Tuesday, March 30, 2010

"El teibolero de Acapulco"

Los comentarios, propuestas y contrapropuestas en torno a mi futuro sobrino Bicente Nario fueron vastos y creativos. Todos con una intención particular y significado profundo. Pero a diferencia de esta avalancha onomástica, hay quien no termina de entender que el nombre marca a alguien de por vida.

Y que por eso hay que hacer ejercicio responsable de ese privilegio. En México, pululan los irresponsables que bautizan a diestra y siniestran con nombres esperpénticos y sin sentido, que sólo trastornan el lenguaje y el motivo último de un nombre.

Lo peor es esa especie que nomás no entiende, pero igual reparte. Esos que medio oyen, medio saben, medio entienden y medio ponen. Como los padres de este fino individuo que me encontré en la Comercial Mexicana de Acapulco, que se prestaba a recoger una botella de JB en Atención a Clientes.

Portaba orgulloso el jersey de su equipo, seguramente llamado “Los Teiboleros de Acapulco”. Y en el dorsal, su nombre:


También vi un “Richart” hace poco, pero no me dio tiempo de tomarle foto.

Pinche gente piorquiuno. Deberían de tomar el ejemplo del guey que atiende la tiendita de la esquina del trabajo, ese individuo que está en pachequez permanente, y que ayer me sorprendió portando orgulloso su… iguana.


Una iguana de verdad. Ámonos. Y la iguana se llama… “Sargento”.

¿Será por verde y obediente? Chale. Nos estamos volviendo locos.


Para volvernos locos.

4 comments:

Alex B. said...

El Sargento creo que más bien califica en el vasto e ingenioso mundo de los apodos, como el de la multicitada historia del Tumba-Maizena, el del Tibio Muñoz (que cuenta la leyenda que viene de los pueblos natales de sus padres, Aguascalientes y Río Frío); hasta llegar al del mismisimo Buches producto de una elección democrática, compitiendo contra el Nanas o el Carnitas.

Anonymous said...

lo del tibio Muñóz no viene de los pueblos natales de los padres sino de que siempre se quejaba de la temperatura del agua en los vestidores después de entrenar y el apodo se lo pusieron sus compañeros. fuente. la W radio hace 3000 años.

Miranda Hooker said...

jajaja, Willian está increible. Aunque yo siempre seré fan de Jonhatan. En ese nombre está el futuro.

Livier said...

Totalmente de acuerdo contigo, el nombre nos marca, conozco a un señor que se llama José Luis, pero le dicen Eloy; una amiga se llama María Esther y su mamá le dice Mayte, cabe mencionar que ella le puso el nombre so-li-ta; el colmo es otra amiga que se llama Beatriz Eugenia y su mamá, quien también le puso el nombre so-li-ta, la llama Mariana.

Estamos locos. ¡Chale!