Entré a la Ibero el 8 de agosto del 2000. Eso fue hace más de 8 años. Entre tu número de cuenta y el mío hay más de 50 mil cabrones. Son 17 semestres de diferencia. Miles y miles de abonos de estacionamiento vendidos desde el 8/8/00, mismo cantidad de corajes por falta de lugar. Decenas de salones se construyeron, muchos profesores han salido, nuevas carreras se han incorporado, los precios han subido. Mucho. En Otoño 2000, entrar por un día así nomás, sin abono, costaba 10 pesos. Hoy, 35.
O sea, entre mi primer día de universidad y el tuyo, hay un chingo de diferencias.
Sin embargo, las más significativas no radican en la escuela, sino en el Briseño que se presenta. Carajo, yo era un auténtico teto. Sí, sí, muy inteligente, muy enterado, muy listito... pero lo cortés no quita lo teto. Ese lunes llegué con pantalón baggy y cinturón de vestir (no tenía otro), calcetín café, zapato-tenis del mismo color, y playera azul manga clara, cuello en v. Fajado, hazme el favor (Al siguiente lunes, repetí el look, pero ya con la playera por fuera). Elda y Toño iban conmigo, salimos 8:11 de La Casa de la Bugambilia en el Stratus Verde. Llegamos a tiempo y nos sentamos un rato en la escalera antes de entrar a Teoría de la Comunicación I con Gómez Mont. Ese día también conocí a Anaid, Yad y Fausto. Narré un gol a petición de Gómez Mont, en uno de los peores gritos de mi vida. En ese tiempo todavía era mi prioridad ser cronista de futbol. Por tele, me refiero. No hablé con mucha gente, y me regresé a las 3 con mis primos para finalizar una jornada más que intrascendente.
Maestro, tú entrarás en un escenario totalmente distinto. Tienes 20 años, dos más que yo entonces. Eso quiere decir que serás "de los grandes" de tu salón, lo cual es una gran ventaja. No seas ojete y no te aproveches (mucho) de ella. Más allá de la edad, has recorrido más vida que todos ellos, te lo aseguro. En la vestimenta, tienes mucha, pero muuucha más noción que aquel yo. Nada más llegar sin cinturón de vestir te da 100 puntos más que a mí. La ausencia de acné, otros 100. Llegarás con tu prima, pero ella no te guía, sino tú a ella. Y además, conoces a media escuela nomás por el bonus social.
En resumen, el handicap de contexto a tu favor es enorme, gigantesco. En potencia, tienes todo para sentirte muy a gusto. Y ése, mi estimado, es el verdadero problema al que te vas a enfrentar.
La tentación de la Ibero es que es una universidad disfrazada de centro social. No al revés, como muchos piensan. Es una gran escuela, pero tienes que descubrirlo, hay que quitarle la cáscara. Por afuera están los jardines, la explanada, los ladrillos, los amigos, los "amigos", las faldas, las falditas, las falditititas, el ambiente, el olor a fresita que inunda el salón a las 7 de la mañana (gracias Dios, gracias por eso en particular), la ficha en horas ahorcadas, la cafe, echarte en el pasto nomás a ver pasar gente, las risas, las miradas, el olor a durazno que inunda el salón a las 7 de la mañana (el otro era los lunes, éste es del martes), las cascaritas, las pláticas, el jueguito ése que nunca supe cómo se llamaba (el de la bolita de tela rellena de arroz, como hippiesón)... ah, y el olor a fresita que inunda el salón a las 7 de la mañana (del miércoles, es que también toca).
Aquí la cáscara no se tira, al contrario, se come todita. Y sabe muy rico. Tan rico que no querrás comerte lo de adentro. Pero eso de adentro es lo más nutritivo. Lo otro te sirve, sin duda, pero sólo para que tu piel brille y para evitar la caspa. Lo de fondo te sirve para respirar. Sin lo de adentro no vas a respirar en unos años, te lo juro. Lo de adentro no sabe tan chido, es un sabor un tanto rarón... pero cuando le agarras el gusto, es fascinante: las clases, la sabiduría encerrada en los maestros (a veces oculta), los debates, las tareas, las desveladas (que por primera vez no serán por ir a un antro), investigar para tus trabajos, quebrarte la cabeza para escribir (aunque no lo creas, tienes un talento ahí que te podría llevar por un camino que no imaginas), y un producto al que le tienes pavor pero sólo por desconocerlo, el libro.
Va el tip: cuando sientas que estás comiendo más cáscara que de lo de adentro, algo estás haciendo mal. No dejes que te gane la tentación. Te puedes comer la cáscara, siempre y cuando te comas lo de adentro.
Guey, si sigues esa máxima, podrás disfrutar el paraíso al que vas a entrar, y salir de gane. Hazme caso. Disfrútalo, disfrútalo con todo. Han pasado 3,079 días desde que yo entré, y la Ibero ya merece otro del clan B. en sus filas. Éste será muy distinto.
Aunque la verdad, en el fondo, será exactamente lo mismo.
Para mi carnal, pues desde hace unos meses y después de muchos años de intentarlo, ya nos llevamos como tal.
O sea, entre mi primer día de universidad y el tuyo, hay un chingo de diferencias.
Sin embargo, las más significativas no radican en la escuela, sino en el Briseño que se presenta. Carajo, yo era un auténtico teto. Sí, sí, muy inteligente, muy enterado, muy listito... pero lo cortés no quita lo teto. Ese lunes llegué con pantalón baggy y cinturón de vestir (no tenía otro), calcetín café, zapato-tenis del mismo color, y playera azul manga clara, cuello en v. Fajado, hazme el favor (Al siguiente lunes, repetí el look, pero ya con la playera por fuera). Elda y Toño iban conmigo, salimos 8:11 de La Casa de la Bugambilia en el Stratus Verde. Llegamos a tiempo y nos sentamos un rato en la escalera antes de entrar a Teoría de la Comunicación I con Gómez Mont. Ese día también conocí a Anaid, Yad y Fausto. Narré un gol a petición de Gómez Mont, en uno de los peores gritos de mi vida. En ese tiempo todavía era mi prioridad ser cronista de futbol. Por tele, me refiero. No hablé con mucha gente, y me regresé a las 3 con mis primos para finalizar una jornada más que intrascendente.
Maestro, tú entrarás en un escenario totalmente distinto. Tienes 20 años, dos más que yo entonces. Eso quiere decir que serás "de los grandes" de tu salón, lo cual es una gran ventaja. No seas ojete y no te aproveches (mucho) de ella. Más allá de la edad, has recorrido más vida que todos ellos, te lo aseguro. En la vestimenta, tienes mucha, pero muuucha más noción que aquel yo. Nada más llegar sin cinturón de vestir te da 100 puntos más que a mí. La ausencia de acné, otros 100. Llegarás con tu prima, pero ella no te guía, sino tú a ella. Y además, conoces a media escuela nomás por el bonus social.
En resumen, el handicap de contexto a tu favor es enorme, gigantesco. En potencia, tienes todo para sentirte muy a gusto. Y ése, mi estimado, es el verdadero problema al que te vas a enfrentar.
La tentación de la Ibero es que es una universidad disfrazada de centro social. No al revés, como muchos piensan. Es una gran escuela, pero tienes que descubrirlo, hay que quitarle la cáscara. Por afuera están los jardines, la explanada, los ladrillos, los amigos, los "amigos", las faldas, las falditas, las falditititas, el ambiente, el olor a fresita que inunda el salón a las 7 de la mañana (gracias Dios, gracias por eso en particular), la ficha en horas ahorcadas, la cafe, echarte en el pasto nomás a ver pasar gente, las risas, las miradas, el olor a durazno que inunda el salón a las 7 de la mañana (el otro era los lunes, éste es del martes), las cascaritas, las pláticas, el jueguito ése que nunca supe cómo se llamaba (el de la bolita de tela rellena de arroz, como hippiesón)... ah, y el olor a fresita que inunda el salón a las 7 de la mañana (del miércoles, es que también toca).
Aquí la cáscara no se tira, al contrario, se come todita. Y sabe muy rico. Tan rico que no querrás comerte lo de adentro. Pero eso de adentro es lo más nutritivo. Lo otro te sirve, sin duda, pero sólo para que tu piel brille y para evitar la caspa. Lo de fondo te sirve para respirar. Sin lo de adentro no vas a respirar en unos años, te lo juro. Lo de adentro no sabe tan chido, es un sabor un tanto rarón... pero cuando le agarras el gusto, es fascinante: las clases, la sabiduría encerrada en los maestros (a veces oculta), los debates, las tareas, las desveladas (que por primera vez no serán por ir a un antro), investigar para tus trabajos, quebrarte la cabeza para escribir (aunque no lo creas, tienes un talento ahí que te podría llevar por un camino que no imaginas), y un producto al que le tienes pavor pero sólo por desconocerlo, el libro.
Va el tip: cuando sientas que estás comiendo más cáscara que de lo de adentro, algo estás haciendo mal. No dejes que te gane la tentación. Te puedes comer la cáscara, siempre y cuando te comas lo de adentro.
Guey, si sigues esa máxima, podrás disfrutar el paraíso al que vas a entrar, y salir de gane. Hazme caso. Disfrútalo, disfrútalo con todo. Han pasado 3,079 días desde que yo entré, y la Ibero ya merece otro del clan B. en sus filas. Éste será muy distinto.
Aunque la verdad, en el fondo, será exactamente lo mismo.
Para mi carnal, pues desde hace unos meses y después de muchos años de intentarlo, ya nos llevamos como tal.
5 comments:
El olor... olor? La 'fragancia' del salon a las 7... el frio infernal, la somnolencia y entrar a un salon perfumado a cabello mojado y recien lavado condensandose en el frio. Ese olor a perfumito, shampoo y que-se-yo era una cosa deliciosamente intoxcante. Y que decir de esa atomosfera en finales en la cual todo mundo estaba de pesimo humor, despeinado y malvestido, el exceso de cafe, las noches en vivo frente a la computadora... Que belleza! Que mozos tiempos aquellos.
Rodri...en esta etapa no te puedes dar el lujo de ser CHAVITO !!
SIN UNA CARRERA VAS A SER UN POBRE PENDEJO TODA LA VIDA !!! se que es un poco rudo pero así soy papi tu sabe la bala fria.
Exito mi Rodri
HMI
Huevo con chorizo y chilaquiles, cafe y juego de nueve de la mañana. Cigarrito en los jardines, discusiones claveles en los salones y el tremendo paraiso artificial de chicas guapas. Es tan bueno, que por eso tenemos que pagarlo.
Venga Rodri. Mucha suerte y qué bonito es lo bonito.... Qué te puedo decir que no diga este post... las faliditititititas jaja.
Échale un ojo a los que te tocan como compañeros quizá algún día (seguramente) acaben siendo compañeros de toda la vida.
Miguel: el juego se llama haki ¿qué pasóooo?.
damn!!
Post a Comment