Sunday, April 20, 2008

I'm blue (o mis horas como Pitufo)

Heme aquí.

De condón, de Gene Simmons, de terrorista, de microbusero, de puberto de escuela pública. Todos mis disfraces anteriores han tenido sus dosis de dedicación y cariño, pero esta vez el ímpetu llegó al siguiente nivel.

La tradicional Inphiesta llegó a su versión 3.0 con bombo y platillo. El tema fue Ochentera. Y la aclaración era, facha ochentera o personaje ochentera. Como el look Flans (y sus equivalentes masculinos) me parecen sencillamente fastidiosos, convoqué a una lluvia de ideas para elegir avatar. Las propuestas transcurrieron desde lo técnicamente inviable (Pistachon Zigzag y Patas Verdes), lo socialmente no conveniente (Cepillín), hasta lo definitivamente inoportuno (mi mamá sugerió Chispita).

Después de días y días de reflexión, las opciones se redujeron a a) Pitufo o b) Uniforma cruzazulino de los 80. Pero, ¿por qué quedarse con una sola cosa cuando se puede tener todo? La solución= a+b.

Como siempre sucede, dejé hasta el último momento la (no) planeación de mi disfraz. Y por alguna razón pensé que sería fácil pintarme como Pitufo. En esa ligereza, a unos días del evento, me recomendaron una bodypaintera profesional. Digo, si ya voy a hacer el ridículo… pues que ya sea a lo grande, ¿no?

Cita en mi casa, sábado 3:30. Llega Irma con un estuche como de payasito de fiesta, con brochas, pinceles y pinturas. Bajo estricta recomendación de mi señora madre tapizamos la alfombra con periódico, me quedé en chor y dejeme pintarrajear.

Mil dudas atañen mi ser. ¿Se quita con un baño? Sí. ¿No me va a tapar los poros? No. ¿Puedo hacer payasadas mientras me pintas? Sí. Irma comenzó por la parte anterior del torso. Flashback a mi niñez, cuando me aterrorizaba ver el comercial que promocionaba Cats, porque pinchurrientos gatos me parecían espantosos con todo ese maquillaje. Y ahora ahí estaba yo, a merced de la brocha, jugándole al artista y disfrutando como enano.

Irma resultó no sólo ser una gran bodypaintera, sino también una confidente excepcional y fotógrafa con inventiva . Cuando llegó a la parte de los oclayos, supo que para delinearlos tenía que engañarme con un dulce o algo así. Mérito de ella aguantar a la nenita.

Cuando uno tiene pintado 90 por ciento de cuerpo, el personaje se infiltra porque se infiltra. Y como a eso de hacerle a la mamada no se me da, pues… ¿por qué no bajar a calle y compartírselo a la ciudad?

Salí, y cual botarga pagada empecé a saludar desde la banqueta. La gente, maravillada. Me tocaron el cláxon, bajaban los vidrios para tomarme fotos con el celular, me gritaron ¡Arriba el Cruz Azul! (a huevoooo putos). Irma seguía capturando cada escena de lo ocurrido. Se me ocurrió cruzar al camellón de Río Mixcoac. Ahí seguía con la galería de pendejadas, cuando empecé a escuchar ladridos.

Reaccioné. A ver pendejo, si tú ves un gigante azulado, ¿no te extrañaría y correrías a cotorrearlo? Pues eso pensó un pinche labrador que con súbita rabia se encarreró hacia mí. Tenía una de dos, quedarme ahí como pendejo hasta que me mordiera mis instintos, o echarme a correr. Y pues, a derecha de escena. Fueron unos cuantos pasos de cobardía, cuando reaccioné y apelé a la ley de la selva. Quietooo canino. Para entonces los dueños del perro, Irma y tres mirones estaban cagados de la risa con la escenita. “Es que se espantó...”. Chinga tu madre tú y tu espanto. Recogí mi dignidad y me puse a dirigir el tráfico. Unos hasta me aplaudieron.

Procedimos a ir a la Comer por tequila. Irma, de copilota y buen samaritano, me recordó que podría causar un shock cultural si entraba al súper a comprar pitufresas así como si nada. Así que me quedé en el estacionamiento, de donde recuerdo dos capítulos. Una señora manejando baja su vidrio y dice “Mira hijo, el Monstruo Azul”. ¿Monstruo azul? ¿Tres horas de arte… y monstruo azul? Na mams. Acto seguido, un señor… “mira hija, el Señor de Azul”. Bueeee… no está tan denigrante pero el señor es pendejo. ¿El señor de azul? ¿Cree acaso que me pinté y salí a la calle con solo shorts y tenis para ser el señor de azul? ¡Chingada madre soy pitufoooo!

Ya en la Inphiesta fue un cotorreo. ¿Qué Pitufo eres? No, pus… Fortachón definitivamente no. Vanidoso igual y sí, pero la lonja me contradice. Filósofo, creo que no era el momento. Así que creamos nuevas categorías. Pitufo entrometido. Pitufo castigador. Pitufo comedor de tacos al pastor. Indiana Jones me sometió sin piedad y Rocky me acomodó unos catorrazos. Ya después del desmadrito, me puse mi playerita y llegamos al a+b= Pitufo Cruzazulino.

Llegué 4:30 a mi casa directo al baño. Chíiiingate a quitarte toda la pintura. Y sí, si se quita, pero hay que tallarle. Aún tengo restos de mis horas como Pitufo detrás de las orejas, debajo del bigote. Ya le tallaré. Con todo y el jelengue, vivir de azul, quitarme un trauma y hacerle a la mamada, bien valen la pena.

Todas las fotos del proceso en (dirección por definir, consulte al rato). Aquí le regalo un fragmento del debraie (¡Al fin aprendí a empotrar los videos como en los blogs pros!).






Para Irmita, quien aguantó estoica todos los pasajes del azul jaloneo.

17 comments:

Ricardo Otero said...

Exijo ver las fotos del agua azul después del baño!!!

xosean said...

Mi capacidad de asombro cada vez estaba más mermada, más minimizada, pero hoy renació. No soy, aunque parezca lo contrario, una persona que tenga el valor para hacer el ridículo o para divertirse haciendo mofa de mí mismo, por eso esto me parece de unos huevos muy, muy, muy grandes. No creo que lo hiciera alguna vez, no sobrio, no solamente yo, no encuerado, no definitivamente no, qué huevos y que extraordinaria lección de vivir como te place. Me gustaría tener un poco de eso, y haber ido a la fiesta.

xosean said...

Que me perdonen las aguerridas mujeres que leen este blog, pero ahora sí se aplica lo de qué huevos tan azules.

In phidelio said...

¿Alguna vez vieron lagartijas azules?

Nuevamente gran disfraz, espero la Inphiesta haya sido de su agrado nuevamente. Ya no fue en Anfield, ahora pedimos Wembley y, sí, lo llenamos.

Gabriela Carajo said...

Lo vuelvo a decir...
Sólo tú.

No parecías pitufo, pero te va bien el azul.
Un beso

ECC said...

que cajeto pitufo!!!

Plaqueta said...

¡Aplauso!

Anonymous said...

Estas entre pitufo mamador o pitufo chef, esto ultimo ya que lo que tenias en la cabeza parecia mas un sombrero de chef (oropeza por cierto) que la mierda esa que usaban esos tarados.

HMI

Anonymous said...

Aló.

Qué valor, qué mamón, me encantó!

Pero qué poquitas lagartijas...

Saludos.

Anonymous said...

jajajajajajajajajajajaja,,debí haber estado en ese momento y me hubiera disfrazado de Gargamel,,para sacarte los ojos,,,!!!!!!!!!!

Nabi

Anonymous said...

Muy bonito, admiro tu valor, y espero que te hayas sentido a gusto en la fiesta, seguramente anduviste muy cómodo en short y chanclas.

Anonymous said...

GRANDE, de verdad eres un grande...

Anonymous said...

Liindo!!!

Te rayaste, que cosa tan chingona, no sabes, me hiciste llorar de la risa.

Quiero la foto del recuerdo porfas!!

Besitos

Anonymous said...

Deberás de tener un aviso antes del post: "No leer a menos que te puedas reír a carcajadas!".
Mala idea leerlo en clase!
Increíble disfraz, quiero ver más fotos!!!

un abrazo,

Anonymous said...

Mi estimado Bri, estás bien, pero bien, pero bien, pero bieeeeen güey. No mames, ahora cada que pase por esa parte de Río Mixcoac (es el camino de regreso cuando llevo a mi padre a revisión con el neurólogo) voy a querer encontrarme a mi amigo el pitufo cementero.

El disfraz era buenísimo hasta ahí, después lo echaste a perder con la camiseta esa de perdedor, jajajajaja.

Saludos y un abrazo.

By Carni Boy

Livier said...

Ash! no le hagas caso al Carni Boy, sólo lo dice porque trae un cementero dentro y lo quiere ocultar al máximo.

Ruy Feben said...

Oquei, sí: la peda del viernes estuvo mamona. Pero no era motivo para pintarte de azul al día siguiente (¿o era para ocultar la cruda, que DE TODOS MODOS te puso azul?). Gran disfraz, enorme. Quiero ser como tú cuando sea pitufo, me cae, snif.

Saludos!