Saturday, November 11, 2006

El ángel de Maradona

Sí. Para mi sorpresa y la de muchos más, Maradona tiene un ángel del tamaño de la mancha urbana de la Ciudad de México. El tipo es sonriente, su apariencia todavía es presentable y, en un mundo en que nadie toma un postura y el que la toma es condenado a la hoguera, habla de lo que se le pregunta sin problema alguna.

Así, se aventó el tiro de retar a Fox para "decirle en su cara" que detenga los problemas en la frontera, de decir que Vicente Sánchez y Bruno Marioni son los mejores delanteros del mundo, que Hugo debe ir al Tri pero que no es la Madre Teresa, de enorgullecerse de su Boca líder del campeonato, y de mentarle la madre al Mundial pasado. "Si la figura en un Mundial es Kahn o Cannavaro, estamos en el horno. ¡Pero en el horno con papas!".

Lo que es absolutamente detestable es la presencia de los argentinos de ocasión que le aplauden a Diego hasta porque se tira un pedo. El tipo es genial, pero carajo, tranquilos. En particular había un pelón en la conferencia al que me dieron ganas de ponerlo en el Periférico en hora pico, pues cada vez que Diego hacía algo, se paraba a aplaudirle. Diego moqueaba, aplausos. Diego fumaba, aplausos. ¿No tenía algo mejor qué hacer en viernes por la noche, como tal vez... comprarse una vida?

En fin. A lo que iba era a que una respuesta de Diego me llamó la atención en específico. El cuate de Excélsior le preguntó que si estaría dispuesto a cambiar toda su fama por una vida de mejor calidad, por así decirlo. Y vaya que me cautivó por su honestidad. "Sería un soberbio si te digo que no cambiaría nada de mi vida. Muchas cosas las haría igual. Le volvería a meter el gol con la mano a Inglaterra, volvería a no saludar a Blatter y Havelange. Pero sí me hubiera encantado ver crecer a mis hijas, llevarlas a la escuela, ir al futbol. Porque eso me lo perdí y todo se lo llevó Claudia".

Ay cabrón. Digo, no cualquiera se confiesa en frente de 150 perfectos desconocidos. Como alguna vez dije por ahí, "algo ha de saber este pendejo". Su primera frase es desprendible y es universal. "Sería un soberbio si te digo que no cambiaría nada de mi vida". Porque, ¿a poco no? cuántos hemos dicho el orgullosísimo "no me arrepiento de nada". Y es como motivo de medalla de oro.

Últimamente me he topado con varios ejemplos que me confirman que es de humanos arrepentirse. Porque aunque hieres, lastimas y haces daño sin siquiera darte cuenta, y a veces no queda remedio, muchas otras veces sí lo hay y vale la pena. Más vale una disculpa tardía, de corazón (aunque no encuentre receptor), que un orgullo encerrado en su soberbia.

Lo dijo Diego y lo digo yo. "Sería un soberbio". Gracias por darme tranquilidad existencial.
Para Carlos Hermosillo. Cruzazulino, amigo del Diego y gallo de Calderón en el deporte. Ejemplo a seguir.

4 comments:

Anonymous said...

La felicidad no es de virtudes o de pecados, sino de valentías. Jugársela o no, muy a lo Hamlet. Lo bueno es que la vida no se acaba hasta que se acaba, pregúntale a Maradonna.

Saludos.

Anonymous said...

Poner como ejemplo a un MARRANO LLAMADO MARADONA me parece horrible, totalmente penoso, para el fin que sea, qué asco!

Atte. Livier

Anonymous said...

Poner como ejemplo a un MARRANO LLAMADO MARADONA me parece horrible, totalmente penoso, para el fin que sea, qué asco!

Atte. Livier

Anonymous said...

Me gusta!
Ahora en tu MARAvilloso viaje te vas a dar cuenta de lo que realmente es MARADONA, es increíble!!! Pero creo que al final del camino, no deja de ser el niño que hicieron crecer por el dominio del balón. Yo la verdad lo admiro, es un marranito, vicioso, pero fué el mejor en el futbol y creo que dentro de toda la parafernalia que está a su alrededor, es un buen hombre, o por lo menos lo que podría ser después de una vida llena de excesos y de mentiras que te dan la fama...TE QUIERIO DIEGO!!!