En el Purgatorio hay dos tipos de días: los que gozan de la visita de mi mamá y todos los demás.
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La fecha en el rinconcito de la pantalla dice 2 de febrero de 1985. A la proyección de la fiesta le antecede un carrusel de fotografías de una mujer presumiendo su barriga al lado de sus tías, primas, padres y amigos. Ya estando afuera el chamaco, lo carga pa'todos lados. Nunca salen juntos el niño, la joven y su esposo, aunque sí el bigotón con su hijo modelando el mismo traje de baño Marsol a rayas.
Comienza el audio de la película, y nada sale de los cachetes del niño más que órdenes y berrinches. Ni siquiera a su mamá le habla con mucha dulzura que digamos. Eso sí, no se le despega ni para soplarle al méndigo pastel, que por supuesto, es una cancha de futbol con un América-Cruz Azul montado sobre merengue verde (faltan cuatro años para que el niño sufra la primera de tantas decepciones en Liguilla contra las Águilas, pero mientras, hoy le muerde la cabeza a un monito... digamos, por puro regocijo, que es Carlos Seixas o el "Cheché" Hernández).
La fiesta transcurre tal como todas las celebraciones infantiles deben hacerlo. Los niños están asustados con una banda de monigotes que se hace llamar "El Gorila Hugo y su Pandilla", y que con actitud trata de remediar lo impactante de sus disfraces. Mientras, los adultos están de hueva, probablemente pensando en ponerle whisky a las gelatinas que reparte la mamá.
Por cierto, la mamá es omnipresente/potente. Regaña a un niñito que no quiere bailar, baila para que el festejado baile, saca a bailar a la tía que le huye a la bailada y mira cómo su esposo se hace monumentalmente pendejo para no bailar. A final de cuentas es su fiesta. Incluso ella misma la pagó.
El video contratado incluye entrevistas al final del partido, digo, al final de la fiesta. Y obviamente, entrevistan al festejado. ¿Cómo te la estás pasando Miguel Angel? (A ver pendeja, ¿cómo crees que me la estoy pasando?) Intuyendo el martirio que sufriría 20 años después como profesional, se cobra una venganza anticipada haciéndosela ver negra a la conductora del video. "Bien". A ver chiquito, mamá te ayuda. Se repite la pregunta. ¿Cómo te la estás pasando Miguel Angel? "Muy paaaaadre (muy paaaadre, repite el escuincle), vinieron mis amiiiiiiiigos (mis amiiiiiiigos), mis priiiiimos (mis priiiiiiimos)..."
Nadando entre regalos, el niño disfruta la tiranía que ejerce sobre su madre y la detiene ante cualquier desaparición, por efímera que ésta sea. Es 2 de febrero y tiene mucha más manga ancha de lo normal. Y eso no es poco.
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He visto ese video decenas de veces, tal vez cientos. Cuentan las leyendas de la abuela que como yo nunca tenía suficiente, y como era un berrinchudo, mimado y mamuco de lo peor, la única forma de calmarme era poníendome a ver la película de mi propia fiesta de 3 años. Me la sé de memoria. De verdad, con todo y diálogos.
Son muchas las cosas que viven en mi mente y que tienen su génesis en ese video. La más importante, sin duda alguna, es la influencia y la importancia que mi mamá tiene en mi vida. Hoy ella fue a una entrevista de trabajo, por lo que me toca darle recomendaciones y consejos. Una ironía monumental, tomando en cuenta que, en pocas palabras, mi mamá es la escultora intelectual de mi vida, con éxitos y fracasos.
En el Purgatorio hay dos tipos de días: los que gozan de la visita de mi mamá y todos los demás. Si tuviera alfombra roja, con ella forraría mi departamento en los primeros.
Para G.M.T.S.G.
5 comments:
Hugo el Gorila... Madres... Yo recuerdo vagamente mi fiesta de 3 años, ya que en mi familia hay una cierta fobia a las cámaras sumada a un atraso tecnológico de unos 10 años. Recuerdo que fue una aparatosa fiesta con todo tipo de espectaculos que hoy me harían mearme del miedo. Hasta me regalaron a Boris, mi primera mascota. Incluso había un carrusel en el patio. ¿Cuál era el punto de los ostentosos 3 años en los 80s?
Como te dije hace rato, se me salió la lagrimita y no nada más por recordar las conmemoraciones de la infancia, sino por cómo hablas de G.M.T.S.G.
En mi fiesta de 3 años estuvo nada más y nada menos que Semillita... Sí, el payaso "de moda" que llegaba a tu fiesta en un VW convertido en tetera, al igual de "famoso" que era Ary Sandy como mago (él fue a la de mi hermano).
A partir de la presencia de esa celebridad en mi fiestecita, ODIO a los payasos, no me dan miedo, pero de verdad, NO ME GUSTAN... Así es esto de las fobias provenientes de las reuniones para los hijitos de 3 años, en la tuya un gorila, en la mía un payaso... Sin comentarios.
Saludos Licenciado...
No es por consificarla, pero tu madre es una de las ondas más cool que he conocido en tiempos recientes.
Buena premonición la que tuviste con el rollo del pastel. Si te diera pastelazo el Ave (como sucede a cada rato9, no me quedaría más que decir: "Y en tu cara albañil (gracias necaxista)!".
Profundo.
En estos momentos preparo la fiesta de 2 años de mi pequeño Iñaki y luego de leer tu relato me quedo tranquila pensando que algún día, en algún lugar, en algún momento mi hijo sabrá cuanto lo quiero y cuanto me importa hacerlo feliz a mi manera, con mis extravagancias o con mi pobre presupuesto, aunque como dices, sea un niño que le pega a su mamá cuando lo corrige.
Mis primeros recuerdos que han quedado plasmados en algún registro gráfico animado, está ne película 8 mm, sin audio, tipo los Años Maravillosos, coon un proyector que si se traba la película la quema. Pero bueno bueno dejando atrás mi añejamiento, diré que apenas tengo el gusto de haber visto uno segundos a tu mamá, por lo que no puedo presumir el gusto de conocerla, pero por el trabajo que ha hecho con su hijo la felicito. Miguel es un gran hombre, amigo y compañero de trabajo y va para ser un gran periodista.
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