Monday, December 15, 2008

Un sueño mojado

Ayer tuve un sueño. Soñé que salía con una chava espectacular: pelo largo, ojos claros, tez muy blanca, como me gustan. Casi diabólica. No recuerdo donde lo conocí, pero sí tengo presente que accedió cenar conmigo… y que la primera cita fue un desastre.

Todos porque cometí dos errores garrafales. Cuando trajeron el vino tinto, por querer verme muy galán acomodando la mesa, le tiré la copa entera en su vestido blanco, entalladito. Y luego, no mucho después, provoqué que la ensalada caprese se deslizara por el plato para que cayera hasta su regazo y dejara una perfecta mancha redonda de aceite de olivo. Todo esto antes de los 30 minutos de partido, digo, de cita.

Por supuesto, el resto de la noche fue un pastelazo. El bombón puso jeta, no sonrió una sola vez… y cómo culparla, si ni siquiera pude sacar mis mejores chistes por la poca inspiración. Hasta sentí que me abuchearon desde las mesas aledañas. Creí que era el fin.

Pero por alguna razón, en mi sueño, claro, tuve otra cita con esta belleza, que ahora recuerdo que se llamaba Lucía Fernanda (me pidió que de cariño la llamara Lucifer). Dispuesto a lavar mis errores, me mentalicé para no equivocarme en nada, pero nada nadita.

Y salí con todo. El escenario era difícil, porque si en la primera cita yo escogí a dónde ir, ahora le tocó decidir a ella. De alguna manera me vi en patio ajeno. Me la puso complicada, pues fuimos a un bar repleto de amigos suyos, todos ellos vestidos de rojo, muy pinches gritones, por cierto. Pero no me achiqué, sino todo lo contrario.

Comenzó a fluir la plática, apareció una sonrisa, luego otra y otra, y después una carcajada. Después de un par de canciones dignas del baile pegadito, me insinuó que fuéramos a su casa. No sé para ustedes, pero para mí eso es el 1-0.

Ya estaba candente la cosa. No por salirnos del bar bajó la intensidad. El trayecto se puso muy loco con el toqueteo, con el tuya-mía, te la presto, ¡acarícialaaa!

Entramos a su área, perdón, a su casa, y puse música de fondo. Otra pieza con la princesa. Se me acercó (más), y me invitó a su cuarto. E igualmente, no sé para ustedes, pero para mí, eso es el 2-0.

Y es que caray, a pesar de que esto era un sueño, lo sentía demasiado rico para ser verdad, sobre todo después de la catástrofe de la primera cita, en la que el saldo fue como para no volverla a ver jamás.

Ya en la habitación, el ritmo llegó a su tope. Estaba exhausto, y seguro que ella también. Por eso todo se tornó semilento, pausado. Y así comenzaron a caer las prendas, mías y suyas, una y una, alternando. Nadie fallaba. Tal vez unas costaban más trabajo quitarlas, pero a final de cuentas salían.

De repente ya no estorbaba nada. Era el momento de la verdad. Había llegado hasta ese momento/lugar sin error alguno, jugando por nota a pesar de la adversidad. Pero en esto del amor y del romance (aunque sea en sueños), uno nunca sabe cuándo puede llegar la falla. Sólo recuerdo que cuando quise hacerme grande, de escribir mi nombre con letras de oro en la historia, de inmortalizarme… fallé en la muerte súbita.

Por alguna razón, en vez de lamentarlo, Luci se puso a festejar.

Y ahí desperté.

La verdad desconozco qué tenga que ver esto con algo que haya pasado en mi vida, pero bueno… así son los sueños: inexplicables.


Para los que aún no entienden que el futbol sirve para explicar absolutamente todo en esta vida.

8 comments:

Anonymous said...

Ahora sí no escribiste del cruz azul verdad!!!!! jajajajajajajjajajajaja

Jorge Jair Melendez said...

Ojalá y el sueño nunca, jamás, se haga realidad.

Anonymous said...

me gusto mas este relato de la final que el anterior (santos)

HMI

Sascha! said...

Hahahaha... que mal pedo con la lucy!

pero el futbol.. hay que cosas... mejor no digo nada más...

chido tu sueño.

Livier said...

Chale, otra vez estoy llorando!

Xun said...

La vida, cómo nos ha tratado. Y Ahí seguimos saliendo con chicas y creyendo que por fin la noche (o la tarde) será nuestra. Yo también sueño... a pesar de... o mejor dicho debido a que sigo creyendo que el cielo es azul.

Anonymous said...

escribe un relato maaas erotico sobre las mejores bubis que has tocado, el mejor trasero soñado o real, exxxetera...a ver cuenta cuenta

Ricardo Otero said...

y te dicen el Alejandro Vela!!!