerle sabor al asunto. Sea como sea, mientras tenga la consciencia tranquilo, soy Palpatine y hasta Roberto Madrazo si quieren. Eso sí, en cuatro años que acabo de cumplir en el Reforma, no he ganado una móndriga quiniela de todas las que he organizado, y vaya que han sido varias. Quién sabe, quién quita y me vengo llevando la buena, la de la Final, esa que he estado planeado por días.
Mientras, yo sigo como dedo con el Mundial. No pueden negar que es maravilloso. Qué tal los madrazos del Portugal-Holanda, yo estaba rogando para que comenzara una campal al estilo América-Chivas. Del México-Argentina, no hay comentarios por el momento, será motivo de un post aparte.
Para George Lucas, por obvias razones.
1 comment:
Sr. Briseño:
¿Ha notado el parecido entre el Emperador y el Santo Pontifice?
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