Sunday, June 29, 2008

Cómo casar a tu mamá en cinco sencillos pasos

Las reglas de la vida dicen que ningún padre debe enterrar a su hijo. Aplicando la misma lógica, y aunque no la veo como una premisa terminante… ¿no les parece raro que un hijo salga a casar a su mamá?

Pregunto esto porque resulta que mi madre, Mamá Chanfle, amiga de todos los niños, madrina de medio México (cuatro niños más que Lucerito) y ajonjolí de todos los moles, contraerá nupcias la próxima semana con un individuo que responde al apodo de Mr. Vanilla Sky (rebautizado así por HMI). Después de años y años y años y lágrimas y depresiones y años y sustos y falsas alarmas y años y terapeadas de hijo a madre y años y años y tantos y tantos momentos de ansia colectiva, la señora Said ha encontrado el amor.

Sé que suena triplemente extraño que yo, retoño de su primer y segundo matrimonio (sí sí, mi mamá y mi papá se casaron dos veces), me aviente como jilguero a vociferar que a mi mamá (al fin) se le subió la bilirrubina, puesto que habría de pensarse que mis engendrantes se amaban cuando me concibieron. ¡Pues no es cierto! A mí no me la pelan (Polo Polo dixit). A mí me han contado muchas veces la historia de que mi papá era un guey muy atento al principio y que tenía como reina a mi mamá y demás cuentos anfibios. Sí tú Chucha y de qué color son tus calzonsotes. 

Lo más que llego a creer es que mi papá, haciendo uso de sus facultades histriónicas, encandiló a mi jefa por un rato, medio la enamoró cual pachuquito que es y tómala barbón, que se la matrimonia para luego echarse a la hamaca como soberbio camaleón en verano. Eso no es amor. Eso es jugar a la casita mientras la vida sigue su curso y pretendes que tus problemas se solucionen en automático. Mi papá jamás hizo méritos para llevarse el premio mayor, o para mejores referencias, la flor más bella del ejido del Centro Libanés. No tardó mucho (bueno... sí, sí se tardó) mi mamá en darse cuenta la regadota y divorciarse con un chamaco en su lomo (yo)… para luego volver a caer (tan babotas ella), y nueeeevamente volverse a separar, esta vez con dos lobeznos.

Si alguien se hubiera aventado el tiro de filmar un documental de la historia sentimental de mi mamá a lo largo de sus 51 años previos, lo hubiera titulado: “Cómo hacer de tu vida amorosa un auténtico desastre en cinco sencillos pasos”. Es que de verdad, ya ni la chinga mi jefa. Después de mi padre, se aventó un noviazgo con un chavo ocho años menor que ella. Claro, mi hermano y yo nos llevábamos poca madre con él porque prácticamente era de mi edad. Poco le faltó para irse a empedar con nosotros… Bueno. Luego salió con un tipo de la edad de mi abuelo. Se fue al otro pinche extremo. Con Don Teofilito mi convivencia nunca superó el “Hola” y el “¿Te paso tus dientes?”. Luego se ligó a un magnate… que falleció a los meses de relación. Carajo. La última antes del Vanilla fue un tipo de su edad, con trabajo, de buenos valores, cariñoso… y de familia originaria de la República de Mozambique (o de algún país de por allá). Digo, yo no tengo nada contra las razas distintas a la mía, pero caray, si mi jefa en lo seguro había fracasado, pues imagínense jugándole a la alternativa a sus cuarenta y muchos. 

Después de estas calamidades, un día me informó de sus salidas con Mr. Vanilla, y desde el principio me sonó bien. Lo conocí y me pareció un tipo educado, discreto, correcto y de buena plática. O sea, todo lo contrario a mi mamá y su desfachatez. Es decir, el uno para el otro. Y mi jefa empezó a brillar como nunca antes lo había visto. De esa radiación inconfundible que podría servir si en la escuela existiera la materia de Síntomas Inequívocos del Amor Verdadero. Un éxito rotundo. Este guey sí que la trae como reina. Mi mamá reinstauró su buen humor, el servicio al prójimo y la sonrisa permanente como estilo de vida.

Y ahora, ya se nos casa. Van a vivir en Calle del Olvido esquina con La Chingada, pero bueno, cada quien sus niditos de amor. De todo esto, lo que me sorprende es la manera en que la vida le ha recompensado a mi mamá todo lo que ha batallado después de 52 años, pues estamos hablando de una mujer que pisó fondo y un poquito más abajo. Ahora es rotundamente feliz. Y aunque yo le vaya “a entregar”, y las reglas de la vida no contemplen cláusulas para estas peculiaridades, señor juez… proceda por favor. Yo mientras me echo una a la salud de mi madre.


Para los (y sobre todo las) que alguna vez han pensado que el tren ya se les fue. Pues igual y sí, pero acuérdense que le próxima corrida llega en 15 minutos. Póngase buzos (as).

Thursday, June 26, 2008

Fólder tamaño caguama

Ya antes en este espacio he dedicado líneas a la veneración de mi carnal RSA. Incluido en las aportaciones a la Sabiduría Gratuita con esa finísima frase de “No porque la veas colgando creas que está muerta”, mi carnal es uno de los hombres más precavidos del universo. No se le va una, no lo pillas en el descuido. Yo creo que, en sus ratos libres, es consultor de MacGyver.

Bueno, el caso es que en mi proceso para obtener la renovación de mi visa americana, me asesoré directamente con RSA para no errarle. Y no es que no haya yo tenido visa antes, sino que cuando me la expidieron tenía 16 años, mi papá la tramitó por mí, y desde entonces entraba a EU con esa tarjetita que parecía como de los 70, y en la cual salía yo con cara de extra de Salvado por la Campana. Ya cada vez que pasaba por la migra, los agentes me decían, palabras más, palabras menos (dramatización): ‘oye, ya saber que todavía está vigente pero no chingar, ya cámbiala pinche rucow’.

So, le hablé al Gordo. Y firme en sus convicciones, me dijo que había que llevar lo siguiente para que el Cónsul no me la hiciera de pedo:

- Comprobante de domicilio (todos los posibles existentes en el mundo).
- Estados de cuenta de las tarjetas que tuviera. Y de las que no tuviera, también.
- Cartilla de vacunación de la Wendy, desde su primer año de vida en 1997 con todos los sellos correspondientes a su limpieza en cuanto a rabia, moquillo y parvovirus.
- Tres fotos tamaño pasaporte, por si las requerían.
- Boleta de calificaciones de mi hermano Rodrigo en su segundo año de primaria, aquella donde le pusieron su primera y única estrellita cumplidora, sin importar que tuviera un sellito al lado de un oso hibernando acompañado de la frase ‘Pinche Huevón. No trabajó’.
- Ticket de compra de los primeros tres súpers del 2008.
- Comprobantes de casetas recibidos en la última década.

Y muchos más. Por lo mismo, llegué a la Embassy con un fólder tamaño caguama para trasladar todo el papelerío. Casi ameritaba contratar un tameme. Los gringos, muy puntualitos, me pasaron a las 6:30 am, hora convenida, y después de un par de ratillos de espera, llegué con la Cónsul, que parecía la hermana fea de Johnny Laboriel (así de plano).

Me recibió la solicitud, mi antigua visa, mi pasaporte, y obvio, el recibo de pago. Y yo con mi carota de ‘estoy listo pa´lo que me pidas muchacha’. Después de cuatro preguntas de rutina (creo que mi abuela en su letargo intelectual es más perspicaz que la Laboriel), que me sueltan la de: ‘Bueno seniorrr, su visa está aprobada’.

¿Quéeee? ¿Yaaaa? ¿Así nomás? ¿Ni un ojito a los documentos? ¿Ni a las cartas de amor que mi mamá les escribía de puberta a sus novios? (Yo por dentro se la mentaba al Gordo, que m hizo desvelarme sacando copias del documental -plural de documentos-) Chaaaaaaa… ¡qué fácil!

Y pus ya. Con la frustración de haber obtenido mi visa así de sensisho, y sobre todo de cargar en vano hasta con el testamento de mi abuelo, salí de la Embassy luego lueguito. A ver pinche Gordo, ¿pa’qué tanta faramalla? Así ni da gusto. Qué triste, dónde quedó la burocracia mexicana. ¿Dónde está el ‘permítame tantito’ 17 veces, la ineficacia, los looks de Gutierritos, la desesperación a flor de piel, los coyotes y las secres limándose las uñas? Ya ni la chingan…

Pinches gringos, por eso nadie los quiere.


Para la mujer delante de mí que me prestó cinco veces su pluma pa’corregir mi solicitud. Cuánta paciencia. Yo me hubiera matado.

Monday, June 23, 2008

66.6 %

Me considero un tipo muy afortunado.

Creo que uno tiene de dos sopas en la vida: ser alguien querido o ser alguien no querido (o querido en mucha menor medida). Pero aun en el costal de los queridos, está el subgrupo de las personas que no identifican el cariño que se les da (o, que se hacen de la vista gorda para sufrirle de a gratis). Saber reconocer ese fluyo de sentimientos es tan importante como tener quien los emane hacia uno.

Estos son días de reflexión. En general, este año ha sido una montaña rusa. Un día, a principio de 2008, se me ocurrió decir ‘caray, como que mi vida es muy plana’. Y tómala barbón, el carrito no se detiene. Uno suele desear el fin del vértigo cuando ya está arriba, y cuando te bajas invariablemente uno se pregunta… ¿nos volvemos a formar?

Las emociones son intrínsecas al ser humano. Y cuando las cosas no salen bien, cada quien (me incluyo, claro) se suele remontar a su pasado para revisar dónde estuvo el error, o coloquialmente, checar quién pisó la caca. Pero creo que es una pifia tremenda. El punto es ver al futuro… o a lo mucho, echarle un ojito al presente. Es que es pura estadística: hay tres tiempos disponibles, y el 66.6% de ellos es la parte sobre la cual podemos hacer cambios. Y, pinches humanos, nos empeñamos en ir al restante 33%.

Hablando del pasado, echándome un clavadín, siempre encuentro errores, pero nada más le escarvo tantito más y ahí está el acierto: mi papá es un tipo sumamente mediocre y a mi hermano y a mí no nos peló ni la cáscara del plátano, pero en sus años de lucidez me concedió algo de tiempo para enseñarme a leer y escribir antes de lo normal (se agradece). Mi abuelo era un hijo de la chingada para insultar, pegaba donde más dolía. Pero me heredó su habilidad narrativa, su capacidad para bromear y un bonche de mancuernillas y corbatas que no tienen madre. Con eso. Mi mamá es una histérica y a veces se pasa de lanza, pero es mi mamá (y no tuya, ña ña ña ña).

Así que si por sus sienes rondan las ganas de deprimirse, sólo denle una hora, piénsele sabroso, y listo, a ver una comedia romántica o algo así. Ninguna pena vale tanto como para invertirle más de 60 minutos. Neto.

Y otro consejo: háganme caso, está comprobado.


Para… hoy sí que no sé. Para mí, porque creo que nunca me había tocado.

Saturday, June 21, 2008

Si México jugara la Eurocopa

Ay ay ay, tan solo de releer la frase me brotó un orgasmito. Si de por sí estamos todos tarolos ahí viendo los partidos de la Eurocopa, con México... sería como pactar una cita con una modelo de Sports Illustrated, y que de paso te dijera: 'oye, ¿paso por tí en mi Ferrari y tú manejas? Dicho de otra forma más coloquial, 'Y tu nieve... ¿de limón?'.

Pocas mujeres lo entenderán. La Euro es la delicia del futbol. Un corte de carne que no tiene grasita que quitarle. Todo, cada partido vale la pena. No hay Coreas-Togos o Ecuadores-Túneces o Colombias-Bélgicas (bueno... esos dos ya ni a los Mundiales van, jaja).

Ahora, la chaqueta mental de la inclusión de México no es porque el nivel del Tri sea acá de primerísimo nivel. Un viajesote como el que propongo sólo tendría interés real para los mexicanos, y únicamente por la dosis de adrenalina que te brinda ver a los tenochcas en un torneo. Y es que, si la Euro es por sí mismo un delirio, ahora, imagínenselo con México empotrado en un grupo con... qué sé yo, República Checa, Rumania y Francia.

Insisto, no perdamos de vista que este es un ejercicio mental chaqueterísimo (bueno, de aquí para allá, porque nosotros -no sé ni por qué me incluyo- ya nos dimos licencia para invitar a Japón a la Copa América (¿?), y a Corea a la Copa de Oro de Concacaf... ¡¡y nos eliminó!!

Pero bueno, ¿a qué va todo esta pajuelita? A la siguiente pregunta: ¿qué papel desenvolvería México? Hay tres categorías en Europa, digo yo: 1) Los que siempre ganan -- Italia y Alemania, a veces Francia; 2) Los que siempre se inflan y se caen de madrazo -- Portugal, España y Holanda, y 3) Los pedorros que nunca pelan una chingada, pero que cada cuatro años uno se turnan entre ellos para 'sorprender al mundo' -- Turquía, Grecia, Suecia, etc.

Creo que la trivia no está tan cabrona. Ooooobviamente, digo, estaríamos en el segundo batallón. En el de los ya meritos. A huevooooo. Porque, a ver, juguemos a cantar:

A Michel Platini se le bota la canica, y como presidente de la UEFA que es, se acuerda de una pedota que se puso en el Tenampa cuando vino al México 86 y se le hinchan las canicas de invitar a México a la Euro. Primero, nadie la cree. Luego, todos se emocionan. Y comenzamos a hablar de la responsabilidad, del roce internacional, de la vitrina para los jugadores mexicanos. Viene una preparación piterérrima contra equipos como Azerbaiyán, Lietchenstein y San Marino, europeos al fin, pero en México todos chillan que no están 'a nuestro nivel ideal de preparación'. Llega el torneo y empatamos contra los checos. Crece la ilusión. Le pegamos a Rumania, tómala papá. Y para amarrar la clasificación a la siguiente fase, necesitamos el empate contra Francia... y lo sacamos. Poooots, el Ángel hasta su madre. El invitado se roba el chooow, imagínense. Ya nos saboreamos los escenarios híperrealistas. Carajo, campeones de la Euro y en la primera invitación, qué historia coño. Y en los Cuartos, nos toca Rusia, que de cagada se robó su grupo y lo vemos batible. Chingá, Rusia no es potencia, no es Alemania, no es Italia, y lo mejor, en el torneo ¡no está Argentina! Ya la hicimos. El día previo al partido, sale la nota de que Guardado suena pa'l Madrid, y Chucho (que se quedó para la Euro) para el Getafe. Chingomil mexicanos llenan más de la mitad del Ernst Happel de Viena, se gastan sus fortunas, les vale madres y se largan de última hora. Y para no perder la costumbre, tumban una estatua chingona pa'dejar el sello nacional (no conozco Austria, no sé exactamente qué podríamos echar a perder). Yo vuelo, tú vuelas, todos volamos. Pero llega Rusia y qué creen. Lo subestimamos. Sóplate un 3-0 puteante, desangelante, deprimente. Y vamos de regreso. A México. A la horripilante realidad de Concacaf...

Vaya. Qué clase de lagartijas mentales me acabo de reventar. No se pierde nada. Digo, incluso la eliminación contra Rusia me gustó más que el triunfo contra Belice. Ésas, ésas sí que son chingaderas.


Para los que no perdemos la esperanza de que a Platini se le ocurra una mamada de éstas.

Thursday, June 19, 2008

Hablemos sobre mi colcha

1994. Mis papás se acababan de divorciar... por segunda vez. Y ahí vamos mi mamá, mi hermano y yo de nuevo a casa de mis abuelos. Con su habitual tendencia al drama, mi jefa nos rotula como arrimados. Igual y sí éramos, pero en el momento yo no lo sentía así. Mi abuelo, en ese entonces lúcido, vigoroso y enérgico, nos recibió un viernes post escuela y nos dijo que comenzábamos una nueva vida. Abrió la puerta de mi cuarto, para mí solo, después de 12 años de compartir con mi hermano, y sí, ahí estaba, por primera vez. La famosa colcha.

No seguiré con el lagrimeo. Mejor, debo sincerarme e informarles a ustedes que ayer por la mañana le hable a mi mamá para que explicara de dónde moños había salido ese fulgurante aditamento doméstico que tan fieras críticas (y algunas bondadosas alabanzas) ha despertado en este su blog (me refiero a lo sucedido en este y otros posts). Y como en mi mamá pensaron cuando acuñaron aquella frase de “El que lo sabe todo y lo que no… lo inventa”, pues esta fue su respuesta:

Chanfleii: Mamá, a ver, explícate, ¿de dónde salió esa colcha?
MamaChanfle: ¿Para qué quieres saber eso? Primero salúdame.
Chii: Para mi blog mamá, es que me andan criticando que qué pinche colcha tan fea.
MCh: ¿Para tu qué?
Chii: Para mi blog, mamá, mi blooooog. Donde puse la foto que me tomaste con Shocker.
MCh: Aaaaah, tu Internet.
Chii: No ma… sí mamá, mi Internet. Bueno, ¿de dónde salió esa colcha?
MCh: Aaaaaahhh, ésa se la regalaron a tu abuela hace aaaañoooos.
Chii: ¿Quién se la dio? ¿Hace cuánto?
MCh: No pus no se, pregúntale a tu abuela.
Chii: A ver, pásame a mi abuela.

Que me pasan a mi abuela. Y si platicar con mi mamá es desesperante, con mi abuela bue… es como querer conectarse a Internet vía telefónica. Mi abuela no oye un carambas, no agarra bien el teléfono y no se acuerda de nada. Y yo, haciendo preguntitas sobre colchas.

Chanfleii: Hola mi vida.
Abuela: Hola mi vida, ¿cómo estás?
Chii: Bien abuela. Oye, a ver, ¿quién te regaló esa colcha que tengo en mi cama?
A: Ahhhhh, ésa me la regalaron hace muchos años.
Chii: Abuela, la pregunta es quién, no hace cuánto.
A: Uyyyy, no me acuerdo, pero me la trajeron de Líbano.
Chii: Abuela no chingues, más que de Líbano esa colcha parece de Pátzcuaro, Michoacán.
A: Ay cómo eres idiota, yo jamás he ido a Pátzcuaro, Michoacán.
Chii: Pus ya séee abuela!! Es un chiste chinga. Ya, ¿de dónde la sacaste?
A: Que no seéeeee, me la trajeron de Líbano y es finísima (para mi abuelo todo era finísimo. Yo creo que mi abuela quería hacerle un homenaje póstumo).
Chii: Pero, ¿no te acuerdas quién te la dio ni hace cuánto?
A: Pus no, pero lo bueno de esa colcha es que también puede ser tapete (Que me voy de nalgas como Condorito, ¡Plop!)
Chii: Abuelaaaa no maaaaanches, ¿mi colcha puede ser tapete?
A: Sí, se usa para jugar baraja, tapete para la baraja.
Chii: Nooooo, o sea, ¿también mantel? ¿Mi colcha es colcha, tapete y mantel?
A: No, sólo mantel. Para la baraja.
Chii: Ya me confundiste abuela.
A: Pero, ¿qué quieres saber?
Chii: Abuela, ya me desesperaste. Es que me andan fregando porque dicen que mi colcha está refea, que parece de pordiosero y nosequé.
A: Pues ¿a quién andas metiendo a tu casa para que vea tu colcha?
Chii: Pues por mi blo… porque le enseñé la foto a mis amigos, abuela.
A: Ah pues mira, lo que tienes que hacer esto: dejar la colcha que está preciosa y mandarlos a todos a la tiznada.

Fin de la conversación. Nunca dudé. Pero por si se me ocurrió dudar, ahí tengo. Mi abuela dice que está chingona, ergo, está chingona. A final de cuentas hay una máxima de Polo Polo, que expuso cuando le hicieron ver que no había tal cosa como ‘India Septentrional’, una región que había mencionado en su chiste del León de Melena Negra. ‘¡Pues es mi puto chiste (mi puta colcha) y yo hago con él lo que se me da la regalada gana, así que se joden (así que se joden, jaja)'.

Ah, y por cierto, quien quiera tomar un tour por la colcha, que lo pida. Es afrodisíaca.


Para mi abuela y su lógica reduccionista.

Monday, June 16, 2008

El fin de una pluma Bic

Hay eventos que vemos pocas veces en la vida. Un eclipse, un cometa, la honesta actución de un político, que Cruz Azul gane un campeonato. Hay otros que jamás atestiguaremos. Una lluvia de ranas, una mujer sin capacidad de tirarse al drama, la honesta actuación de un político mexicano, que el Atlas gane un campeonato.

No me dejarán mentir. En la primera categoría, entra el extrañísimo suceso del fin de una pluma Bic. Y es que, como no saben fallar, está cabrón que se acabe la tinta antes de que pierdas la propia pluma. Las plumas, o bolis, como les dicen con mayor tino en España, están hechas para ser perdidas. Como no duele comprar una pluma (a menos que sea fuente), entonces todo el mundo las presta, las regala, las pierde y/o las tira.

Curioso es cuando alguien presencia vida y obra completa de una pluma Bic, y hago especial énfasis en la marca porque para la cultura mexicana son tan tradicionales como el Duvalin, el Miguelito, el Tsuru o los Kleenex. Por ello, me siento orgulloso de presentar a continuación el fin de mi pluma Bic azul, completito, sin una gota más de tinta para escribir:


Un close up para los escépticos:


En fin. Ahora viene su reencarnación en cerbatana para quien la encuentre tras una odisea interminable hacia algún tiradero de basura. Murió por la patria.


Para quienes le ponen atención a los pequeños grandes detalles. Por estúpidos que estos sean.

Thursday, June 12, 2008

Pase usted: Sabiduría Gratuita

Si me dejaran hacer un boceto de lo que para mí sería un sistema educativo mexicano ideal que sustituyera al vetusto, arcaico y podrido folleto que tenemos actualmente, incluiría varias materias inéditas. Y una de las estelares desde primaria sería, sin duda alguna, la clase de reflexión.

Acostumbrados a resolver problemas de último minuto y a reaccionar a los estímulos diarios, jamás reparamos en cómo crear esos mismos estímulos para luego soltarlos por el mundo y, ¿por qué no? hacer una industria con ello.

Los mexicanos somos especialistas en lo que llamaremos el “Síndrome Sub 17”. Oséase, crear mil y un ideas al aire y solamente concretar unas cuantas. Y como en estos tiempo no estamos como para desperdiciar ni los bostezos, me di a la tarea de hacer lo siguiente.

Elegí a 10 de las personas que más admiro y/o quiero en este planeta (ningún excluido se me ofenda por favor, dedíquense a disfrutar el post por Dios) para que me compartiera esos fragmentos de brillantez que todos tenemos de vez en cuando, pero que usualmente quedan regados en el espacio sideral. Luego hube de congregarlas, ponerles un orden determinado y presentárselas a continuación a manera de regalo de 12 de junio (¿qué se festeja? Pus ni una chingada, pero yo quiero hacerles un obsequio, qué chingaos).

Las siguientes frases han sido acuñadas por sus autores. Ni las escucharon por ahí, ni las leyeron no se dónde. Son suyas suyitas. Así que, de acuerdo al contexto y conflicto de cada quien, espero que le aprovechen.

Sin mayor preámbulo, queda con ustedes, ¡la sabiduría gratuita!

El Maestro Salvador Leal fue mi inspiración para este blog. No lo conozco en persona, sino sólo en chat/mensajito. Algún día me lo toparé y seguro debraiaremos a lo grande. Mientras, nos deja con la mezcla perfecta entre realismo e idealismo.

"Si vas a vender tus sueños, procura venderlos lo más caro posible"

Inphi es a mí, lo que yo para el Sub. Es el google de mis problemas (si estuviéramos en los 90 sería el Encarta de mis problemas, ja). Quince centímetros de altura nos separan de ser ridículamente parecidos. Fiel al nitro que circula en sus venas, soltó la ponzoña (y la comparto).

“Uno no puede, ni debe, pelear contra su encanto”.

"El amor, si es amor, no debe ser tan difícil".

"Nuestra vida no se puede resetear. Vaya desgracia, vaya fortuna".


El dueño de la fábrica es el padre de Inphi. Lo he tratado un par de veces, suficientes para detectar una infinita (y lapidaria) fuente de sabiduría. Su primera lección es plenamente empresarial, y la segunda entre futbolera y femenil. Tan simples como ciertas.

“Duro con el problema, gentil con la persona”.

“El segundo bote nunca llega”.

(Para que sigan esperando a que baje del balón ehhh?)

HMI es todo un protagonista de este blog. Es mi hermano del alma, y el catalizador de muchas aventuras de mi vida. Acompañante en momentos buenos, malos y cotidianos, se caracteriza por ser quien es en cualquier situación, algo excepcional en estos días. Y muy importante, el creador del término mamador.

“Todo guapito es mamador, no todo mamador es guapito”.

“Más vale pecar de apasionado y ambicioso que de huevos tibios”.

Esta es para los que se dan su taco en los lugares que trabajan:

“Ni yo le debo nada a la empresa ni ella mí, ya que ya cada 15 días me pagan y cada 15 estoy aquí”. (Rimó y seguro ni se dio cuenta, jaja).

Uno anónimo que suele pasear (vivir) por este blog decidió que Xosean es mi tío. Y podría serlo, como el amigo maduro de la sabiduría concreta. Si quieren una dosis de realismo, sin perder la esperanza, Pip es la persona indicada.

"Los únicos que no se equivocan son los que no trabajan".

"El que es pendejo en español, es pendejo en inglés, en francés o en italiano"

"Soy un pozo de sabiduría, pero tiene rato que no aventaba la cubeta para sacar agua". (Esta no me la dio como frase, pero la dijo en un chat y me pareció maravillosa)

El Arqui es mi mayor referencia filosófica en la vida. Vive como debe y como quiere, y regala conocimiento y consejos como si fueran Bocatis. Con él me quito el sombrero. Sus premisas son de vida, debería enmicarlas y traerlas en mi cartera.

“Es ocioso discutir con alguien que tiene como objetivo principal no dejarse convencer”.

“Tu tiempo lo distribuyes de acuerdo a tus prioridades. Tus prioridades las estableces en relación a tus intereses. Cuando alguien te dice no tengo tiempo, lo que realmente dice es 'no me interesas' “

“No hay mal que no cure la calle”.

Podría decir que RSA es la mejor persona que conozco, en toda la extensión de la palabra. No hay momento en que no tenga la palabra justa que quieres escuchar, pero la otorga sin complacer el ego. Es, así nomás, mí líder espiritual. Aunque eso sí, lo guarro nadie se lo quita:

“No porque la veas colgando creas que está muerta”.

Con Xun pasan y pasan los años, y nuestra hermandad sigue vigente. Resulta increíble ser tan distinto a alguien y a la vez tan similar. Como él lo dice, polos opuestos se atraen. Y así como yo soy de enredado, es su sencilla forma de ver la vida la que me da un equilibrio necesario.

"Algún día te reirás de esto". (Cuántas cosas se solucionan con esa frase caray, de verdad).

"La vida es corta, pero no tan corta... a chupar". (Pueden sustituir el ‘a chupar’ con cualquier otra cosa que no tengan valor de hacer en momentos de temor).

Ferlinguetti es la persona a la que más me gusta escuchar (o leer). Cientos de conversaciones con él en mis años universitarios me otorgaron una claridad de vida inconseguible en otros lados. Es el filósofo cotidiano. Un deleite estar con él.

“Nunca como ahora el libro está más alejado de la gente. Como exige tiempo y silencia, y requiere introspección, es la nueva utopía”.

“La arrogancia que envuelve a la idea justo en su advenimiento descalifica al instante y sin remedio a su autor”.

“Los periodistas, como los mersas y los pepenadores, ocultan –con una sabiduría propia del inversor en la bolsa que ha perdido los ahorros ajenos– tan a menudo la dignidad y luego no la encuentran nunca más”.

“Patear al arco se convierte para algunos delanteros, ciertamente solidarios con la pertinencia idiomática, en un acto de impiedad repulsiva pues es la red la que, con un poco de suerte, recibe la gloria de sus goles; una ‘cuestión de ética’ los orilla a convertirse en líberos o marcadores de punta”

“Es en el ‘sometimiento diario’ a sus jugadores donde los preparadores físicos verifican su decadencia corporal, su envejecimiento inútil, sus dolores y sus reumas”

“ ‘Los únicos valientes que me interesan son los bomberos’, dijo Eliseo Alberto en un programa de radio en Asturias. Temerarios y cobardes quedan irremediablemente expuestos al fuego”.

Finalmente, Anaid. La verdad se reduce a esto: todo es antes de ella y después de ella. Por motivos laborales, no pudo (no quiso) mandarme alguna otra frase de mayor profundidad. Pero la que le arranqué la usa a diario con fervor. Encierra toda la femineidad posible en cinco palabras. Después de eso, no hay más que entender de las mujeres. Ni de ella.

“Todo se cura con crema”.

Bravísimo.


¿Para qué dedicar este post?

Wednesday, June 11, 2008

El secreto del encanto femenino

El dato ya lo había calibrado previamente, pero fue Mele quien lo sacó a la intemperie. Uno de esos insights precisos que revelan mucho con pocas palabras. Y dice así:

El encanto de una mujer radica, básicamente, en su sonrisa.

Cierto, muy cierto. La boca es de los órganos del cuerpo humano (junto a los pies, los ojos y probablemente el ombligo) que manifiestan con mayor discreción su envejecimiento. Y hablando en el mundo de los ganchos visuales, donde todo cae por su propio peso si no se sostiene con bisturí, la sonrisa, espléndida manifestación de alegría, es uno de los focos trascendentes y perpetuos cuando se trata de encontrar belleza.

La elección de la pareja es un tema realmente subjetivo, pues intervienen cientos de factores. Pero de que la sonrisa arrebata, eso que ni qué. Es un símbolo poderoso de conquista, es una pista que indica que vas por buen camino, es el signo inequívoco de que tienes futuro, muchacho. Una sonrisa siempre, siempre siempre, se agradece.

La sonrisa es uno de mis puntos débiles. Por ahí me han pillado todas las mujeres con las que he sostenido romances verdaderos (todas ellas, excepto una, empiezan con A. Con la A de sonrisA). Y es que una buena sonrisa atrapa y no te suelta. Es la puerta de entrada al reino del cariñito y del arrumaco, donde no hay agarraderas, el piso es resbaladizo y el viaje trepidante.

Así pues, venga un aplauso a la sonrisa femenina… la que primero te marea y luego te fulmina. 

Ámonos, hasta rimita me salió papá.


Para Mele, quien se encargó de parir esta bendita verdad. 

Friday, June 06, 2008

El extraño retorno de Diana Salazar

El mito nos esconde sólo media verdad. Muchos ni se acuerdan bien, pero es lo que se ha propagado y entonces le siguen el cuento. Es un frase muy hecha sobre esa emérita novela (no comedia, como dirían los nacos) de Lucía Méndez. Y no, no es del todo correcta.

Quienes dicen que toda la trama de El Extraño Retorno de Diana Salazar fue un maldito sueño... están equivocados.

Este jueves me clavé en los reminiscentes cognitivos de aquella pieza del 88, en que la Méndez lucía bastante dable y potable. Aquí va: por lo que entiendo, EERDDS tenía una narrativa paralela entre el siglo 17 y el 20, en la que la protagónica se da cuenta de que tiene un pendientito en un nivel subconciente, e intenta resolverlo por medio de la hipnosis. Para mala fortuna de la Méndez (evidentemente, Diana Salazar), su contraparte en el Siglo 17 resulta estar empatada con la hipnotista que le ayuda a transportarse en el Siglo 20. 

Y tómala papá. Al final resulta que los tres personajes de la era actual (la Méndez, un galancillo argentino en pugna, y la malvada Alma Muriel) están en un triángulo amoroso que se repite en el Virreinato. 

La escena final es un monumento a la melcocha: la Méndez virreinal sale angustiada con su virreinal argentinete sobre lo que ha "soñado" (en realidad es lo que viviría tres siglos después), y éste le dice que ya no hay tos, que todo está bien, y que "de ahí en adelante, todo será felicidad". O sea, pura pura puritita melcocha.

Antes de que se me lancen a la guyular, entendamos el experimento que esto significó para la Televisa de los 80. ¿Telequinesis, brujería, reencarnación... en tiempos sucesivos de Mundo de Juguete y Rosa Salvaje? Arriesgadísimo, pero verdaderamente interesante. Tal vez la ejecución no habrá sido la mejor, pero en términos narrativos 'ta chida ¿no?.

Porque ahí les va (y no, no blasfemo). Dream Theater hizo lo mismo en 1997 en el Scenes from a Memory. El planteamiento es exactamente el mismo. Un mono que va a resolver sus "pesadillas" con un hipnotista, encuentra que no son sueños, sino unsolved mysteries en otra vida. Y tómala papá (again), el villano en su pasado es el hipnotista y se lo termina escabechando.

Sin mayor preámbulo, he aquí el final de EERDDS:



Y bueno, entre toda esta hilación de ideas, apenas me enteré que la rola de Alma en Pena es de esa novela. Tremendo pepino que soy. Pues como sea está chingona la rola.

¿A qué viene todo esto? Es que, pues, hagan de cuenta: el Extraño Retorno de Diana Salazar fue un sueño todo el tiempo, pero nunca existió. O tal vez sí, pero en otra vida.


Para la Méndez y sus innnovaciones narrativas a la cultura mexicana. Gracias, muchas gracias. (Este post contó con la supervisión profesional del Maestro Salvador Leal y sus amplios conocimientos en ese puntiagudo ramo de la historia llamado "Los Ochentas". Gracias Maestro.)

Monday, June 02, 2008

I love Torreón

Las únicas dos razones por las que un chilango podría ir a Torreón son a) hacer negocios o b) ir a un partido de futbol.

Y bueno, tratándose de la primera Final de la Máquina en chingocientos años, no podía fallar. Por supuesto que corría el riesgo de que pasara lo que al final sucedió, pero pues qué le vamos a hacer. La verdad es que un poco lo hice por mi afición al Azul, pero otro gran tanto por volver a ser pasional en cuanto a temas de deportes se refiere.

Mi plan era arriesgado. Compré mi boleto de avión para salir 1:30 de México, llegar 3:00 a Torreón, salir como pedo pa’l estadio y rogar para que no hubiera mucha fila para entrar. La verdad es que estaba tranquilón, porque las distancias en la Comarca son muy distintas a las del DF. Allá el Aeropuerto, el Estadio y el hotel en donde me quedaría estaban en la misma cuadra. Literal, no exagero.

Llegué y el Concho, uno de mis dos primos que se lanzaron en avanzada, ya me esperaba afuera del estadio con mi boleto. Yo no traía maleta, sino una chamarra que también es maleta y ahí guardaba mi Esquire gringa, mi Esquire española, una playera para el día siguiente, una libreta, pluma y mi boleto de avión. Y cuando llegué al filtro de seguridad, un galán me dijo que las revistas no pasaban, al tiempo que me señalaba el bonche de TV Notas en el suelo. Muy lógico su razonar, no vaya ser que una página con un chisme de Érika Buenfil vaya a descalabrar al árbitro. 

Me negué y me negué, porque mis Esquire son mis Esquire. Apliqué la Briseninha mezclada con Chilanguinha (o sea, la necedad) y pasé íntegro. Ya en la esquinititita en la que nos pusieron, estuvo a toda madre. Estaba Alex, mi otro primo en escena, y filas atrás mis tías que patrocinaron el viaje con un all inclusive del que se colgaron varios gorrones en el estadio.

Punto para aclarar sobre mis tías: son una variedad. Primero un gordo nos empezó a chingar que el Santos y la madre… y mi tía Gloria lo apaciguó pichándole unas chelas. Cuando le propusimos a mi tía que se moviera con nosotros, salió el gordo muy girito: “Nada nada, mi ‘seño’ de aquí no se mueve’. Sí pus claro, pinche torreonense gorrón, te pichó toda la peda a ti y a tus ‘n’ cuates. En fin. Mi tía Gloria, a punto de derretirse como la bruja del Mago de Oz, estaba feliz. Y mi tía Emilia, su inseparable, contemplaba el escenario.

Antes del partido, mi tía Gloria sacó el box lunch, cuya platillo principal era una torta de aguacate… con jitomate, cebolla, chilitos y mayonesa. O sea, como bien lo describió Alex, una torta de todo lo que se le quita a las tortas.



Un close up:


Mis tías insistieron en que estaba, las cito, buenísimas. No nos las comimos. Luego sacaron las toronjas para la hidratación, y esas sí me las jampé y fueron bien efectivas.

Empezó el partido y se desató la angustia. Al mediotiempo, ya nos habian clavado uno y yo, pues agüitadón. Pero nada, la esperanza nunca muere. Yo quería, al menos, que el Azul pusiera el partido al filo… y así sucedió. Al final, ‘Tribigol’ tuvo una, pero se quedó corto.

Nosotros, entre que nos dolía y que teníamos miedo de salir entre los torreonenses, nos quedamos un rato. Y en cuanto emprendimos la huida nos dimos cuenta de algo que, en estos momentos, instituiré como la premisa número uno de Torreón:

Si Torreón se metiera a un concurso de burlarse de sus rivales derrotados, quedaría en un último, ultra-último lugar. 

Repito: Si Torreón se metiera a un concurso de burlarse de sus rivales derrotados, quedaría en un último, ultra-último lugar.

Ahí les va la diversión:

Salimos de estadio, y con nuestras playeras cruzazulinas, eramos carne de cañón para la chacota. En vez de eso, nos gritaron cosas muy feas (de aquí en adelante, puro sacarsmo). Insultos terribles, sacrilegios, vituperios infumables. La barbarie hecha ciudad. Nos gritaron:

¡Buuuuuhhh, perdieron!
¡Quieren llorar y no puedeeeeen!
¡Quedaron en segundo lugaaaaar!
¡Y dónde están, y dónde están, esos azules que nos iban a ganar! (donde dice azules, podía ir ‘albañiles’, pero les digo, son unos tremendotes)

Sufrimos las siguiente agresiones físicas:

Nos aventaron espuma.
Nos aventaron una tapa de una lata con espuma.
Nos aventura una manguera de plástico.

No no no, insoportable.

En una parada, se nos acercó un borrachín. Un Yosgart Gutierrez cualquiera. Muy, pero muy pedo. Se acercó a “consolarnos”, y tuvo el mal tino de toparse con mi tía Gloria. Y en vez de hacernos sentir bien, mi tía le puso una regañiza de aquellas. Le terminó diciendo que qué hacía con su vida, que porqué tomaba, etc. Poco le faltó para hacerlo llorar (Tenía video de la plática, pero por alguna maldita razón, el archivo se tradujo como foto, chale).



En el camino rumbo al hotel nos encontramos unos tacos que sólo perdonamos porque no estaban abiertos. Noten la higiene de la palabra higiene.


Y luego el bailador. Contexto: hay un jugador de Santos que se llama Matías Vuoso. Y cuando mete gol baila recagado, y pues en Torreón ya se hizo popular su bailecito. Por ahí rondaba una canción llamada Oso Polar, y para musicalizar el baile, lo rebautizaron como el Vuoso Polar. Y bueno, en Torreón bailan… aaaaaaasíiiiii:



Les digo que en Torreón son recabrones. Pero eso sí, (los hombres) son más feos que recabrones.

Their very own Changoleón:


Un ciudadano común:


Un perro que apoya al Santos. Le quedó chingón su maquillaje:



Y además, tienen súper buena ortografía:



Y lo mejor al final. En Torreón tienen lo último de lo último en tácticas para amedrentar a la afición rival. Es un arma secreta, inimaginable. Para volverte loco, desquiciarte, pegarte en el meritito orgullo. Lo que hacen es, enseñarte a sus bebés:


Bueno, pero eso no es nada. El siguiente es un ejemplo de que no hay que subestimar la edad en cuanto a desmadre se refiere. Con unos meses es suficiente para treparse a un coche y armar un alboroto. Tuve miedo (chequen al final al papá responsable con todo y su peluca).




En fin, perder la Final en Torreón fue, contradictoriamente, un deleite. Ya no podía de la risa. Un mensaje para Cruz Azul: si vuelven a perder un Final (lo cual es muy probable), mínimo que sea en Torreón. Al menos acá la gente te ayuda a que la derrota sea más llevadera.

P.D. No hay mejor explicación del triunfo de Santos que la que me mandó Tamara en un mensajito al medio tiempo:

“Es que los de Torreón no tienen NADA que hacer, así que han de entrenar bien duro para entretenerse”. Caray, pure wisdom.


Para Alex, Concho y mis tías, tropa leal a la causa celeste.