Hace poco escribí una nota acerca de la estridencia publicitaria con respecto al Mundial. Lala, Liverpool, Coca, McDonald's, Banco Azteca, etc, etc, etc. Todos le han entrado para llevarse tajada. Sólo faltó una marca de condones mundialistas, la marca de popotes que usa Oswaldo Sánchez, y también los tornillos oficiales de las llantas oficiales del camión oficial que transporta a la Selección Nacional.
Ante todo este ruido, Sony Entertainment Television sacó una campaña excelente, la anti campaña del Mundial. Es cierto que suele ser recurrente la existencia de una anti campaña, pero bueno, a ellos se les ocurrió primero. La Tortura Mundial. Imagínense a un guey que se gana un viaje al Mundial y na'más no lo quiere. Un Canal sin Mundial. Me parece genial.
¿Cómo se le hace para librarse de una tortura de la que no te puedes zafar, o peor aún, de la que ni siquiera te quieres safar? Esas torturas nos hacen sados, nos tienen amarrados con hilos de placer y para soltarnos tenemos que hacer un esfuerzo sobrehumano que normalmente no logramos realizar. Y casi siempre tiene que venir una fuerza externa para librarnos del yugo de la tortura (habría que ponerle comillas).
Pienso en mí y en mi trabajo. Mi sacrosanta madre llega y me dice 'justo en tu día de descanso, cuando puedes levantarte tarde, te paras temprano y te vas a un restaurante a las 11 a ver el Inglaterra-Trinidad y Tobago... eres el colmo'. Pues sí, qué le voy a hacer. Tortura visual. O pienso también en el borracho que chupa y chupa, y cuando está más crudo que nunca, se la cura con una chela y la conecta para seguir chupando. Tortura física.
Pero la más común y la que seguramente todos hemos vivido, es la tortura emocional. Aún sabiendo que estar con alguien te puede dejar más heridas que caricias, no significa necesariamente que te vas a alejar. Hay algo de adrenalina en esto, o algún líquido que segrega el cuerpo y que todavía no han descubierto. Yo le pondría tortulina. A veces la tortura no es dañina, pero tiene algún factor contextual complicado, y ahí estamos. Qué le hacemos.
Hoy traigo encima dos tipos de tortura. Una es la tortura Mundial, y otra es la otra. Pero como buen ser humano, no me muevo, ni me pienso mover. Porque hasta ahorita, las dos torturas no me han dejado más que caricias. Eso sí, no sé qué voy a hacer cuando se acaben el Mundial. Tal vez redoble esfuerzos en la otra tortura.
Ante todo este ruido, Sony Entertainment Television sacó una campaña excelente, la anti campaña del Mundial. Es cierto que suele ser recurrente la existencia de una anti campaña, pero bueno, a ellos se les ocurrió primero. La Tortura Mundial. Imagínense a un guey que se gana un viaje al Mundial y na'más no lo quiere. Un Canal sin Mundial. Me parece genial.
¿Cómo se le hace para librarse de una tortura de la que no te puedes zafar, o peor aún, de la que ni siquiera te quieres safar? Esas torturas nos hacen sados, nos tienen amarrados con hilos de placer y para soltarnos tenemos que hacer un esfuerzo sobrehumano que normalmente no logramos realizar. Y casi siempre tiene que venir una fuerza externa para librarnos del yugo de la tortura (habría que ponerle comillas).
Pienso en mí y en mi trabajo. Mi sacrosanta madre llega y me dice 'justo en tu día de descanso, cuando puedes levantarte tarde, te paras temprano y te vas a un restaurante a las 11 a ver el Inglaterra-Trinidad y Tobago... eres el colmo'. Pues sí, qué le voy a hacer. Tortura visual. O pienso también en el borracho que chupa y chupa, y cuando está más crudo que nunca, se la cura con una chela y la conecta para seguir chupando. Tortura física.
Pero la más común y la que seguramente todos hemos vivido, es la tortura emocional. Aún sabiendo que estar con alguien te puede dejar más heridas que caricias, no significa necesariamente que te vas a alejar. Hay algo de adrenalina en esto, o algún líquido que segrega el cuerpo y que todavía no han descubierto. Yo le pondría tortulina. A veces la tortura no es dañina, pero tiene algún factor contextual complicado, y ahí estamos. Qué le hacemos.
Hoy traigo encima dos tipos de tortura. Una es la tortura Mundial, y otra es la otra. Pero como buen ser humano, no me muevo, ni me pienso mover. Porque hasta ahorita, las dos torturas no me han dejado más que caricias. Eso sí, no sé qué voy a hacer cuando se acaben el Mundial. Tal vez redoble esfuerzos en la otra tortura.
Una dedicatoria sale sobrando.
3 comments:
Me pareciò muy acertada la nota. Me podràn informar donde lo puedo ver al comercial en internet, trabajè en el mismo de referi y en adlatina no lo ubico. Saludos. Roberto Zuccon
...cuánta sabiduría carnal! sobre todo lo de la tortulina! ¿qué sería de nosotros sin ella?
te faltó hablar de los torturadores. De cómo algunos se aparecen por ciclos, inesperados. La tortura deleite-pecado-penitencia que con café, sabe deliciosa.
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