Monday, October 22, 2007

Doris y los detalles

Aseguro que el 95% de los lectores de u.n.i.c.o. no había escuchado el nombre de Doris Lessing hasta que no le otorgaron el Nobel de Literatura hace dos semanas. Obvio, yo tampoco. Como sucede cuando anuncia cada año al ganador del galardón, me he propuesto leer algo de ella. Y hoy mismo adelanto que seguramente a estas alturas del 2008 escribiré un lamento sobre cómo fracasé en mi no(bel)ble intención, tal como pasó con Pamuk, con Gao Xingjian, etcétera.

El punto es que nunca los leo, pero siempre me entero mucho de cada ganador. Reviso muchas entrevistas con los ganadores y termino sabiendo hasta de qué pie cojean. Soy un excelente lector de periódicos y un pésimo lector de libros. Tal vez es la solidaridad con el gremio. Y es que hoy me chuté una entrevista a Doris Lessing publicada el domingo 21 en El País... ah qué buen periódico, ah qué buena entrevista.

Resulta que Doris tiene 88 años y, por lo que he percibido en sus entrevistas, es a toda madre. Le preguntan, '¿cómo estás?' y responde... 'Bien, tengo tos, un poco de diarrea y cistitis, pero bien en general'. Ah bueno. Luego lamenta que ya no pueda comer naranjas cuando lee, tal como hacía cuando era chiquita. Dio una suculenta definición de la vejez, 'No poder hacer esto, no poder hacer lo otro'.

Doris no se anduvo con modestias y aceptó que recibir un Nobel está de poca madre, pero añadió que le cagó el argumento: "añlañydfépicafemeninakio859oio". Y tiene razón, son etiquetas, que según ella le encantan a la gente (right). De hecho, ella misma etiquetó a Juan Cruz, su entrevistador, dirigiéndose a él con el 'ustedes', o sea, los españoles. La entrevista transcurre en su casa en Inglaterra y este hermano nos regala un detallazo de observación que toma como hilo conductor: el gato que no aparece y que está enojado (por cierto, no dice su nombre... en fin, no es necesario).

Detalles, esos detalles. He escuchado a tanta gente decir que no quiere llegar a viejo porque no quiere estorbar o cualquier otro argumento megapendejo. Yo sí. Me gustaría envejecer y tener un físico que corresponda a mis pensamientos. También rechazar esa manera de pensar de mi abuelo que se la pasa diciendo 'ya estoy viejo' asumiendo que eso está de la chingada. Ojalá que no. Vaya que estaría chingón ser viejo. Y estar solo. Casado, divorciado, viudo o como sea, pero solo. Solo como Doris con su gato. Gozando los detalles, escribiendo y viviendo. Ah, y por supuesto, leyendo el periódico.


Para su hijo. Que se mejore.

7 comments:

In phidelio said...

Estaría chingón llegar a viejo y disfrutar estar solo, el pex es que no conozco, al menos yo, tantos casos como el que mencionas.

Ojalá y ese deseo permanezca, pero tranquilo, no te adelantes que apenas tienes 25 (aunque parezcas de 31).

Anonymous said...

Llegar a viejo debería ser maravilloso, observar todo lo cosechado y vivir los últimos momentos al máximo.

No temo a las arrugas ni a la espalda encorbada ni a las enfermedades, esto es un ciclo y no deberíamos de saltarnos ningún paso.

e. said...

Así quería morir mi abuelita... desde alguna vez que visitó a su tía Paquita... desde entonces, siempre decía que quería vivir sola con sus flores hasta el final... y así le tocó... ash... me haces pensar en mi abuelita demasiado temprano...

Besos, e.

xosean said...

Me gustaría ver a Darío cumpliendo 50 años con un hijo y un nieto...
Quién sabe que será estar viejo, pero en cuanto pueda se lo pregunto a Mele y te digo.

Ricardo Otero said...

Janis (mi gata) no seguirá viviendo cuando llegue a viejo... Buaaaaaaa!!!

Anonymous said...

Los viejos son una cosa MARAvillosa!!!
Yo tengo una peculiar fijación por las personas llamadas de la tercera edad, me intriga su piel arrugada, su palabra llena de sabiduría, pero algo que puede controlarme y mantenerme inmovil frente a ellos es su mirada, esa que con cada experiencia de vida, se transporta al lugares que existieron, que con una facilidad descomunal traen personas a su espacio, personas que se les adelantaron.
Los viejos son una cosa increíble, disfrutan cada día como si fuera el último, son mágicos, y Doris, ahora que la conozco igual que tú por medio de entrevistas, me hace recordar a los viejos que tengo en mi vida y que cada vez que hablo con ellos me hacen recordar las ganas de vivir.
Gracias Mike por esto, por tus abuelos y por las tres abuelas que aún me quedan.
Beso

Anonymous said...

Los viejos son una cosa MARAvillosa!!!
Yo tengo una peculiar fijación por las personas llamadas de la tercera edad, me intriga su piel arrugada, su palabra llena de sabiduría, pero algo que puede controlarme y mantenerme inmovil frente a ellos es su mirada, esa que con cada experiencia de vida, se transporta al lugares que existieron, que con una facilidad descomunal traen personas a su espacio, personas que se les adelantaron.
Los viejos son una cosa increíble, disfrutan cada día como si fuera el último, son mágicos, y Doris, ahora que la conozco igual que tú por medio de entrevistas, me hace recordar a los viejos que tengo en mi vida y que cada vez que hablo con ellos me hacen recordar las ganas de vivir.
Gracias Mike por esto, por tus abuelos y por las tres abuelas que aún me quedan.
Beso