Tuesday, June 30, 2009

Alto en seco

La premisa no es nueva: sonidos y olores que te remiten a una persona o época determinada. Acordes y hormonas condenadas a vivir en la prisión de un recuerdo, gústeles o no. No hay margen de maniobra para ellos, mudos vínculos que tuvieron la suerte o el infortunio de ir pasando por ahí.

Secundaria, 1995. Me regresaba diario en el transporte escolar a mi casa, y el convoy llevaba un grupo heterogéneo. Ahí, una chica de quinto o sexto de prepa, cero atractiva, cien por ciento amistosa, toda bondad. Una facha ausente de feminismo y exceso de buenas intenciones. En las pláticas matutinas y vespertinas, ella se encargó de introducirme a las reglas de la nueva etapa escolar. Y de paso, de renovar mis gustos musicales que en ese momento eran dominados por el cancionero Picot.

En la combi se escuchaba WFM y lo mejor de los 90. Pero como yo no tenía radio en mi casa, sino sólo una grabadora con cassette, ella se tomó la molestia de grabarme varias rolitas que me cambiaron la vida. Dos lados perpetuos, una y otra vez, cada tarde. No recuerdo con exactitud qué canciones había, sino sólo los efectos que tuvo en mí, como pulir mis gustos musicales y entender que la vida estaba más allá de la tele y el patio de mi casa.

Uno de esos sonidos fue el Faraway So Close de U2, que me gustó porque me identifiqué con el "You dont smoke, dont even want to". Pero además de ese glorioso, hubo otro más determinante y poderoso, que escuché hace poco a razón de los conciertos de este grupo en México. Un ritmo cadencioso, una guitarra sin complejos, y voz y letra hipnotizantes, progresivamente armoniosos que suplicaban desde una especie de sufrimiento compasivo... "no la cagues, no la cagues".

La premisa no es nueva: esos acordes me remitieron a esa época de no preocupaciones. Una época feliz. Aquella chica me llevaba cinco o seis años. Salió de la escuela y nunca supe más de ella. Si hoy la viera, la agradecería por introducirme al mundo de la música. A la música de adeveras. 

High & Dry...



Para Zaida.

Monday, June 29, 2009

Timbiriche

Lunes de Koroviche Timbiriche. Un tema propuesto, obviamente no por mí, que me deja descargar quejas y más quejas sobre lo que no es correcto en esta vida.



Para reactivar la semana.

Friday, June 26, 2009

Interrumpimos la nostalgia por Michael Jackson para...

No puede ser lo emputado que estoy. Estoy muy, muy emputado. Doy mello, mucho mello.

See, seeh.

Bueno, el caso es que iba a contar que estaba navegando, chateando, ya saben, perdiendo el tiempo, nada nuevo que haga uno, cuando de repente...

Algo putas madres moví con el cursor que me apareció lo siguiente:

No bueno, chinnnnnnnnnngas a tu madre, PAN, chinnnngas a la tuya.

Por si no fuera suficiente lidiar en la tele, en los espectaculares, en los postes de luz, en los parques, en las carreolas de los niños, en las puertas de nuestros hogares, en los hornos de microondas, en el metro y en cualquier recóndito lugar que se les ocurra con la pinche publicidad asquerosa de los partidos políticos, ahora resulta que nos tenemos que aguantar con que un pinche anuncio del PAN salga... ¡en el messenger!

¡En el messenger!

El bendito messenger, ese espacio tan lindo e íntimo, que nos ha brindado tantas alegrías y penurias, tantas tardes de ocio y tiempo perdido a lo pendejo, tantas excitaciones por la belleza per se del lenguaje, tantas risas hasta que duele la panza. El messenger, el bendito messenger, ya también ha sido contaminado por la mierda campaña política para el 5 de julio. Ahora, sólo basta que no te fijes por dónde pases el cursor para que atravieses por el pendejo banner publicitario y te brote esa chingadera de que si el PRI o que si le manga del muerto.

Lo peor, lo peor, LO PEOR, es que para hacerle burla al PRI, el PAN crea que está cagado poner en su anuncio un extracto de...

Sí. Ni lo digan.

Ya nada más falta que salga la niña pendeja ésa del PRD con su sonrisa de 3 centavos a cantar que así sí ganan mis huevos. Nada más me la ponen por aquí, y juro que la busco para arrancarle todos y cada uno de sus dientes para ponérselos como coronas a sus velitas de cumpleaños (muy Itchy & Scratchy, ¿no?).

Mejor me callo y no invoco. Nomás falta, ja.


Para sacar el coraje.

Thursday, June 25, 2009

El silencio incómodo

Extracto de una conversación cualquiera, en un restaurante cualquiera, entre un chico y una chica cualquiera, que intentan, como cualquiera, conectarse el uno al otro. Pero no lo logran.

- Entonces no viste esa película...
- Noo...
- No ps deberías, está muy cagada.
- Sí no manches... la voy a checar.

...

...

...

(Se murió un pajarito).

Cada vez hay un silencio incómodo se muere un pajarito. La más cruel de las expresiones del ser humano, paradójicamente manifestadas por la nada. El espacio en el que dos personas se quieren morir porque no hay nada que decir. Una de las máximas expresiones del fracaso. Un furúnculo en el culo. No hay para dónde voltear, no hay nada que hacer sin que se vea forzado, no hay nada que decir. Y entonces, alguien dice (elija su favorita de las siguientes opciones):

a) Pues sí.
b) Qué calor hace ¿no?
c) Hijo, ya se hizo tarde...
d) Este... ¿qué hora tienes? Ahhh mira, está bonito tu reloj.
e) Qué cosas ¿no?
f) Qué cagado...
g) Señorita, la cuenta por favor.

Ush. Lapidario. El silencio incómodo. Debería de haber un botón que ayude a remediarlo. Lo peor es que uno es necio y no entiende, y entonces ahí va de nuevo, con la misma persona, a torturarse en una cita para ver si ahora ya no hay silencios incómodos, cuando lo más sano y lo más instintivo debería ser, a ver guey, a la chingada, otra persona y listo. Lo que está chido, fluye. Lo que no está chido, tiene silencios incómodos.

En tiempos de messenger, también hay silencios incómodos. Sólo que ahí la escapatoria tiene alternativas. "Perdón, fui al baño". Pffff, patético. Cuando no hay silencios incómodos, no hay por qué ir al baño.

Uh sí, ¿a quién no le ha pasado? Y no sé qué sea peor: que suceda con alguien que dices qué bruto qué hueva, o con alguien que realmente deseas llevártela al rinconcito papá. Desesperación vs. frustración. Sí sí, yo creo que la segunda. Es como aventar una figurita de porcelana desde el balcón. El recuerdito perfecto que se hace trizas. Plop plop plop plop. Consuelo: bueno, pues al menos no me quedé con las ganas.

Ajá.

Pinche silencio incómodo. Muérete. Eres una patrulla cruzada en el Periférico. Muérete, y contigo llévate las pláticas forzadas, los tropezones inoportunos y los momentos "trágame tierra". Que la selección natural de las pláticas te entierre en las Galápagos, y de ahí no puedas volver jamás.


Para los que saben de qué hablo.

Sunday, June 21, 2009

Perfume de gardenias

A las 7:30 hrs. de este domingo, ya estaba en los carriles centrales de Periférico, con ningún arma más que mis tenis verdes súper ultra chingones y dos (docenas de) huevos para correr 21 kilómetros en nuestra queridísima Ciudad de México.

Habían pasado exactamente 30 días de cuando decidí dejar de tomar como cosaco y desvelarme como tarado (aceptémoslo hermano, eso parecemos, jaja. Digo, no está mal, pero así es, ja) para ponerme en forma con el objetivo claro del medio maratón, que valga decir, jamás en mi vida había imaginado recorrer. Para entrenarme, acudí hace 21 días a Cuemanco en compañía de Inphi y LaMara para correr 15 km, y una semana después solo para hacer 20 km y así decirle a mi cuerpo que no mamara porque sí podía armarla sin pedos.

Así pues, me topé antes de la arrancada con Luis Muñoz, instructor de Sport City con quien, según esto, iba a hacer toda la carrera porque "se la iba a llevar leve". Nada más falso porque nomás fue mi lazarillo hasta que al kilómetro 5, se fue, se fue, se fue...

Fíjense que uno no se da cuenta del trazo de una calle hasta que se la echa corriendo. Y como ésta (y bloquear el Periférico como el Mosh) es la única manera de correr en los carriles centrales de Peri, pues no había forma de que imaginara qué tan picuda estaría la ruta por más advertencias que me dieran experimentados corredores, asesores deportivos y hasta sacerdotes consagrados.

Tres reglas me puse en el 21k:

1. La acabas porque la acabas.
2. No te paras ni porque el Mosh se te plante enfrente.
3. No chille puto, no chille.

Con esas claras consignas, arranque desde Peri a la altura de Perisur, hacia el sur, notando que de aquí para allá está de bajadita, de poca madre. Entonces ujuuuuuú... me dejé ir, aflojando el muslo y que empiezo a registrar 5:20, 5:04, y hasta 4:54 por kilómetro cuando el promedio debía ser 5:30-5:40 para acabar en menos de dos horas, mi segundo objetivo. 

Por ahí del km 6, pasando la primera subida enfrente del Tec (Carrillo, qué fea es tu escuela mano, con todo respeto), me llegó un tufo pegador, de esos que no se olvidan. Estoy de acuerdo en que es un evento en el que uno suda, pero no mams, pinche ardor acá en la nariz, mal plan. Volteé a mi alrededor, y vi a un andrajoso con barba al pecho, sudando como marrano, y me orillé a mi orilla para evitar el petatazo.

A nuestro lado, de repente, ya venían los líderes de regreso. Patrullas, motos, ambulancia, y tres pinches kenianos corriendo como rateros, pegaditos. Y del otro lado: "¡Órale pinches güeros, córranle culeros!". Veinte segundos después, un mexicano, solo, su alma y el estruendo que arrancó del otro lado del Peri: "¡Óoooorale huevóooon, chíngale gueeeey, vienes crudo cabrooooón!".

A lo lejos, por ahí del km9, vislumbré que la parvada iba de subida. Y ahí comenzó la chinga. A alguien se le ocurrió que para ir de regreso, estaba poca madre subirte al distribuidor como los coches y emprender la vuelta. Bueno, pues déjenme decirles que ese guey es un genio, porque a pesar de la chinnnnga que es treparte a esa madre, el paisaje desde arriba está impresionante, porque se perciben grandes parcelas de verdes pastizales que me remitieron a la antigua Aztlan, lugar de garzas (caaaaaaaálmate Krauzeeee). No, neto, se veía de poca madre.

Bajando el distribuidor, comenzó el regreso y como quiera que sea uno ya va muy puteado Además, lo que era de bajada ahora es de subida, y cuando traes 12 km a cuestas, sientes que la Virgen, Juan Diego, y todos los ángeles y los santos te hablan al mismo tiempo. 

Llegábamos justo a ese punto del 12km, cuando nuevamente percibí un olorcete muy culero, poco más denso que el anterior. "Pinches cerdos, báñense cabrones, no puede ser marranaaaas" (no lo grité, pero lo pensé, ques pior). Nuevamente busqué, y hubo varios sospechosos, entre ellos una dama chaparrona, así como con sobaco chillador, y a ella atribuí este nuevo perfume de gardenias.

Al 14km ya me estaba desvielando. Digo, nunca pensé claudicar, pero sí iba muy mal, como hambriento. Paréntesis aquí para decir que el ambiente estuvo de poca madre, que un chingo de gente sale sin razón alguna para gritarte algo, apoyarte moralmente. Sin embargo, no entiendo por qué hay personas que agarran el concepto "México" como una identidad drive-thru que puedes tomar cuando y donde quieres, para los fines que convengan. "Vamos corredores, por Méxicooooo". ¿Eso qué? ¿Por México qué?

En fin. Me estaba desvielando, y recordé que Luis Muñoz me había dicho que comprara glucosa porque la iba a necesitar para reponer músculo. Ahí, despuecito del Azteca, entendí por qué. Noté que varios estaban comiendo dulcecitos de esos con envoltura frutal, y yo no. Pero una pepina tiro un par (con envolutura, claro), yo los pepené del suelo y que me los sambuto. Carajo, nunca en mis 27 años de vida de comer pendejada y media, me había sabido tan chingón un caramelo macizo. Propulsor a chorro caído del cielo.

Kilómetro 17 y las piernas se entiesan de a poco. Nota mental: no vuelvo a correr sin música. Nota mental 2: si no traes música, piensa en mujeres (sirve, sí que sí). En medio de mi placer(bo), otra vez el petatazo. Noooo, yaaaa, chínnnnguen a su madre por gediondos... se la ma...

Al limpiarme con la playera a la altura del bícep, que me penetra el mismo hedor del que me había quejado previamente, y me menté la madre a mí mismo. ¡¡¡¡Qué ascooooo cabroooooooón, pinche Miguel Angel por qué no te bañas puercaaaaa!!!! (Ay yaaa, cómo exageran, nomás me eché agüita al cuerpo y (medio) se me quitó... jajajajaja).

Kilómetro 18, último (y oloroso) tramo: no jodan, enfrente de Perisur, sobre Periférico, fue el punto más complicado. No dejé de correr, pero cerca estuve. Es cuando se apela al espíritu para que el orgullo te la pele. Me incorporé a Zacatépetl para luego dar vuelta en 'u' y recta final. 

Después de 21 kilómetros y pelos, la meta estaba recerquita. Pero... ¿y el festejo? Chale, hubo varias propuestas muy buenas, pero todas inviables por una u otra razón. Todo se limitaba a 

a) "Fantasma" Figueroa.
b) De reversa mami.

Y en honor a Juanito, se vino opción b), aunque mucho antes de la meta, así que me veo muy a lo lejos, casi en el margen superior de la foto, chiquitín, literalmente dando las nalgas a la cámara:

Ya cruzando la meta, paque conste:


Hoy estoy puteadísimo. Miurrrge un masaje. Pero estoy consciente de dos cosas:

1) Si uno se propone una meta, por más borracho que uno sea, la puede conseguir. Y...
2) Es verdad: cuando ellas sudan, se ven sexys. Cuando tú sudas... APESTAS.


Para todos los que manifestaron su apoyo en persona, en teléfono o por Facebook a esta noble causa. Los quiero un chingo.

Wednesday, June 17, 2009

Mi abuelo y las vacas en Oaxaca

Mi abuelo tenía frases súper hechas para toda ocasión:

"Mucho cuidado" (Cuando te despedías de él)

"¿Llevas tus llaves?" (Cuando te despedías de él, y se quedaba en la casa)

"¡Ta' cargada la nube mano!" (Cuando te veía contando dinero)

"¿Cómo va aquello del spopórnico?" (Cuando te preguntando por un tema "espinoso")

"¡Está nuevecito!" (Cuando todos a gritos le pedíamos la renovación de algún mueble o prenda porque se caía de viejo)

"N'ombre, estás loco!" (Casi en cualquier circunstancia)

"¡Ya, jara!" (En cualquier circunstancia. Jara significa "caca" en árabe, pero se utiliza de manera coloquial como lamento o exclamación. O bien, sustituyendo a una persona cagante o que está siendo cagante en el momento. Ej: Ahí viene este jara otra vez...)

Y así como tenía frases, trucos y chistes súper hechos (y que siempre tenían un gran, GRAN éxito), también había discusiones súper hechas.

Hace poco, no sé por qué, me acordé de una en particular. Cada vez que a alguien se le ocurría poner un queso Oaxaca en la mesa de la comida para deshebrarlo, mi abuelo siempre salía con lo mismo. Y yo, ya ven que no soy necio, también. La discusión transcurría así...

AFIF: Ja... queso Oaxaca. Los pendengues le dicen así y no saben que en Oaxaca ni vacas hay.
ChII: Ay abuelo, no inventes, ¿cómo no va a haber vacas en Oaxaca?
A: No, no hay, ¿cómo va a haber?
ChII: Abuelo, ¿cómo no va a haber?, por supuesto que sí hay, sería ilógico que no hubiera y todavía más que el queso se llamara así...
A: Pues no, no hay, si apenas tienen para comer hombre...
ChII: Abuelo, tú ni has ido a Oaxaca, ¿o sí?
A: Mch, cómo no jara...
ChII: Abuelo, el día que vaya a Oaxaca y le tome fotos a las vacas ¿me das la razón?
A: Sí hombre, ándale jara...

Pasó entonces, cuando tenía 20 añitos y acababa de entrar a la venerable institución donde trabajo, que yo quería manifestar mi independencia total de la familia, al irme con mi novia de viaje.

¿A dónde? A Oaxaca.

¿Por qué? Pues... ¿por qué no?

Claro está, mi mamá me dejó de hablar un mes. Porque carajo, cómo yo la insultaba con mi actitud desafiante, cómo a ella, mi madre, que tanto me había dado y... (un largo etcétera de quejas y sollozos que se le olvidaron un mes después porque se llevó de perlas con ella).

El viaje estuvo muy chingón. Fuimos a Monte Albán, vimos el árbol del Tule, nos metimos a Santo Domingo, pagamos un temazcal, tragamos tlayudas, y ¡ah, claro! un chingo de queso Oaxaca. A donde quiera que fuéramos. Y después de dos días, yo no había visto una puta vaca en todo Oaxaca.

Chingada madre. ¿Será que mi abuelo es tan sabio y cabrón que me va a chingar? ¡Ni madres!

Entonces, el último día nos dimos a la tarea de salir un poco a la perifería, ya saben, onda más carretera, más rural el pedo. Y nada. Puras putas ovejas (claro, pinche Benito Juárez por eso era pastor a huevo, debido a la sobrepoblación de ovejas en el estado). Pero de repente...

Vacas, varias vacas. No así que digas un chiiiingo de vacas, pero sí, algunas. Tómala abuelo.

¡Sí hay vacas en Oaxaca!

A ver, tú maneja, pásame la cámara... Y la puta cámara, sin pila. Chingo a mi madre. La vieja técnica de voltear las pilas y tuc, foto de vacas en Oaxaca.

De regreso en México, como puse arriba, mi mamá no me hablaba, pero mi abuelo no tenía ni un pedo. Entonces, le puse la computadora enfrente, y le dije...

ChII: Aistá abuelo, vacas en-Oa-xa-ca papá, quiobo...
A: Ah mira...

Puedo decir mil cosas sobre su expresión de ese momento, su sonrisa cautivadora, sus manos que me dieron un jalón de pelos como siempre. Pero la verdad, la mera verdad: le valió madres que hubiera vacas en Oaxaca.

Hay cosas que son porque así deben ser. Mitos, chistes, frases y trucos construidos desde la mente de una persona, y no tienen por qué desmenuzarse. Aún después de esa foto, si mi abuelo viviera hoy, y se sentara a la mesa con nosotros a comer queso Oaxaca, seguramente al tercer bocado me voltearía a ver sonriendo y me diría:

"Cómo ves... queso Oaxaca. Los pendengues le dicen así y... "

Ay abuelo, cómo te extraño.


Para quienes lamentan que una vez que se haya ido una persona, se olvide todo lo malo y la imagen que permanezca sea la de un santo. Por algo será, por algo. 

Tuesday, June 16, 2009

El hermano mayor

Toda mi vida he cargado con eso de que soy "el mayor".

Típica línea de mi mamá desde chavitos: Sí, este es Rodrigo, y él es Miguel Angel, mi hijo el mayor. ¡Ay qué bonito! y ay qué... ¿alto?

Soy entonces el mayor de los hermanos, el mayor de los primos Said, el mayor de la clase. Y cargar con esa "responsabilidad" siempre implica ciertas actitudes y determina algunos comportamientos (normalmente): el heredero (ajá sí tú ¿de qué?), el que toma las decisiones, el que ejecuta, al que le obedecen. Por lo tanto, nunca había podido darme otras licencias que los "menores" suelen utilizar con maña y jiribilla.

Hasta hace poco.

Este año cumplo 10 años de conocer a mi hermano HMI, con quien he compartido sabores y sinsabores de la vida alegre. Sin embargo, fue mucho más para acá que tuve la oportunidad de convivir más con el gran Haissam, su hermano mayor, segundo en la dinastía de los Ibrahim Ibrahim Ibrahim Ibrahim (repítalo hasta el cansancio), y también conocido como Heishum, o "El Amigo de todos los niños... y de un par de niñas".

Fue en los escenarios de cruda dominguera, mientras HMI todavía estaba jetón y yo sin conciliar el sueño, a pesar de la desvelada, gracias a ese hábito de levantarme temprano, que comencé a platicar largo y tendido con Heishum, un devorador de deportes al igual que su servilleta, y que comparte una peculiar filosofía de vida, muy parecida a la mía.

Poco a poco, comenzaron las dinámicas cotorronas entre los tres en La Madriguera, con todo y la santa madre de los Ibrahim como testigo, a quien por cierto, habría que ponerle una estatua en el corazón de Polanco. Sesiones de dominó entre tres (de a 9 fichas), bellísimos y entonados cánticos europeos y villancicos navideños (en verano), kilométricas sesiones de eventos deportivos en la tele, y claro está, duelos a muerte de backgammon entre Heishum y yo.

Y aquí es donde la puerce tuerce el rabo. En los duelos amistosos, suelo vencer a Heishum y él a mí, en un saldo equilibrado. Pero en cuanto se calienta la mano, y decidimos ponerle un billetito para darle sabor, Heishum se ha encargado de sangrar mi cartera a niveles inhumanos. No ha habido vez en que yo salga de La Madriguera sin dejar un billete, o unos cigarros, o un café de Starbucks, o mi dignidad machacada en trocitos porque el gran Heishum tiene una suerte de faraón cuando se trata del backgammon con dinero en juego. Tiro que necesita, tiro que le sale.

Hay una lógica de vida muy básica en la que la experiencia siempre se impondrá sobre el entusiasmo del más joven, y es algo que no había comprendido. Cortesía de Heishum, y de esos grandes momentos en La Madriguera junto con mi hermano HMI, he probado las mieles de estar abajo en el árbol genealógico, donde el que está arriba pega más fuerte con las ramas.

No obstante, llegará el día en que el alumno aprenda de los enemil tropezones y vaciados de cartera para finalmente emerger y vencer al maestro. Mientras llega ese momento, mi estimado Heishum, te agradezco que ya tenga doctorado en "hermano menor".


Para la familia Ibrahim, que me adopta cada fin de semana (y me alimenta como Dios manda).

Monday, June 15, 2009

Dolor inolvidable

En el Korova ya hay nuevo diseño (y nuevos integrantes y toda la cosa). Hoy es lunes de Chanfle II, lunes de mí, pues. Y así serán todos los lunes dioy en adelante...


Para los que enseñan más por lo que no hay que hacer, que por lo que hay que hacer...

Sunday, June 14, 2009

Pequeñas sesiones de slam inofensivo

Gústenos o no, hay 3 grupos mexicanos que superan a todos los demás por arraigo y popularidad: Molotov (así eseh puteh), Maná (me caga decirlo pero es verdá...), y El Café Tacvba.

¿Qué otro grupo mexicano podría llenar un Foro Sol, así nomás, sin festivales ni coactuaciones de por medio? Ps sí, nomás ellos, y ahí estuvimos Inphi, LaMara y el de las teclas para el 20 aniversario de la banda sateluca.

¿Qué es esa madre que traigo puesta? Pues la mascarita del GallitoGass (una de las etapas del vocalista de El Café Tacvba), misma que prometí comprarme si costaba menos de 100 lovaro , y así fue. Un close up, paque vean qué guapo me veía...

(Inphi y sus diminutas pero bellas pompas como fondo)

Ya tiene tiempo que uno de nuestros pasatiempos favoritos es el de observar a la gente (no tan) bonita de este país para viborearla, machacarla y escupirla en críticas (nada) constructivas. En el ejercicio de este sábado, pudimos detectar varios patrones de los muy leales fans de El Café Tacvba (ECT), mismos que comparto a continuación:

1. Entre los fans de ECT no hay distinción de género. Oséase, da igual un hombre que una mujer en un concierto. Nos referimos básicamente a que los códigos de vestimenta y comportamiento son casi casi iguales: el gorrito cotorrón, el mallón pegadito, la playera guangona, y frases como "ahstás bien pendejo gueynomames culerooooah" pueden ser emitidas con igual elegancia por una damita que por un caballero.

2. Un 92 por ciento de la población afición a ECT ha probado la marihuana. Y un 63 por ciento se ha prestado la vieja.

3. Un altísimo 87 por ciento le va a los Pumas (yiagh) y un 58 por ciento, también, al puto Barsa (recontra yiagh).

4. La gran mayoría de los fans de ECT sabe bailar como Dios manda (no en vano se les llama Tacubitos a esa categoría masculina de conquistadores/patanes).

5. Leen La Jornada, y consideran intelectuales de cabecera a Jorge Castaneda, Carlos Monsivais y la Poniatowska.

Y otras pendejadas por el estilo producidas por llegar desde las 5:30 pm y tener un chingo de tiempo de sobra...

Ya hablando del concierto, quedó clara la inmensa lealtad que le profesan sus fans a El Café Tacvba. Todas las rolas son coreadas en el sing-along, todas son vitoreadas, todas festejadas, y sobre todo, todas bailadas.

Ahora bien, la diversidad de esos bailes es harina de otro costal: se maneja el head-bangueo en ocasiones como No Controles, el arrimón como en María, y más que nada y antes que todo... el slam. Cierto es que no teníamos el potencial como para aplicar el slam mortal violento tipo Metallica. Aquí más bien se trató de un slam inofensivo, pero muy cagado, que se dejó venir con todo en Rarotonga, Ingrata, La Chica Banda, y por supuesto, Las Flores. Matrix y la Jenny, compañía no programada y muy agradable, completaron el mini-slam organizado junto a los baños.

Dada mi talla, euforia y energía mostrada a lo largo del recital, y demostraciones como el baño de chela a la banda de enfrente en Las Flores, a Inphi se le ocurrió que podía trepanarse de mi lomo en cierta melodía que hoy no recuerdo. Y como ya había demostrado vocación de mula, que se avienta LaMara en igual circunstancia, y ya teníamos a la cola esperando montarse en acá su bestia peluda de toro mecánico. 

Unas 3horas 40minutos después, bañados en sudor y en satisfacción, salimos del noble espacio del General B. El Inphi se purgó de su anti-tacvbismo, LaMara confirmó su vocación por la Chilanga Banda, y su servidor salió extasiado (pero muy puteado) por un tardío pero enorme primer concierto del año.

Una de esas noches que no se olvidan.


Para los presentes...

Thursday, June 11, 2009

Deporteismo, mis huevos

Decidí inscribirme al Sport City el día que vi que en la báscula rebasé las tres cifras: 1-0-4. Tó-ma-pu-to.

Había que hacer algo. Jamás me he caracterizado por tener una escultural figura, pero carajo, 104 kilotes sí era un exceso. Era lo más parecido a una botarga del Oso Yogui, pero más pachón. Nada de qué enorgullecerse.

Decidí aguantar el sablazo mensual de la membresía y la simultánea mensualidad. Pero una vez que me convencí de entrar, enfrenté otro problema: ¿qué chingaos iba a hacer en el Sport City? Correr no me gustaba, Spinning me cansaba, Yoga, jajaj, yoga con mi flexibilidad, sí claro... Squash. Opté por el squash.

Todo iba bien hasta que el Carne y el Cacharpo dejaron de pertenecer a la H. institución donde trabajo, y entonces tenía que fletarme a los pedorros que llegan a jugar squash como si fuera la última batalla sobre la Tierra y no soportan que no pases de los 15 en un duelo a 21. Un día uno me dijo...

Naco en el squash: O sea, ¿cuándo me vas a ganar?
Chanfle II: ¿Uh?
Naco en el squash: Sí, ¿cuándo me vas a ganar?
Chanfle II: Pues igual y nunca pinche macuarro de mierda, pero lo pinche nopal y najayote no te lo quitas ni ganando la pinche Copa del Mundo del Squash del Universo, pinche caca de mandril con diarrea...

Bueno... eso no se lo dije, sólo lo pensé, claro está.

Pasé un buen rato sin ir al Sport City porque... ps nomás no había motivación, ni siquiera las chiquits eran suficientes. Hasta que empecé a correr.

Le encontré el gusto a la banda. Al principio me chingaba las rodillas pero luego me acostumbré. Y lo que realmente me servía de distracción era que en la tele estaba Sportscenter, el noticiero deportivo más chingón. Así, yo corría mientras me informaba y a veces hasta escuchaba música al mismo tiempo con los audífonos de Jacobo Zabludovsky.

(Reprise) Todo iba bien hasta que...

Un día, me instalé en mi banda de siempre y en vez de ESPN estaba el Canal de las Estrellas. Había llegado un poco más temprano, así que esperé. Pero pasó el tiempo, los minutos, los kilómetros... y Hoy no se quitaba de la pantalla. En vez de estar viendo Sportscenter, me tenía que zampar a huevo a los retrasados mentales que conducen ese programa, que no entiendo cómo lleva tanto tiempo al aire si, incluso sin audio, puedo comprender que nada más escupen pedos de Satanás durante no sé cuántas horas.

Me fui a quejar con un empleado, y me remitió con el gerente, quien a su vez me remitió con el gerente de gerentes, quien a su vez me mandó con un rey de todos los gerentes posibles, y todos me daban la misma explicación: "s'es que yo lo entiendo señor, pero'sque hay un horario por reglamento y s'que hay gentes (sic sic, se los juro que sic y me purga) que también tienen su mismo derecho señor y s'que pus le cambiamos después del yogass).

Ok... (Chanfle respira profundamente y no encuentra calma en su interior pero el coraje se lo traga).

Ok... Entonces lo que voy a hacer es llegar a las 9, para que mientras caliente, pase el puto del Namasté a torcerse y excitar a las señoras en sus casitas, y luego ya podrán cambiarle a las 9:15 a Sportscenter y yo podré correr, informarme y tal vez escuchar música al mismo tiempo.

No obstante, eso pasó un par de veces y volvimos a caer en la pinche anarquía de los programas para retrasados mentales. Hoy me fleté toda la maldita hora de la programación de Hoy: está Ernesto Laguardia (que alguien le diga que esos cachetes no son naturales), Galilea Montijo y una guera oxigenada (ambas son el oasis en la perdición) y Andrea Legarreta que es un hígado encebollado, e insisto, y eso que no hay volumen.

Luego pasaron resúmenes de la farándula que siempre, SIEMPRE chingadamadre incluyen a William Levy (que se debe estar echando a alguien muy arriba en Televisa porque así que digas qué talentoso no debe ser), Arlette Terán, Maité Perroni (Dios la bendiga), y uno que otro escarabajo de la farándula de Televisa.

El punto en el que mi esófago y mi colón estuvieron a punto de hacerse uno mismo, fue cuando pasaron un pinche resumen de un programa que se hace llamar "Hazme Reír", que debe ser muy malo porque no me reí ni una vez. Y en particular, pusieron una escena de un tropezón, 14 veces, ¡14 coñas veces!

En conclusión: no puedo entender que en Sport City, un gimnasio, que lucra con deportes, de deportistas y para deportistas, no tengo una pinche tele con algo de deportes, y sí un programa donde debaten si estuvo bien que Lucerito le dijera "perra" a Angélica Rivera... o algo así, qué sé yo.

Deporteísimo mis huevos.

O no. Mis huevos pelones.

¿Tengo o no tengo razón?

Sunday, June 07, 2009

Decisiones hormiga

Me pudo recontracagar escuchar a decenas y decenas de personas refunfuñando sobre El curioso caso de Benjamin Button. Es un pinche peliculón, cuyo u.n.i.c.o. pecado fue parecerse a Forrest Gump. Sí, ¿y? ¿La disfrutaron o no? ¿La disfrutaron o se pasaron toda la película pensando en todas las comparaciones? ¿O ni siquiera eso, y nada más lo descubrieron después de que la vieron y nada más lo dijeron para verse "inteligentes"? 

Bueno...

Mi punto era que Benjamin Button se me hizo una graaan película. Por varias cosas: por Cate Blanchett, por la secuencia de las pláticas de Benjamin en Rusia con su leidi, por la arriesgada narrativa, etc. Pero sobre todo, por otra secuencia en la que plantean cómo 498 decisiones hormiga determinaron que el personaje de Cate Blanchett pudo ser atropellado.

Si el taxista no se hubiera negado a... si el mono tal no se hubiera tomado el café en... si Chuchita no hubiera gritado que...

Y sopas, perico.

Ahora, cuántas pinches cosas no se deciden así en nuestras vidas. Ok, pues hoy hice memoria y me alegro de haber tomado una decisión inteligente hace ya varios años.

Después de muuucho tiempo de no ver a Yad al salir de la Ibero, por alguna razón nos contactamos y quedamos de vernos en un restaurante. Yo llego puntual (ps sí), y ella no. Diez minutos, 20, 30. Le marco, y nada. Me voy. De camino a mi casa, casi a punto de llegar, me marca.

- Miguel, perdón, tuve un contratiempo en el trabajo, salí tarde y apenas voy en camino.
- No te preocupes, luego nos vemos.
- Perdón Miguel, no te enojes, fue una cuestión de trabajo.
- No, bueno, hubiera estado bien echarme una llamada en vez de tenerme como sope ahí sentado.
- Mira Miguel, ya pedí disculpas y te di una explicación. Yo quiero echar la plática, pero si quieres enojarte y no regresar, lo entiendo perfecto...

Di vuelta en 'u' y en vez de cenar, fuimos al Black Horse y echamos unos tragos. Años después, es una de las personas a quien más confianza y cariño le tengo. Todo, por una decisión hormiga muy bien tomada.

Ergo, piensen bien antes de cualquier decisión que tomen, por pequeña que parezca.


Para quienes no han visto a Benjamin Button y se han perdido de una estupenda película.

Wednesday, June 03, 2009

Historia de un barro

Acabo de ir al baño a tronarme un barro.

(Silencio incómodo...) (Tos en el fondo del público) (Grillos cantando) (Bola de paja en el desierto) (Gota en el lavabo) (Niño llorando en el cine) (Al burro de Shrek se le truena la bomba de chicle)

Ok...

Lo que pasa es que cuando uno se deja la barba, nunca piensa en que criaturas tan repugnantes como los barros pueden salir en la parte donde nace el bigote, y que, como está poblado, pues resulta complicadísimo tronarse un barro. Tuve que urgar entre mis bigotes, crear una zona acordonada, y toma paloma, darle cran al alacrán.

(Gracias a HMI y a la tecnología Movistar por hacer esta foto posible)

Recuerdo cuando mi bello rostro estaba lleno de barros. Desde la prepa hasta segundo semestre de universidad padecí tal maldición. Creo, sin dudar, que mi cutis forjó gran parte de mis miedos y temores con las chicas. De la desesperación me los tronaba y pues poco a poco fueron dejando cicatrices en mi piel. En su momento fue un trauma absoluto. Hoy digo algo así como, "eh, sí, a huevo, claro, las marcas de mi vida". Pfffffff.

La erradicación de los barros en mi rostro aconteció en el verano del 2001, cuando Nabi y yo fuimos a trabajar durante el verano a Cuernavaca con mi tío Güero (que de güero no tiene ni las uñas). Mesereábamos y pendejeábamos todo el pinche día. Un día, atendimos a una producción cinematográfica que nos vio reteguapos y güeritos y nos invitó a protagonizar la película "Coronado". Sí. De extras.

Y pues fuimos porque nos pagaron buena lana. La película, nos prometieron, saldría en el otoño siguiente (la seguimos esperando). Ahí, en un inter, entre corte y corte, una señora chaparrita se me acerco con una de las vibras más chingonas que he sentido en mi vida.

Señora: "Oye, perdona la indiscreción, pero... ¿ya te has tratado tu problema?"
ChII: Sí señora, he intentado hasta caca de cocodrilo y nada me funciona.
Señora: Yo te los voy a quitar.

Esa señora se llamaba Lucy Ripoll. Fui a su consultorio y me explicó que todos los artefactos químico-físicos que me habían untado sólo me habían "pasado a perjudiciar", como dice Virgencita. Entonces, me recetó unas pastillas de GNC y me empezó a aplicar un láser acá bien Star Wars. Para cerrar... unas exprimidas de barro marca "Llorarás", que significaron el dolor más cabrón que he tenido en mi vida (después de parir a mis hijos, claro).

Se acabó el verano, regresé a México, pero semana a semana yo volvía a Cuernavaca al tratamiento que poco a poco me reestableció la piel y me reconstruyó el terso cutis que les manejo hoy (sí sí, ya sé, ya sé, intensos).

De todo eso me acordé ahorita que fui al baño a reventarme un barro en el bigote, sólo quería contárselos. Ja.


Para Lucy, quien debería llevarse un 15 por ciento de mis ganancias de taquilla.