Sunday, June 04, 2006

Coherete... o no chilles

Es más fácil hacer que se acoplen las tres líneas del Tri de La Volpe. Es más fácil lograr que se pongan de acuerdo Madrazo, Calderón y AMLO. Bueno, es más fácil que mi mamá, mi hermano y yo no nos peleemos por cualquier tontería.

Cualquiera de las tres opciones anteriores son más fáciles que encontrar a una persona coherente, que logre armonizar el eje pensamiento-palabra-acción. Piénsenlo. Hacer coincidir al pensamiento con las palabras y las acciones es muy complicado. Sean sinceros, cuántas veces no nos hemos cachado jalando para el otro lado que nos está pidiendo la mente.

La cruda de la infelidad es el perfecto ejemplo. ¡Pero cómo pude hacerlo! Sí güey, carne mata razón, o lo que es lo mismo: tus ideales, tus valores, no coincidieron con tus deseos. Doblar las manos ante el jefe es otro botón, aunque ahí hay que aceptar que la coacción es un factor importante. Con frecuencia los que son coherentes se quedan con su coherencia, pero sin chamba.

Hoy leí las declaraciones de Alberto de la Torre, presidente de la FMF, y dice que Jorge Vergara se pasó de lanza por "tirarle" a la Selección. Después añadió que si La Volpe "le tiró" en su momento al "Kikín", eso no significaba que él podía "tirarle" a La Volpe, pues "tirarle" al Tri en estos momentos era pecado mortal.

O sea, ¿cómo? ¿La Volpe sí puede sacudir medio país al criticar al "Kikín", a la Sub-17 y a la Abuelita de Batman, y Vergara no puede quejarse al respeto? Aquí hay algo que falta, y eso se llama coherencia.

La coherencia es un valor despreciado y devaluado en nuestras vidas. Pocos lo tienen presente en sus acciones, y contradictoriamente la falta del mismo es la respuesta a muchos de los conflictos que enfrentamos a diario.

De entrada, es difícil (o por lo menos así lo encuentro yo), ser conscientes para luego ser coherentes. El impulso nos hace actuar de una forma, que luego resulta que no fue la más indicada. Duele ser coherente. Duele, cuesta trabajo, no es fácil por ningún motivo. Todos están contra la coherencia: las ganas, el antojo, la lujuria, las debilidades, la traición, el ahíseva, el desmadre. Y a decir verdad, pocas veces sale victoriosa.

Sé que esta entrega suena medio moralina, pero en fechas recientes encuentro que la coherencia gana pocas batallas (incluidas algunas en mi). Creo que si hubiera más gente coherente, nos evitaríamos muchas broncas al saber a qué le entramos. No compras un boleto para Misión Imposible III esperando ver Odisea 2001. Desde el corto, esa película es coherente, te vende madrazos, chichis y a Tom Cruise rompiéndose la madre... y eso te da.

Es lo mismo con la gente. Sería mejor que cuando compres un boleto para entrarle al baile con alguien, sepas de antemano si vas a ver una película de arte, un churro palomero y una de sábados en el Canal 9. No está de más, nos evitaríamos muchas broncas.

Ahora que si está muy difícil, pues no hay tos, le seguimos así. Sólo que cuando les toque, no los quiero ver chillar.

3 comments:

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